“No queremos a Chiche” es la consigna que unifica a los miembros de la conducción del bloque oficialista en la Cámara de Senadores. En una conversación telefónica mantenida el miércoles pasado, Cristina Fernández de Kirchner y Miguel Angel Pichetto acordaron que desde el 10 de diciembre próximo, fecha en la que asumen los nuevos legisladores, el bloque mayoritario se denominará Bloque PJ-Frente para la Victoria. De esta manera no sólo contendrán a varios senadores no peronistas identificados con el kirchnerismo, sino que además alejarán definitivamente a Hilda “Chiche” Duhalde de la bancada justicialista. “Si Chiche quiere sumarse al bloque PJ no podrá”, confía a este diario un destacado integrante de la Cámara alta, conocedor de la entretela parlamentaria.
Con no poca dificultad, hasta el momento, en la bancada mayoritaria convivieron kirchneristas y duhaldistas. Aletargada como el funcionamiento del Congreso, la vida del bloque mayoritario no es el termómetro para medir la relación entre los dos principales sectores internos del peronismo. Lo cierto es que la bonaerense Mabel Müller no dejó de pertenecer en ningún momento a la bancada que conduce Pichetto, bloque en el que, a la hora de las decisiones, Cristina Fernández de Kirchner está de manera omnipresente.
La ruptura con el duhaldismo va en sintonía con lo que sucederá en la Cámara baja, donde el diputado Osvaldo Nemirovsci –uno de los cuatro integrantes de la conducción kirchnerista de la bancada mayoritaria– había adelantado a este diario que “no habrá un bloque único”.
–¿No temen que esta construcción le deje en bandeja a Carlos Menem un espacio para sumar a senadores como Rubén Marín o Ramón Saadi o el propio Julio Miranda? –preguntó este diario a un fino conocedor de la interna del bloque mayoritario.
–Carlos (Menem) está afuera del bloque. El pertenece a la Agrupación Necesito los Fueros –fue la contundente respuesta.
Hasta antes de las elecciones, su hermano Eduardo compartía bancada con Liliana Negre de Alonso y el suspendido Raúl Ochoa, dos de los hombres de Rodríguez Saá en el Senado. En este punto, el miembro del oficialismo que habló con este diario hizo una clara diferenciación entre el riojano y los puntanos. “Con el Adolfo hay varios puentes posibles de comunicación. Recuerde que en plena campaña electoral no tuvieron las mismas posiciones que esgrimía Menem. Además, tenga presente que San Luis solucionó su conflictos por los fondos atrapados por el corralito y eso le cambia el humor hasta el enemigo más duro”, explicó el oficialista.
En el análisis de los hombres de la mayoría parlamentaria, los resultados de los pampeanos no les otorgan un espacio de peso como para plantear condiciones. Por eso confían en que los dos senadores por esa provincia, Rubén Marín y Silvia Gallego, no se apartarán de la sintonía con la Casa Rosada. Por lo pronto, reconocen que ni Marín, ni Saadi fueron puestos al tanto de la modificación del nombre de la bancada mayoritaria y lo que políticamente eso implica.
Antes de que el nuevo armado se presente en sociedad, la Cámara alta será testigo de la creación del bloque Frente para la Victoria, que integrarán las ex frepasistas Vilma Ibarra y Diana Conti (ver aparte). Lo cierto es que la intención del kirchnerismo es sumar a la bancada mayoritaria a una miríada de nuevos senadores kirchneristas no peronistas o bien disidentes del peronismo. Con la nueva arquitectura, el oficialismo podrá sumar sin mayores conflictos a los tres senadores de Misiones. Allí la cara visible de la mayoría es un radical aliado al kirchnerismo, Maurice Closs, integrante de un frente entre boinas blancas y peronistas. La segunda es la peronista Elida Vigo, y por la minoría ingresa el peronista kirchnerista Luis Viana.
Entre las expectativas del oficialismo también están la de incorporar a esta nueva bancada al cordobés Carlos Rossi, legislador que ingresó a la Cámara integrando las listas de Luis Juez. Los hombres de la Rosada en el Senado no saben cómo reaccionarán los senadores que ya integraban el cuerpo y que están cerca de los postulados del kirchnerismo pero que tienen una raíz radical como es el caso de los catamarqueños Marita Colombo y Oscar Castillo.
A pesar de que la Cámara alta no recuperó su ritmo normal de trabajo, las versiones en uno y otro sentido abundan. La participación de Pichetto en la definición de la nueva identidad política de la bancada oficialista, dio por tierra con una especie que hizo circular su nombre como probable ministro de Defensa. Dato no exento de la picardía típica de la interna peronista.