EL PAíS
› LA UCR, TERCERA EN BUENOS AIRES Y PERDIO EN CATAMARCA Y RIO NEGRO
Los radicales, lejos de la recuperación
› Por Nora Veiras
“El radicalismo no está muerto”, repiten los radicales desde la debacle del gobierno aliancista en diciembre del 2001. La dispersión de la oposición le permite seguir siendo la primera minoría parlamentaria sobre todo porque puso en juego sólo 25 de los 46 diputados que posee y 6 de los 20 senadores, pero la falta de un liderazgo nacional lo coloca muy lejos de cualquier alternativa de poder. En la Ciudad de Buenos Aires, Facundo Suárez Lastra apenas superó el 3 por ciento de los votos y confesó su “decepción” por el intento fallido de llegar a la Cámara baja. En la provincia de Buenos Aires, Luis Brandoni se ubicó tercero, y aunque no le alcanzó para consagrarse senador por la minoría, refutó casi todos los pronósticos. El oficialismo radical sufrió sí dos reveses importantes a manos del Frente para la Victoria: uno en Río Negro, donde la UCR conservaba el invicto desde el ‘83, y otro en Catamarca, donde venía revalidando la mayoría desde la derrota de los Saadi. Sólo confirmó su primacía en Chaco, Mendoza, Santiago del Estero y Corrientes, aunque en esta última en alianza con el kirchnerista Frente para la Victoria. En Santa Fe festejaban como propia la victoria porque integraron el Frente Progresista del socialista Hermes Binner.
“Esperábamos poder romper el escenario de tres candidaturas (Macri, Bielsa y Carrió) que consumieran el conjunto de la oferta electoral y retener parte del voto histórico del radicalismo pero la verdad es que fracasamos en el intento”, explicó Suárez Lastra a Página/12. El ex intendente porteño aspiraba a sacar por lo menos el 6 por ciento, triplicar así el magro 2 por ciento que en el 2003 cosechó Cristian Caram y ganar una banca. La meta era más que modesta teniendo en cuenta que la vidriera porteña había sido un escenario de triunfo radical en siete de las once elecciones realizadas desde el retorno a la democracia.
A pesar de la “decepción” por su propia performance, Suárez Lastra hizo una lectura optimista del resultado electoral: “vamos a tener alrededor de sesenta legisladores nacionales –entre diputados y senadores– y el ARI tendrá doce, es decir que ratificamos por lejos que somos la segunda fuerza política y la primera fuerza de la oposición”, señaló.
En realidad, la definición del rol opositor de la UCR es lo que está en discusión. En Corrientes y Santiago del Estero, el kirchnerismo acordó con el radicalismo y colocó candidatos propios en los frentes ganadores. En la provincia de Buenos Aires, varios de los intendentes radicales de distritos importantes como San Isidro y Vicente López aportaron sus votos para el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner como senadora por la provincia de Buenos Aires. Y es más que evidente la coincidencia que varios gobernadores radicales como Julio Cobos de Mendoza han mostrado con el presidente Kirchner. En Tierra del Fuego, el díscolo Jorge Colazo fue expulsado de la UCR por haber propuesto la reelección de Kirchner pero su liderazgo generó tal colapso que el radicalismo optó por no presentar candidatos a los comicios de ayer.
“Nos falta un liderazgo nacional, una conducción nacional que le dé consistencia nacional al partido”, remarcó Suárez Lastra.
–¿Es Raúl Alfonsín la figura para presidir la UCR y darle esa consistencia? –le preguntó este diario.
–Nosotros dijimos que de eso íbamos a hablar después del 23 y todavía no terminó el día –se excusó el hombre a sabiendas de la feroz interna latente que se potenciará a partir de hoy.
En noviembre, se renovarán las autoridades partidarias. La bonaerense Margarita Stolbizer aspira a disputarle el liderazgo al veterano caudillo Alfonsín que logró imponer la candidatura de Luis Brandoni contrariando los deseos de la diputada.
En el escenario bonaerense, Brandoni se quejó por la “ficticia” fractura del peronismo en el Frente para la Victoria y el Partido Justicialista con lo cual lograron quedarse con los tres senadores. Pero ahora se abre la discusión sobre el rol de la UCR: en la Provincia de Buenos Aires tendráque definir si continúan jugando con el duhaldismo en la Legislatura provincial o intentan nuevos acuerdos. En el resto del país el heterogéneo abanico de alianzas va desde los socialistas hasta el kirchnerismo lo cual pone en evidencia las dificultades del partido que no se resigna a ser desplazado del lugar de segunda fuerza política nacional.