Mar 13.12.2005

EL PAíS

Fanchiotti y Acosta piden por su absolución, pero se acusan entre sí

Los abogados de cada uno de los principales acusados de haber asesinado a Kosteki y a Santillán pidieron la libertad de sus clientes, pero no coordinaron estrategias. Por el contrario, ambos acusaron al defendido del otro de ser los autores de la masacre.

Ayer, la escena que se vivió en los tribunales de Lomas de Zamora fue la misma que se vino repitiendo desde el comienzo del juicio. En sus respectivos alegatos, los defensores del comisario Alfredo Fanchiotti y su chofer Alejandro Acosta, los principales acusados por las muertes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, pidieron la absolución de sus representados. Sin embargo, lejos de mantener una estrategia común, no pararon de dispararse entre sí. El abogado de Acosta, Daniel Baca Paunero, apuntó contra el cargo de coautoría con el que se lo acusa por ambos homicidios y rechazó el pedido de prisión perpetua. Descargando toda la culpa sobre Fanchiotti, sostuvo que la intervención de Acosta se limitó a la figura de participación secundaria. En contrapartida, Amílcar Chiodo, defensor de Fanchiotti, remarcó que las pruebas hasta ahora reunidas sólo pudieron confirmar que Acosta fue el autor del disparo que hirió de muerte a Santillán. Como para no dejar dudas, concluyó: “Ni coautor, ni participación, ni complicidad. Inocencia, total y cabal”.
Ambas presentaciones tuvieron una única coincidencia. Contra la versión que sostiene a la masacre de Avellaneda como producto de un “exceso policial”, intentaron apuntar hacia los responsables políticos. En el caso de la defensa de Fanchiotti, esta estrategia no es nueva. El discurso hasta ahora sostenido por sus abogados viene planteándolo como la víctima de operaciones conspirativas realizadas días previos a los incidentes en el Puente Pueyrredón. Ayer, el abogado de Acosta retomó la versión. “Todas las dificultades en las investigaciones se deben al encubrimiento por parte de los jefes de la política, que terminaron haciendo cargo a Acosta”, señaló Paunero. Chiodo fue más lejos e hizo referencia directa al clima que circulaba en los despachos del oficialismo con el rumor de un presunto “complot” armado por las organizaciones sociales para hacer caer el gobierno de Duhalde. “Si se estaba hablando de que iba a ser una manifestación distinta, ¿por qué los altos mandos pusieron al frente a una persona que no estaba preparada?”, apuntó el abogado.
Más allá de esta similitud, los argumentos presentados por ambos letrados no fueron en la misma dirección. El encargado de lanzar la primera piedra fue el defensor del cabo Acosta. En realidad, repitió lo dicho por el policía al comienzo del juicio. Acusó a Fanchiotti por la muerte de Darío Santillán y apeló a una suerte de obediencia debida para justificar la actuación de su representado. “Fanchiotti fue el que tomó las balas cuando fueron al móvil. Acosta se limitó a acompañarlo hasta el coche. No se trató de una coautoría. Acá hubo una diferencia de funciones”, sentenció. Mostrándose ofuscado, Chiodo pidió al tribunal posponer su presentación para preparar una respuesta. Sin embargo, los jueces desestimaron el pedido y el abogado se vio obligado a seguir. Chiodo dedicó una introducción de casi media hora para analizar la “estigmatización” sufrida por Fanchiotti a través de la televisión. Acto seguido, cargó con toda su artillería contra la actuación de la fiscalía y la veracidad del material aportado por los medios, hasta el momento la principal prueba recolectada en la causa.
Luego de repetir una y otra vez que ese día no se usaron balas de plomo, Chiodo apuntó contra los cargos presentados por la querella. Rechazó la figura de coautoría en tanto destacó que “no hubo acuerdo común entre Acosta y Fanchiotti para ir a matar piqueteros”. También intentó responder el argumento de los abogados defensores, quienes al pedir perpetua contra los dos policías aludieron el “manifiesto desprecio por la vida humana” mostrado por el comisario al haber disparado sobre Darío Santillán “mientras estaba indefenso”. En este sentido, Chiodo aseguró que al ingresar a la estación de trenes Avellaneda, Fanchiotti vio que Santillán estaba herido, pero no se acercó ya que fue a perseguir a otros manifestantes “en obligación de su deber”. En lo que respecta a Kosteki, también descartó que hubiera sido su cliente el responsable, basándose en que Fanchiotti estaba ubicado a más de 80 metros. El planteo se contradice con uno de los informes de los peritos, en donde se aseguró que el poder de su escopeta podía matar incluso a una distancia mayor a los cien metros.
Para hoy está previsto que continúen su alegato los defensores de los otros seis policías acusados de encubrimiento. Un primer avance pudo escucharse ayer con la presentación de Javier Raidán, defensor de tres de ellos, quien también pidió la absolución. Contra la acusación que sostuvo cómo, al levantar las vainas, los policías estaban ocultando evidencia, Raidán planteó que se trata de una práctica común, ya que la orden es recoger los cartuchos para evitar su posterior reventa. Según se estima, las nuevas presentaciones no se extenderán más allá de la semana que viene, con lo que el fallo podrá conocerse antes de fin de año.

Informe: Carolina Keve.

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