EL PAíS
Chiche Duhalde festejó al grito de “ni yanquis ni marxistas, peronistas”
El 17 de Octubre fue recordado en Lanús por la candidata a senadora del PJ con apelaciones a la historia y a la pertenencia. Dijo que esperaba “una avalancha de votos” para su lista.
› Por Diego Schurman
El 17 de Octubre, 60 años después, no ofreció una foto demasiado renovada en el peronismo de la provincia de Buenos Aires. Pero fue precisamente eso lo que buscó explotar ayer Chiche Duhalde en el microestadio de Lanús. La idea de continuidad, de pertenencia y de tradición tuvo una defensa tan cerrada de la candidata a senadora que hasta volvieron viejos hits de la ortodoxia partidaria que parecían en desuso, como aquel “ni yanquis ni marxistas, peronistas” que acompañó la jornada.
No fue sólo en el discurso. La impronta también la dieron los hombres y la simbología. El escudo partidario en el centro del escenario, la presencia del líder del distrito, el histórico Manolo Quindimil, siete veces intendente de Lanús y, como si fuera poco para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, la interpretación de la Marcha a cargo de un engominado Hugo del Carril hijo.
–Vamos a dedicárselo al ministro del Interior –disparó el cantante. Aníbal Fernández había dicho que él la Marcha se la metía en el culo. Precisamente ayer se conoció un spot duhaldista, recordándole que el verdadero peronista lleva la Marcha en el corazón.
Con el tono ameno con el que impregnó todos sus discursos de campaña, Chiche se retrotrajo a su “infancia feliz”, la que coincidió con el Estado de bienestar. Y rápidamente comparó aquellos viejos tiempos con un repaso de la actualidad: “70 por ciento de las personas con sueldos debajo de la canasta familiar”; “una jubilación achatada”; “una indigencia que crece”, “una riqueza que se concentra”.
Y otra vez la pelea por quién es más peronista: “La Alianza del ’90 destruyó a la UCR, esta nueva alianza de piqueteros y frepasistas pretenden destruir al PJ”, equiparó aquella aventura de De la Rúa-Alvarez con el la transversalidad de Kirchner. “Se van a llevar un flor de susto el 23 de octubre con el aluvión de votos del PJ”, atizó la candidata, omnipresente en las remeras con el lema “Queremos a Chiche”.
Las críticas a Kirchner tuvieron un capítulo aparte. “A pesar de que quedan 6 ministros (de la gestión de Eduardo Duhalde) y planes sociales en marcha, no alcanza con el piloto automático porque los cambios no llegan. Pero el Presidente de todos los argentinos decidió hacer campaña. Es legítimo y legal. Pero no es ético, porque la patria está sufriendo”, lanzó cuando los asistentes que siguieron el acto dentro y fuera –por pantalla gigante– comenzaron a enrostrarles al “pingüino y a Solá” que el “PJ no cambia de idea, sigue las banderas de Evita y Perón”.
Desde el propio escenario alentaban a cantar. Quindimil lo hizo con ostensibles ademanes. Y también con palabras, al retomar el parangón de “ni yanquis ni marxistas” de Perón, y llamar “forastera” a Cristina. “¿Cómo va a votar en Santa Cruz y verse como candidata acá?”, se mofó el octogenario intendente, ceñido de un impecable traje oscuro que desentonó con el imaginario de aquellos descamisados a los que homenajeaba.
A su turno, Jorge Villaverde, primer candidato a diputado, habló de “confrontación ideológica” con el kirchnerismo y minimizó el valor de las encuestas que coinciden en dar ganadora a Cristina. José María Díaz Bancalari, candidato a segundo senador, entendió esos sondeos “truchos” como parte de un combo, con el cual la Casa Rosada hace campaña, que incluye el reparto de subsidios y electrodomésticos.
Claro que la más descreída de una derrota por paliza, que la mayoría de los encuestadores viene anunciando, fue la propia Chiche. “Como el tema de María Elena Walsh –dijo al cierre, entonando La Cigarra– (‘tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando’).”