Aníbal Ibarra arrancó ayer en La Paternal la recorrida que hará por distintos barrios porteños en busca del apoyo de la sociedad para enfrentar el juicio político que dispuso iniciarle la Legislatura por el incendio de República Cromañón. “No vamos a bajar los brazos; vamos a seguir adelante y a dar pelea”, prometió Ibarra, quien recibió el respaldo del ministro del Interior, Aníbal Fernández: “Hablé con Aníbal el día de ayer y días anteriores por temas de gobierno y seguiré haciéndolo todas las veces que sea necesario”, remarcó el funcionario, tras negar que el kirchnerismo haya decidido dejarlo librado a su suerte. Representantes de organizaciones sociales llamaron, a la vez, a respaldar a Ibarra en una concentración convocada para el próximo lunes frente a la Jefatura de Gobierno de la ciudad. Esa manifestación será encabezada por la madre de una víctima del boliche de Once.
No fue mucho lo que Ibarra estuvo en el Centro de Jubilados y Pensionados de La Paternal: pasó apenas media hora desde que llegó hasta que se fue en su propio auto.
Era de esperar que los 200 jubilados allí reunidos lo recibieran al grito de “Aníbal no se va/Aníbal no se va”. Curioso resultó, en cambio, el cantito de “es para Macri que lo mira por TV”, más propio de los días de victoria, que intercalaron de tanto en tanto.
En las salidas que vendrán, Ibarra también empezará a probar suerte en espacios públicos, como parques y plazas, y algunos de sus colaboradores hasta se entusiasman con la idea de que en algún momento recorra puerta a puerta algún barrio. En el centro de jubilados de La Paternal jugó de local y tuvo su acostumbrado buen desempeñó; sobre todo, con las señoras que se desvivían por sacarse una foto o darle un beso. “Estamos encantados con que venga porque su gobierno nos ayudó mucho”, contaba en medio de tanta euforia por su visita la presidenta del centro, Ofelia Mamone.
“Tenemos una relación legítima que no tiene que ver con este momento. No les voy a contar a ustedes todas las veces que nos vimos”, los endulzó de entrada Ibarra y les prometió que no abandonará la “pelea” para retornar a la Jefatura de Gobierno. Después habló, como en todos estos días, de que el juicio político es producto de “la peor manipulación política” y sostuvo que “hay legisladores que pretenden imponerse a la sociedad”.
Al juicio político en sí se refirió al salir ante los medios y entonces ratificó lo que Página/12 publicó ayer: que no descarta recurrir a la Justicia por la falta de reglamento de la Sala Juzgadora. “Que no tenga reglamento es cuanto menos preocupante. Ahora hay un juicio político con nombre y apellido y esto se puede definir en función de los intereses de cada uno”, había alertado también a la mañana temprano en declaraciones radiales que formuló en la puerta de su casa. Ibarra también enfatizó que el juicio político no puede demorarse.
A Ibarra le será difícil conseguir que se aceleren los plazos sin apoyo político de otras fuerzas. En medio de las especulaciones sobre la actitud del kirchnerismo, Fernández manifestó que “nadie le quita ni le saca nada a nadie” y añadió que anteayer –o sea cuando ya estaba suspendido– habló “por temas de gobierno” con Ibarra.
El fortalecimiento del vínculo que Ibarra tiene con los vecinos es uno de los pilares del operativo retorno. La concentración que se prepara para el próximo lunes a las seis de la tarde en Bolívar y Avenida de Mayo apunta a demostrar que no está solo.
“A nosotros Ibarra nos acompañó en todo momento. Estoy acá porque él no nos defraudó”, explicó Gladys Coronel acerca de su decisión de encabezar esa muestra de apoyo al suspendido jefe de Gobierno. Coronel perdió a su hija en Cromañón y llamó a los porteños a participar de la concentración en una conferencia en la que estuvieron también varias Madres del Dolor y Mónica Carranza, del comedor Los Carasucias.