EL PAíS
“Macri no pasaría otro examen en la ciudad”
Chacho Alvarez y Rosendo Fraga debatieron el escenario postelectoral. Kirchner, proyectaron, deberá optar entre apoyarse en el aparato justicialista o aliarse con el centroizquierda. Todavía no encuentran señales de una oposición fuerte.
“Hoy el kirchnerismo cuenta con la voluntad de que el peronismo sea algo nuevo.” Para Carlos “Chacho” Alvarez, lo que pueda deparar el futuro escenario político del país dependerá, casi exclusivamente, de la decisión que tome el Presidente sobre dos alternativas: apelar al aparato del justicialismo para reafirmar su base política o convocar a nuevas fuerzas que le permitan encarar una coalición con un corte de centroizquierda. Si las perspectivas para el oficialismo en este sentido resultan inciertas, lo son aún más para la oposición. En esto coincide Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, para quien el grado de atomización que atraviesan actualmente las fuerzas no peronistas se transformó en la piedra fundamental de poder para el Gobierno. En una charla organizada por el Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (Cepes), Alvarez y Fraga discutieron sobre el panorama que arrojan estas elecciones, las alternativas con las que ahora cuenta Néstor Kirchner y los desafíos que enfrentan el resto de los partidos para tomar la bandera de la oposición.
Ambos analistas partieron de una coincidencia: el domingo significó un triunfo tajante para el oficialismo, a pesar del riesgo que tomó Kirchner –advirtió Alvarez– al decidir enfrentarse con el duhaldismo. “La metamorfosis del PJ hoy se basa en la actitud desafiante de Kirchner. Contra lo que hubiera aconsejado cualquier manual de política, se separó del duhaldismo sabiendo que ponía en riesgo la idea de plebiscito”, evaluó el ex vicepresidente. La “picardía”, sin embargo, terminó costándole más al ex presidente que al oficialismo. “Duhalde consiguió un 20 por ciento, pero al igual que Menem se va a quedar sin socios. Después de esto, ¿quién se va a querer sacar una foto con él?”, agregó el dirigente desalentando cualquier especulación sobre la posibilidad de que Duhalde encarne la nueva oposición. En este sentido, Fraga calificó a estas elecciones “como las mejores que tuvo un gobierno en años”. Aunque las razones de la indiscutible victoria, para el politólogo, se centran más en la crisis que atraviesa el resto de los partidos, que en el desempeño del oficialismo.
Los desafíos para la consolidación de una fuerza opositora fueron eje de las preguntas durante el debate. “No tenemos que confundir la Capital Federal con la posibilidad de un proyecto político a nivel nacional”, advirtió Fraga sobre el triunfo del macrismo entre los porteños. “Podría surgir una oposición a partir de una alianza entre Macri y (Jorge) Sobisch y sectores del justicialismo no kirchnerista”, puntualizó. Alvarez le restó crédito al futuro del macrismo: “Algunos observadores advierten que Macri ni siquiera pasaría un segundo examen en la ciudad. ¿Cómo podemos armar una opción sobre un dirigente que ni siquiera sabemos si gana en su distrito?”, remató Chacho.
La oposición, sugirió el ex vicepresidente, podría edificarse sobre el espacio de centroizquierda, encabezado por el socialista Hermes Binner. Sin embargo, aclaró que por ahora “Binner parecería tener como única opción la de provincializarse. No tiene con quién construir una alternativa a nivel nacional. Hoy en el centroizquierda tenemos cuadros flotantes que no tienen representación ni logran consolidarse en formas de gestión. Es posible que Kirchner quiera avanzar sobre este espacio, pero no como la interpelación de una fuerza de centroizquierda sino como una alianza social entre los votantes tradicionales del peronismo con las capas medias urbanas”, evaluó Alvarez.
Los problemas en la constitución de una fuerza de oposición así como la “ambigüedad” que todavía debe superar el proyecto de Kirchner revelan para ambos analistas los gérmenes de la crisis de representación que sigue atravesando el sistema político. “El bipartidismo tradicional se ha desarticulado. Tomemos las siglas con las que se presentó el justicialismo en estas elecciones: PJ, Frente para la Victoria, Frente Cívico. En algunas provincias el oficialismo fue como Frente Justicialista para la Victoria, una especie de híbrido entre el signo pejotista con el que el duhaldismo se presentó en Buenos Aires y la marca personal del Presidente”, evaluó Fraga.
La cuestión para Alvarez resultó capital a la hora de discutir sobre las posibles fisonomías que puede adquirir la escena política nacional. “Kirchner deberá decidir si acuerda con un sector no peronista en un proyecto alternativo que articule el universo que lo enfrentó”, concluyó. Su compañero de debate coincidió y, en igual sentido, planteó los interrogantes que ahora se abren rumbo a las elecciones presidenciales: “Tenemos dos opciones: un enfrentamiento entre dos coaliciones o una interna abierta del PJ. Esto dependerá de cómo resuelva Kirchner su relación ambigua con el peronismo. Esa es la clave para ilustrar el panorama del 2007”.
Informe: Carolina Keve.