El gobierno argentino volvió a objetar por vía diplomática la construcción de las dos papeleras en Uruguay y endureció su posición al anticipar que recurrirá a tribunales internacionales si no se detienen las obras. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Reinaldo Gargano, exhortó a “manejar con mucho cuidado” la polémica y advirtió que el conflicto “puede destruir la amistad” entre las dos naciones.
La Cancillería argentina reiteró ayer la queja presentada el 13 de este mes por la “construcción unilateral” de las papeleras y anexos que dañarán el ecosistema de la zona, en particular de la ciudad de Gualeguaychú, confirmó el vicecanciller, Roberto García Moritán, quien aseguró que en esta segunda queja se volvió a solicitar la detención de las obras.
Por su parte, la Cancillería uruguaya contestó recién ayer aquella queja argentina: “No se individualizan concretamente las normas jurídicas presuntamente vulneradas, lo cual deja al acto de protesta carente de fundamento y valor jurídico”, señala la respuesta.
La situación originada por la instalación de las papeleras fue discutida ayer en el Palacio San Martín por el canciller Jorge Taiana y el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti. Además, participaron el vicecanciller; el embajador en Uruguay, Hernán Patiño Meyer; el intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen; y ocho integrantes de la Asamblea Ambiental de esa ciudad.
En la reunión los diplomáticos detallaron las gestiones que llevan adelante ante Uruguay y los entrerrianos reafirmaron que “no están dadas” las salvaguardas para una obra de esa envergadura y que las papeleras afectarán la salud de los pobladores, la agricultura y el turismo. Irigoyen aclaró con mucho énfasis que “no es que no queremos que se instalen las papeleras”, pero instó a que “no se contamine ni se hipoteque el futuro”, y advirtió que continuarán los cortes del puente de Fray Bentos. “Lamentablemente debemos llevar adelante medidas antipáticas como el corte de ruta y probablemente tengamos que seguir haciéndolo, pero es la única manera que tenemos para que nos escuchen”, planteó el jefe comunal en una conferencia posterior a la reunión.
Gargano, en tanto, aseguró desde Uruguay que “hay que manejar (esto) con mucho cuidado porque puede destruir una amistad, una relación que ha tomado el sacrificio y el esfuerzo de mucha gente que ya no está, que luchó por la democracia y por los derechos humanos, por el desarrollo económico y social de nuestros pueblos y que no se puede tirar por la ventana, dando manija a diestra y siniestra”.
“No estoy contento con lo que está pasando; tantos años de lucha para tener buenas relaciones para construir el proyecto de integración regional y ahora esto ha tomado una dimensión que yo realmente no preví nunca”, se lamentó el canciller uruguayo.
Hoy se reúnen los equipos técnicos que integran la comisión binacional, creada por las cancillerías argentina y uruguaya por decisión de sus presidentes, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, en julio del año pasado, para evaluar el impacto medioambiental que podría acarrear la instalación de estas dos plantas papeleras sobre las ciudades argentinas y uruguayas que se encuentran a orillas del río Uruguay.