EL PAíS
Tras la derrota, los dos hermanos
Bussi se pelean
Luis José le achaca a Ricardito la derrota y pide volver a las fuentes de su padre, el represor y fundador de Fuerza Republicana, Antonio Bussi. Ricardo intentó despersonalizar el partido, a pesar de su apellido.
› Por Alejandra Dandan
El bussismo está pasando por una guerra fratricida. Dividido entre los viejos dirigentes que apuestan a la línea sostenida por el represor Antonio Domingo Bussi y los que quieren un partido “despersonalizado”, la demoledora derrota electoral del domingo pasado en Tucumán disparó una batalla interna que ahora enfrenta –a un lado y al otro– a los hermanos Ricardo y Luis José Bussi. En los últimos días, metidos en un sainete, se cruzaron reproches y acusaciones detrás de los que los sectores más entusiastas no sólo ven una debacle del partido, sino que aventuran un aún poco claro fin del bussismo.
Para los dirigentes de Fuerza Republicana (FR) las elecciones pasadas eran una prueba de fuego. Hasta ese momento, el partido creado por el represor Antonio Bussi en 1988 había ganado todas las elecciones en la capital tucumana, además de haber obtenido un mandato en la provincia en 1995. En el año 2003 con la detención de Bussi por el secuestro y desaparición del senador justicialista Guillermo Vargas Aignasse en 1976, el partido comenzó un proceso de despersonalización impulsado por el menor de sus dos hijos.
“La Bussi-dependencia se ha convertido en un problema. Nuestro partido ha sido construido basándose en un líder excluyente; es excesivamente personalista”, repitió en estos días después de los resultados electorales Ricardo Argentino Bussi. De 42 años, abogado, senador nacional y, desde abril, presidente de FR, fue él quien intentó darle un carácter menos personalista a FR. Apartó de la estructura partidaria a viejos dirigentes que reemplazó por una camada más joven de centroderecha que, aunque moderada, permanece cercana a los ideales militares del padre.
Su hermano Luis José, sin tradición política conocida, apareció en FR en medio de ese proceso. “Creo que fue exactamente treinta días antes de las elecciones, no más”, dice su hermano Ricardo, ante la consulta de este diario. Como primogénito y hermano mayor, Luis José reclamó para sí el derecho de la herencia: cuestionó los nombres de los candidatos elegidos por el partido aunque su voz no había aparecido públicamente hasta la noche del domingo pasado.
“Hay claros responsables que llevaron una política de soberbia y de exclusión”, dijo Luis José Bussi en declaraciones públicas. Esa noche, el Frente para la Victoria obtuvo 373.265 votos con los que consiguió los cuatro escaños que estaban en juego. El FR obtuvo apenas 39.735, un 6,80 por ciento por detrás de Pueblo Unido y el Frente Anticorrupción. Con esos resultados el partido de Bussi perdió la banca en la Cámara de Diputados ocupada hasta el 10 de diciembre por Francisco Torres. Los resultados, continuó Luis José Bussi, son “la prueba de que ni los republicanos votaron a Miguel Brito”, candidato a diputado nacional por el bussismo. Por eso con una frase más preocupante pidió “volver a las fuentes” y la renuncia de su hermano a la presidencia del FR.
Ricardo aseguró ayer que no renunciará al partido y que peleará la gobernación en el 2007. “Yo tengo la segunda mejor imagen en popularidad en toda la provincia, detrás de la imagen del gobernador”, le dijo a este diario. “Uno de los problemas de estas elecciones es que no entró la marca Bussi en ninguna de las boletas. La derrota fue realmente importante: tuvimos menos votos que cantidad de afiliados. En las próximas se elige gobernador, intendente y concejales donde pondremos en juego la marca”, dijo.
Luis José también se prepara. Acompañado de Alberto Germanó, ex ministro de Gobierno de su padre, procura formar una línea llamada Fundacional para las internas del 2007. “No estando ya el dedo del fundador (Antonio Bussi) –dijo ayer a una agencia–, es necesario que los afiliados sean los que elijan a los candidatos”. Y a las autoridades del partido les dedicó un homenaje al buen nombre del padre: “En vez de buscar chivos expiatorios, hagan una autocrítica, para que Tucumán no sea como la Paraguay de (Alfredo) Stroessner, donde la democracia era una quimera y FR es la gran responsable de que el oficialismo no tenga oposición”.