Aníbal Ibarra cumplió ayer el último paso formal relacionado con su defensa en el juicio político por el incendio de República Cromañón y recusó a Gerardo Romagnoli, el zamorista que está entre sus jueces y lo había comparado con Alfredo Fanchiotti, el ex comisario acusado por el asesinato de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. “Las expresiones referidas por el legislador Romagnoli constituyen un caso paradigmático de prejuzgamiento”, destacó el jefe de Gobierno en su escrito de recusación. “Es lamentable la estrechez de Ibarra”, replicó Romagnoli y así dio a entender que rechazará el pedido de apartamiento del caso. De ser así, el planteo deberá resolverlo la Sala Juzgadora y recién después comenzará el debate oral y público. La acusación no podrá entonces llevar de testigo a Omar Chabán –como pidió–, porque está imputado en la investigación penal de la tragedia.
La recusación de Romagnoli completa la serie de planteos formulados por Ibarra en función de la defensa que prepara para enfrentar la acusación de los legisladores. Para refutar los cargos que le formulan, el jefe de Gobierno ofreció diversas pruebas y solicitó que sean convocados 44 testigos, entre funcionarios de su administración, familiares de las víctimas, sobrevivientes del incendio de Cromañón, miembros de organismos de control e integrantes de la Justicia. La estrategia jurídica la definió junto al ex fiscal Julio César Strassera, quien será su defensor en el juicio político, y los abogados que lo asesoran.
En su presentación Ibarra citó un tramo de la versión taquigráfica de la sesión de la Legislatura del último sábado en la que Romagnoli –quien por primera vez se sentaba en su banca– resultó sorteado para integrar la Sala Juzgadora. Según se encargó de remarcar el jefe de Gobierno, el legislador de Autodeterminación y Libertad dijo que si no se logra llegar a la verdad, “un sistema corrupto seguirá ganando, aun volteando el árbol de Ibarra con el que intentan ocultar el bosque” y agregó: “Que este pequeño árbol que hoy se llama Fanchiotti, para tapar a los responsables políticos de los asesinatos de Santillán y Kosteki, tampoco se repita aquí; ni en este caso ni en el de Cromañón, permitiremos que lo logren...”
Ibarra remarcó que los dichos de Romagnoli son “un caso paradigmático de prejuzgamiento”. También señaló que “hacer una comparación pública entre un ex comisario de la Policía Bonaerense actualmente procesado y respecto de quien pesa un pedido de prisión perpetua por doble homicidio calificado con mi persona habida cuenta del juicio político que aquí se sustancia demuestra a las claras que dicho integrante de la Sala Juzgadora carece por completo del requisito de imparcialidad”.
Tanto Ibarra como sus asesores especulan con que la recusación será rechazada y no por nada se reservaron el derecho de recurrir a la Justicia si eso ocurre. No parecen equivocados: Romagnoli rechazó el planteo y sostuvo que demuestra “hasta qué punto (el jefe de Gobierno) está preocupado por su propia suerte y no por la muerte de 194 chicos”. Alrededor de Ibarra remarcan que el rechazo de la recusación sería otra muestra de las “irregularidades que vienen cometiendo los legisladores”.
Así como Ibarra, también los legisladores que actuarán como fiscales solicitaron la citación de distintos testigos. Entre los 104 que convocaron sobresale Chabán. El abogado del gerenciador de Cromañón, Pedro D’Attoli, aclaró que su defendido no puede ir a declarar y criticó a los autores de la convocatoria: “Esperemos que no sea abogado aquel que propuso como testigo a Chabán. Es imposible que declare sobre hechos de la misma causa estando relevado de juramento por el principio de que nadie puede declarar contra sí mismo.” Entre los acusadores de Ibarra, el único colega de D’Attoli es Jorge Enríquez. Jorge San Martino es licenciado en Ciencias Políticas y Rubén Devoto se presenta en la página de la Legislatura como un trabajador estatal.