EL PAíS
Felipe Solá rearma su gobierno y busca afianzarse en la Legislatura
Tras los buenos resultados electorales, el gobernador bonaerense se apresta a hacer cambios en su gabinete y colocar hombres de su confianza en el Poder Legislativo. Todos los nombres en danza.
› Por Martín Piqué
Cuando Felipe Solá lanzó su corriente interna dentro del PJ bonaerense la bautizó con una frase que había creado Eduardo Duhalde. “Es hora de despegar”, era el slogan. Visto el resultado de las elecciones, el despegue fue un éxito. Ahora, la consigna, siguiendo con las metáforas aeronáuticas, es consolidar el vuelo. Como para cualquier gobernante en el promedio de su mandato que no tiene reelección, para Solá eso significa renovar su gabinete y colocar hombres suyos en las cámaras legislativas. Uno de los ganadores que dejó el 23 de octubre, el gobernador tiene asegurados los dos objetivos. Prepara el pase de algunos ministros a la Legislatura –Mario Oporto (Educación) e Ismael Passaglia (Salud), electos por el Frente para la Victoria, ya están confirmados– mientras termina de definir quienes integrarán la conducción en ambas cámaras.
Todo se anunciará en quince días. Al igual que Néstor Kirchner, Solá esperó que termine la Cumbre de las Américas, que se desarrolla en territorio bonaerense, para informar de los cambios en su gobierno. La primera novedad será el alejamiento de los funcionarios provinciales que compitieron en las listas del kirchnerismo. Además de Passaglia (primer candidato a diputado por la 2ª sección electoral) y Oporto (primer candidato a senador por la 1ª sección), dejará su cargo la titular del Instituto de Cultura bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez. Sobrina nieta de Evita, Alvarez Rodríguez secundó al matancero Alberto Balestrini en el segundo lugar de la lista de diputados nacionales.
Pero aparte de los ministros que fueron candidatos, podría haber otros enroques. Uno de los que es muy probable que cambie de función es Juan Pablo Cafiero, ministro de Desarrollo Humano. “Juampi”, como lo llaman amigos y no tan amigos, dejaría su puesto por una razón política. Según dirigentes bonaerenses, la cartera de ayuda social estaría destinada a alguno de los intendentes que contribuyeron al desembarco del kirchnerismo en el distrito de Eduardo Duhalde. Uno de los nombres que suenan para ese puesto, clave para el período que abre a partir de diciembre, es el intendente de Campana, Jorge Varela.
Otro dirigente que podría aterrizar en la provincia es el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, quien tuvo a su cargo el operativo electoral en el sur del conurbano, nada menos que la base territorial del duhaldismo. Además, Pereyra logró un triunfo por amplio margen, casi simbólico, contra su rival interna de Florencio Varela, la vicegobernadora Graciela Giannettasio. En cualquier caso, la eventual llegada de algún intendente al ministerio de Desarrollo Humano no significa que Cafiero se vaya a quedar sin nada. En la provincia le reconocen a Juampi su vocación de kamikaze, su capacidad para recibir castigo, que demostró asumiendo el Ministerio de Seguridad en la peor coyuntura del área.
Para los otros funcionarios que están en preembarque, como Oporto y Passaglia, ya comenzó la danza de reemplazantes. En Educación, se especula con la ex ministra de esa área de Carlos Menem, Susana Decibe, una amiga de Solá, y el número dos de Daniel Filmus, el secretario de Educación, Alberto Sileoni. Viejo compañero de estudios de Oporto, Sileoni recaló en su cargo actual por pedido del director general de Escuelas.
Para Salud, donde hasta ahora mandaba Passaglia y en forma indirecta Ginés González García (los dos son vecinos de San Nicolás), se menciona el nombre del intendente del municipio de la Costa, Juan De Jesús. Hay otro hombre en carrera, Ricardo Martínez, quien fue secretario de Salud en Santa Cruz y es un pingüino de ley. Martínez forma parte de la Corriente Sanitaria Nacional que integran el médico presidencial Luis Buonomo y el secretario de Salud porteño, Donato Spaccavento. Ese grupo, que integra el núcleo del kirchnerismo, está logrando más influencia a caballo de los éxitos electorales del Frente para la Victoria.
Enroques y Caciques
Uno de los movimientos que estudia Solá es el clásico enroque, el intercambio de posiciones. Uno de los ministros que podría cambiar su puesto permaneciendo en la gobernación es el de Justicia, Edgardo Di Rocco. Dirigente del peronismo en San Nicolás, donde su competencia con José María Díaz Bancalari se convirtió en un clásico de la zona, Di Rocco recibió felicitaciones –tanto de Solá como del propio Néstor Kirchner– por la victoria contra el duhaldismo en su ciudad. Pero también sufrió el desgaste de la gestión con el incendio de Magdalena, donde murieron más de treinta presos, y con el prolongado paro del sindicato de empleados judiciales de la provincia en reclamo de la recategorización y la aplicación de la ley de enganche.
El destino de Di Rocco podría ser la jefatura de Gabinete, actualmente a cargo de Rafael Magnanini. Hasta hace unos días, uno de los comentarios generalizados en la gobernación bonaerense era que Magnanini podía reemplazar a Gustavo Lopetegui en el directorio del Banco Provincia. Sin embargo, con el resultado puesto del 23 de octubre, Solá retomó la cruzada por ubicar a Lopetegui en ese lugar. Para el gobernador, esa designación es fundamental porque permitiría comenzar una política activa de créditos blandos a pymes, con la que sueña para los dos años de gestión que les faltan. Pero los hechos imponen otras proyecciones: el gobernador ya les ha dicho a sus íntimos que prevé un 2006 económicamente “difícil”.
Con estos recambios para su administración, Solá encara sus últimos dos años como gobernador. Para su tranquilidad, el panorama se presenta más dócil en la Legislatura tras el triunfo del 23 de octubre. Igualmente, el gobernador pretende que el cambio en la correlación de fuerzas se exprese en las nuevas autoridades de ambas cámaras más la jefatura de los dos bloques del Frente para la Victoria. Según un alto funcionario de la gobernación, los caciques parlamentarios del kirch-
nerismo ya están casi definidos. Passaglia será el presidente de la Cámara de Diputados, Juan Amondarain asumirá la vicepresidencia primera del Senado (como corresponde, la titular seguirá siendo Giannettasio) y todo indica que Oporto será el jefe del bloque del Frente para la Victoria en el Senado.
La única incógnita, por ahora, es quién será el jefe del bloque de Diputados. La definición se dará a partir de una terna (Angel Aisa, Antonio “Lobby” Antonuccio y Carlos Bonicatto) que expresa, por extensión, a los dirigentes que los apadrinan: al menos en el primer y tercer caso, los intendentes Balestrini (La Matanza) y Julio Alak (La Plata).