EL PAíS
› LE QUITARON A BOGGIANO SUS PRERROGATIVAS COMO JUEZ DE LA CORTE
Sin sueldo, sin auto y sin diarios
Pese a que todavía no se resolvió el recurso extraordinario que planteó ante la Corte, Boggiano se quedó sin los “atributos de poder”.
Antonio Boggiano aún no dejó su despacho en el cuarto piso del palacio de Tribunales. A pesar de que el Senado rechazó un recurso extraordinario de sus abogados y ratificó su destitución el 11 de noviembre pasado, el ex juez continúa aferrado a esas cuatro paredes. Aun así, algo cambió en las últimas horas: dejó de cobrar el sueldo de juez, perdió el derecho sobre el uso del automóvil oficial con chofer que se hallaban a su servicio y ya ni siquiera recibe la síntesis de prensa que se distribuyen entre sus colegas. La medida parece una señal demasiado clara, pero Boggiano aún espera pacientemente un dictamen de los conjueces de la Corte Suprema que, se rumorea, tendría malas noticias para el ex juez, aunque recién en febrero.
El ex ministro de la Corte Suprema ha dado sobradas muestras de resistencia durante los últimos días. A pesar de las varias y reiteradas señales que le envió el Congreso y que recibió también de sus colegas, hasta ahora permaneció aferrado a su silla con los llamados “atributos de poder” intactos.
La decisión política de sacarle el auto, el sueldo y la síntesis de prensa pasó por la Corte, cuyos empleados preguntaron por los términos en los que deberían liquidarle el sueldo poco antes de fin de noviembre. “¿Hasta cuándo debemos pagarle el sueldo?”, fueron aproximadamente los términos de la pregunta que alguien del sector administrativo de la Corte hizo a los conjueces designados para la evaluación de un recurso extraordinario presentado por el ex ministro. En ese momento, los conjueces anticiparon con su respuesta los efectos que Boggiano acaba de observar en su liquidación de bolsillo: debe cobrar su sueldo, explicaron, hasta el día que recibió la notificación de la destitución confirmada por el Senado. Es decir, hasta el 11 de noviembre.
El artículo 285 del Código de Procesal indica que cuando la destitución empieza a correr, la sentencia se hace ejecutable. Esa situación no cambia aunque –tal como sucedió con Boggiano– el interesado presente un recurso de queja extraordinario. “La queja no suspende la ejecución de la sentencia”, indicó un especialista de Tribunales.
Cuando el Senado le denegó su recurso en línea de la destitución por mal desempeño dispuesta tras el juicio político por el Congreso, el ex juez presentó una queja ante la Corte Suprema de Justicia. Con el recurso, Boggiano cuestionó su destitución y la medida está bajo análisis del tribunal de conjueces creado ad hoc para analizar su caso. El ex ministro aún espera que los jueces revoquen la decisión de la Cámara alta y lo repongan en su cargo. Cuatro de los conjueces habían resuelto reponer a Boggiano el 27 de septiembre, pero la medida quedó sin efecto por la pronunciación del Congreso. La misma comisión ahora evalúa una decisión distinta. Según varias versiones, el proceso podría terminar con una decisión que no modificará la resolución del Congreso.
Durante su último análisis, el tribunal de conjueces elevó un pedido de evaluación a la comisión acusadora de la Cámara baja y otro al procurador general, Esteban Righi. Lo invitaron a exponer su postura en la reunión que mantuvieron el último martes. El procurador no concurrió. A través de una nota pidió más tiempo para estudiar el planteo de Boggiano y requirió el expediente completo con la respuesta de Diputados, trámite al que los conjueces dieron curso el martes.
Aunque ninguna de las partes consultadas cree que el recurso pendiente se resuelva antes de la feria de enero, los jueces estarían dispuestos a revisar esa decisión si logran una respuesta de la Procuración antes del martes. A pesar de ello, los conjueces saben que no necesitan el dictamen del fiscal para pronunciarse. “Es más –consideró uno de los jueces consultados–, si la situación se dilata podemos decidir sobre la destitución.” Pueden hacerlo aunque no existen plazos procesales para apurar el dictamen de Righi.