EL PAíS
› LA PELEA POR LA SUCESION DE FELIPE SOLA EN 2007
Una carrera que ya está largada
Cinco son los aspirantes a la gobernación bonaerense: Aníbal Fernández, Arslanian, Balestrini, Randazzo y Díaz Bancalari.Todos tienen anhelos que dejarían si la candidata fuese CFK.
› Por Martín Piqué
¿Quién sucederá a Felipe Solá en la gobernación bonaerense? La pregunta parece algo apresurada cuando toda la intriga periodística está depositada en los inminentes cambios del gabinete nacional. Pero, aunque suene como algo remoto, para los tiempos cortos de la política argentina la sucesión de Solá empezó hace rato. De hecho, ya hay varios dirigentes que –por ahora con bajo perfil– están compitiendo por la herencia que dejará el gobernador dentro de dos años. La pelea incluso podría tener consecuencias sobre la conformación del nuevo equipo de ministros que acompañarán a Néstor Kirchner. La razón es simple. Entre los ministeriables que podrían llegar a la Casa Rosada hay tres funcionarios –uno ya es ministro– que quieren ser gobernadores aunque, algunos todavía no lo hayan hecho público.
Los candidatos a suceder a Solá son el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el intendente de La Matanza y futuro presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini; el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo; su par de Seguridad, el jurista León Arslanian. Las mismas aspiraciones tiene el ex candidato a senador del duhaldismo José María Díaz Bancalari, quien se está esforzando por retomar su relación con el Presidente. En una entrevista reciente dijo que el duhaldismo debería dejar de ser llamado de esa forma para volver a ser el PJ bonaerense.
Tras el resultado del 23 de octubre, todos los candidatos a suceder a Solá tienen algo en común. Saben que si no sucede nada extraño en los próximos dos años, Kirchner tendrá una influencia indiscutible en la definición del heredero. Por esa razón, cada uno de ellos está tratando de quedarse con el traje de “el” candidato kirchnerista. Esa competencia podría definirse muy rápido si la primera dama y senadora electa por Buenos Aires, Cristina Fernández, se convirtiera en la candidata a gobernadora del ¿peronismo? Frente para la Victoria. En ese caso no habría discusión: ¿quién más kirchnerista que la esposa del Presidente?
La postulación de CFK para la gobernación bonaerense surgió en una de esas declaraciones, entre caprichosas y estudiadas, con las que el Gobierno testea las reacciones de la opinión pública. Un antecedente fue la propuesta del subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, hoy diputado electo, cuando lanzó el nombre de Cristina Fernández para la candidatura a senadora de este año. Pero con la gobernación es diferente: según fuentes calificadas de la Casa Rosada, ese destino no está en los planes de la primera dama ni tampoco en los del Presidente. “Es una forma de mantener a la tropa motivada”, aseguró a Página/12 un funcionario que tiene despacho en el primer piso de Balcarce 50.
Si se exceptúa a Cristina Fernández, los demás candidatos parecen arrancar en igualdad de condiciones. Pero eso es sólo una percepción. De los candidatos en carrera, algunos ya comenzaron a tejer alianzas con otros dirigentes para apuntalar sus ambiciones. Quienes más avanzados están en esa búsqueda son el ministro del Interior y el ministro de Gobierno bonaerense. El quilmeño Fernández tiene una ventaja y una desventaja: conoce mucho el terreno, a los hombres que tienen influencia en la provincia y cuenta con la ayuda de ocupar el ministerio que se encarga –además de la seguridad del Estado– de las relaciones con las provincias y los municipios.
Incondicional de Solá, Randazzo también tiene algunas cuestiones a su favor. Desde su puesto, clave en el desembarco kirchnerista, consolidó relaciones con muchos intendentes del interior del distrito. En la gobernación aseguran que esos caciques, los primeros en enfrentar a Eduardo Duhalde y sus aliados, constituyen “la estructura política más grande de la provincia”. Menos optimistas, otros dirigentes aseguran que Randazzo no tiene respaldo en el conurbano, al que consideran determinante para llegar a la gobernación. “No tiene el apoyo ni de la primera ni de la tercera sección electoral”, aseguró a Página/12 un reconocido miembro del PJ bonaerense que, como Randazzo, tiene sus ambiciones.
Natural de Chivilcoy, al igual que el titular de la SIDE Héctor “Chango” Icazuriaga, quien luego se mudó a Santa Cruz, Randazzo todavía no salió a hablar de su candidatura. Pero lo hará dentro de poco y, confían cerca suyo, con el aval explícito del gobernador.
De los otros candidatos, Balestrini cuenta con alguna ventaja, por gobernar (aunque lo dejará en diciembre, cuando asuma como diputado) un municipio tan poblado como La Matanza. Antes de ser intendente, Balestrini tuvo experiencia en el trabajo legislativo. Ahora es probable que suceda a Eduardo Camaño en la presidencia de la Cámara de Diputados, por lo que le espera un trabajo arduo en el Parlamento. Aunque algunos de sus rivales aseguran que Balestrini no quiere llegar a La Plata, el matancero suele decir a sus allegados que así como no hizo nada para ser presidente de la Cámara, tampoco hará nada para ser gobernador. “Pero ojo, eso no significa que vaya a hacer algo para no serlo”, advierten sus colaboradores.
En la lista quedan sólo Díaz Bancalari y Arslanian. La ventaja del ministro de Seguridad es que responde al perfil que más le gusta a Kirchner. En contra de sus chances influye su condición de outsider, de hombre sin ningún tipo de armado político en la provincia. “Ya tuvimos un Ruckauf. No funcionó. Para gobernar la provincia se necesita conocerla, haber hecho política muchos años”, aseguró a este diario un dirigente que –obvio– se ubica en las antípodas del prestigioso jurista.
En el caso de Díaz Bancalari pesa sobre su futuro la derrota del 23 de octubre. Respetado por propios y extraños, querido por el Presidente, el “Mono” nunca ocultó su deseo de suceder a Solá. Ahora parece haber recuperado cierta llegada a la Casa de Gobierno. Habrá que ver si le alcanza.