En los hechos políticos muchas veces lo más importante es la oportunidad. Incluso más que los gestos. Un ejemplo será la cumbre que está preparando Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil, convocada para el 18 de enero, en la que participarán Hugo Chávez y Néstor Kirchner. Los tres presidentes se encontrarán para hablar de temas energéticos, una cuestión que, más allá de su importancia, se convirtió en el paraguas de muchos encuentros diplomáticos, pero también aprovecharán la cita para festejar el triunfo de Evo Morales. El festejo podría extenderse por varias semanas, porque aparte de la asunción de Morales en Bolivia –el 22 de enero– Lula, Chávez y Kirchner podrían encontrarse de nuevo en Caracas a fin de mes, en el Foro Social Mundial que antes se organizaba en Porto Alegre. Este año los movimientos sociales del continente eligieron como sede a Venezuela. Como anfitrión, Chávez invitará a Lula y Kirchner. Pero la estrella indiscutida será el flamante presidente boliviano.

Con algunos apoyos más explícitos y otros más discretos, Lula, Chávez y Kirchner ayudaron al líder cocalero en los últimos dos años. Desde acompañamiento político hasta respaldo financiero, los tres jefes de Estado colaboraron con el proyecto del Movimiento al Socialismo (MAS). Lula, por ejemplo, se animó a imaginar –¿o a pronosticar?– la victoria de Morales durante la cumbre del Mercosur que se realizó en Puerto Iguazú. En ese momento faltaba un mes para las elecciones en Bolivia. El apoyo coincidió con una cruzada alarmista de Washington, que presentaba al campesino del Chapare como una nueva amenaza para América latina.

Ahora la relación podrá fortalecerse en Brasil, en la reunión trilateral de presidentes. Es muy probable que Lula quiera sumar a Morales, aunque hasta el sábado los asesores del boliviano no habían recibido invitación alguna. El encuentro podría prolongarse en el Foro Social, en la capital venezolana, donde Chávez aprovechará para devolver gentilezas con su par brasileño. El año pasado, en el último encuentro organizado en Porto Alegre, Chávez elogió a Lula y lo defendió de las críticas del ala izquierda del PT y del resto de la izquierda latinoamericana.

“A pesar de algunos ruidos que ustedes puedan hacer (por los silbidos de algunos manifestantes), quiero decirles que yo lo quiero a Lula, lo aprecio. Es un gran hombre, un gran compañero”, dijo Chávez en aquella oportunidad. Luego citó a Mao Tse Tung y su conocida tesis sobre la contradicción principal, necesaria para “saber cuáles son los enemigos y cuáles los amigos”. En Caracas, Chávez tendrá una nueva oportunidad para ayudar a Lula, quien quiere relanzar su gobierno tras la crisis por las denuncias de pagos ilegales en el Parlamento brasileño. También podría marcar el debut de Kirchner en las citas anuales del movimiento antiglobalización y la izquierda latinoamericana. Aunque todavía no está confirmada su presencia –el tema se definirá en Brasil, en la reunión del 18 de enero–, el Gobierno estudia cómo garantizar una importante concurrencia de simpatizantes del kirchnerismo al primer Foro Social que se organizará en tierra venezolana.