Comenzó finalmente el juicio político a Aníbal Ibarra por el incendio en Cromañón. La Sala Juzgadora se reunió ayer, pero postergó las principales definiciones. Los legisladores citaron para hoy a las 16 al suspendido jefe de Gobierno para que exponga los argumentos con los que recusa al legislador zamorista Gerardo Romagnoli. Ibarra lo acusa de prejuzgar, ya que Romagnoli lo comparó con el ex comisario Alfredo Fanchiotti. Esta vez la sesión será en el recinto de la Legislatura, adonde podrán asistir los familiares de las víctimas. También pospusieron la definición sobre los testigos que aceptarán y sobre la periodicidad de las reuniones. Al cierre de esta edición, Ibarra analizaba si se presentaría a la cita o si enviaría a un defensor en su nombre.
Si bien el juicio comenzó cuando se votó la acusación en noviembre, ayer se concretó la primera sesión formal de la Sala Juzgadora, presidida por el titular del Supremo Tribunal porteño, Julio Maier. Con la presencia de los familiares de las víctimas, la reunión se hizo en la Sala Eva Perón de la Legislatura, que quedó más que chica, repleta de periodistas y asesores. Maier explicó que –según su criterio– se aceptarán 135 testigos que comenzarán a desfilar a partir del 17 de enero. También planteó que la Sala se reunirá martes, miércoles y jueves, desde las 9.
Los legisladores decidieron (por 13 votos contra uno) que Romagnoli podía participar de la sesión, contra lo que opinaba Maier. Desde el Gobierno, criticaron esta votación: “De nuevo, cometen una irregularidad en el tema de las reglas. Las reuniones se tienen que guiar por el Código Procesal y en su artículo 61 se establece que el recusado no vota. Y hoy el recusado pudo votar”, sostuvieron cerca de Ibarra.
Tras una hora de debate, Maier planteo que él preside las audiencias, pero no puede “interferir” en las decisiones de la Sala. “No me voy a quedar a ser el secretario de actas”, acotó y se retiró. “La división de poderes genera características particulares y un lenguaje propio en el cuerpo judicial. A veces es difícil compartir los lenguajes, pero hoy creo que nos entendimos mejor”, evaluó la legisladora radical independiente Florencia Polimeni.
Luego consideraron un pedido que presentó Ibarra ayer por la mañana para que le permitiesen constituir a sus defensores y exponer las razones por las que planteaba la recusación contra Romagnoli. Ante esto, decidieron citarlo para hoy, por 12 votos contra dos (sólo se opusieron Marcelo Meis, de Recrear, y el propio Romagnoli). Tras escuchar los alegatos a favor y en contra, hoy la Sala resolvería la recusación. “La naturaleza de este juicio no tiene nada que ver con un juicio penal. El pedido no corresponde, no mezclemos perlas con chanchos”, dijo ayer Romagnoli. Si se concretase su recusación, deberán definir si su banca queda vacía o si será ocupada por la socialista Verónica Gómez, a la sazón, una aliada de Ibarra. Gómez perdió con Romagnoli el sorteo con el que se definió a los nueve integrantes de la Sala Juzgadora, que reemplazaron a los legisladores que terminaron su mandato en diciembre.
En el Gobierno porteño no se mostraron muy entusiastas con la citación, a pesar de que los propios legisladores del ibarrismo votaron a favor. “Ibarra fue el que pidió la audiencia, pero se resuelve citarlo con pocas horas de anticipación”, destacaron. Por su parte, el legislador macrista Roberto Destéfano aventuró: “Creo que podría no presentarse. No va a poder decir que no le dimos la oportunidad de que venga a explicar”.
En la sesión de hoy establecerán también cuáles testigos aceptan y cuáles rechazan. Los legisladores adelantaron que coincidirían con el criterio de Maier: 34 para la defensa y 95 para la acusación. Todos comenzarían a desfilar a partir del 17 de enero. Algunos de los legisladores mostraron su preocupación por los plazos, habida cuenta de que si el 15 de marzo no hay un fallo de la Sala, Ibarra sería restituido en el cargo y no podría volver a ser juzgado por este caso. “Si tres días por semana no alcanzan, habrá que trabajar cinco o siete. Me tiene sin cuidado”, comentó Destéfano. “Tenemos que llegar, no nos queda otra. Sesionaremos de lunes a viernes veinte horas, si hace falta”, se atajó Polimeni. “Es un momento muy importante para la ciudad y tenemos que estar a la altura de las circunstancias”, concluyó.

Informe: Werner Pertot.