Los tiempos se aceleran. Y el 2007 está más cerca de lo que parece. Basta con observar los afiches del neuquino Jorge Sobisch. “Sí Argentina, podemos”, dicen sobre un slogan de campaña presidencial. La estrategia es salir a ocupar, con la mayor velocidad posible, el espacio de oposición nacional al kirchnerismo. Con su triunfo en la ciudad, Mauricio Macri sabe que ya está posicionado en ese lugar. Y ahora se sumó el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, aunque en su entorno dicen que no quiere ser candidato a presidente ni vice y que sólo busca ser senador nacional. “Es amigo personal de Macri, tiene muy buena relación con Sobisch, pero no piensa formar una alianza extrapartidaria”, aclaró a Página/12 uno de sus colaboradores. Sin embargo, los últimos pasos de Romero abren ciertos interrogantes sobre sus alineamientos futuros.
El lunes, en un reportaje al diario El Tribuno de Salta, que dirige su hermano Roberto, Romero festejó la victoria de Macri en Capital. “Me parece muy bien. Es el cambio. Macri viene a dar por finalizada la nefasta Alianza que comenzó en el año ’96. Porque ganarle al gobierno de la ciudad e Ibarra es ganarle a los últimos resabios de esta alianza. Ahora ganó Macri, que es el cambio racional, serio”, afirmó. En esa entrevista, Romero diferenció los triunfos del peronismo en Salta y Córdoba de la victoria que logró la Primera Dama en Buenos Aires. “En la provincia de Buenos Aires es un respaldo a la gestión de Kirchner. Como en Salta ganó el peronismo de Salta y en Córdoba, el de Córdoba”, dijo.
Con esa frase, Romero adjudicó los éxitos del PJ en esas dos provincias –37,8 a 24,8 en Córdoba, 35,8 a 23,7 en Salta– a los gobernadores respectivos (José Manuel de la Sota y él mismo). Así dejó afuera de los méritos al Gobierno o al propio Kirchner. “Romero tiene una tercera posición. No está alineado pero tampoco patea el tablero”, aseguró a Página/12 uno de sus allegados, tras ser consultado por esas declaraciones. “No está en su cabeza ni la presidencia ni la vicepresidencia. Quiere ser senador del PJ y, sobre todo, participar en la reorganización del partido (justicialista)”, agregó. En su cuidada respuesta, el asesor del mandatario salteño recordó que hace poco tiempo Romero le envió una carta a Kirchner en la que le pedía que asumiera la presidencia del PJ a nivel nacional o que convocara a internas para nombrar nuevas autoridades.
La información que dieron desde la gobernación de Salta contrasta con algunas versiones que circulan en la provincia. Según ellas, Romero estaría interesado en integrar una fórmula presidencial con Macri. “El piensa jugar dentro del peronismo. Cree que el que se va del peronismo pierde”, aseguró su portavoz. Página/12 consultó sobre el tema al vocero de Macri, Iván Pavlovsky. “Ni se habla de candidaturas. Acá se va a sumar un montón de gente que tenga como base la gestión. Y el que mejor dé, será”, contestó. Cerca de Macri tienen la certeza de que el primer diputado electo de Propuesta Republicana (PRO) será el eje central de una eventual alianza de centroderecha con sectores del peronismo.
La relación entre Romero y Macri no es nueva. Tampoco es exclusivamente política. Tiempo después de perder la segunda vuelta por la Jefatura de Gobierno, Macri comenzó a viajar por el país en busca de nuevos apoyos. Uno de sus anfitriones más frecuentes fue Romero. El salteño también solía viajar a Buenos Aires, donde era periódicamente recibido por el presidente de Boca Juniors. De esas charlas, Macri se llevó una conclusión sustancial: que era imposible constituir una alternativa opositora a Kirchner con chances de ganar sin incorporar a una parte importante del peronismo.