EL PAíS › LA INFLACION DE DICIEMBRE FUE DEL 1,1 POR CIENTO, Y LA CANASTA DE ALIMENTOS BAJO 0,1
Los acuerdos de precios resultaron efectivos para frenar la suba de los productos más sensibles y contener las expectativas inflacionarias. Pero el problema todavía no está resuelto. El índice minorista aumentó 12,3 por ciento en 2005, por arriba de lo pautado.
› Por David Cufré
Los acuerdos de precios como método para controlar la inflación sacaron un aprobado en su primer examen. No fue un sobresaliente, porque el índice registró su nivel más alto para el mes de diciembre en 15 años, pero Felisa Miceli puede sentirse conforme con el resultado de su primera apuesta fuerte como ministra. Los precios minoristas subieron el mes pasado 1,1 por ciento, apenas 3 décimas más que en diciembre de 2004, y por debajo del 1,2 de noviembre último. Pero el dato que más entusiasmó a los funcionarios del Ministerio de Economía fue que la canasta básica de alimentos bajó 0,1 por ciento, luego de haber alarmado a todos con el salto de 3,3 puntos del mes pasado. Fue allí donde operaron los convenios con supermercados e industriales y donde más se apreció su efecto.
Todavía es muy temprano, de todos modos, para cantar victoria. El Gobierno dio el primer paso para frenar las expectativas inflacionarias, pero ahora le esperan otros. Los desafíos inmediatos son extender la duración de los acuerdos, ampliar la oferta de productos rebajados y perfeccionar su cumplimiento. Deberá demostrar, en suma, que el costado heterodoxo de su estrategia contra la inflación es sustentable.
Los economistas ortodoxos machacan con que no es posible, que se trata de un parche y que la solución de fondo es enfriar la economía, apelando a un aumento de las tasas de interés y a un incremento del superávit fiscal. También piden disciplinar los salarios, a los que atribuyen una cuota de responsabilidad en los ajustes de precios. Es la recomendación que también entregaba el FMI.
El aumento del IPC en 2005 fue del 12,3 por ciento, más del doble del 6,1 de 2004 y 1,3 punto por encima de la meta máxima presupuestada. El número está por arriba del umbral considerado tolerable en el Palacio de Hacienda. Allí existe desde hace tiempo un estudio técnico que demuestra que cuando se instala una inflación del 1 por ciento mensual por un período considerable existe una amenaza seria de espiralización de la inflación. Es una lección que dejaron anteriores crisis de precios en el país.
De acuerdo con cómo venía la tendencia desde mediados de año (sólo agosto tuvo una cifra razonable, de 0,4 por ciento), el Gobierno tenía que conseguir que diciembre no terminara con una escalada de 2 puntos, que podía ser la antesala de otra del 3 en enero. Los meses de verano son de por sí complicados, por el impacto de las Fiestas y las vacaciones. El rubro Esparcimiento fue de hecho el que más aumentó el mes pasado: 3,8 por ciento. En segundo lugar quedó Atención médica y gastos para la salud, con una suba de 2,4 puntos, debido a los ajustes de las empresas de medicina prepaga. Y más atrás se ubicaron Equipamiento y mantenimiento del hogar y Transporte y comunicaciones, en ambos casos con incrementos de 1,0 por ciento.
En cuanto a Alimentos y bebidas, el alza fue del 0,8 por ciento, contra 2,1 de noviembre. Frente a este dato, la pregunta que surge inmediatamente es cómo se explica entonces que la canasta básica alimentaria haya bajado 0,1 por ciento. La respuesta está en que los ítem que determinaron la suba del rubro no fueron los alimentos esenciales, sino las comidas en restaurantes (se encarecieron 3,2 por ciento), las bebidas no alcohólicas (3,0) y las comidas de rotisería (2,8).
La excepción son las carnes, que a pesar del acuerdo con Economía aumentaron 3,2 por ciento, con incrementos del 6,4 en el asado, del 5,0 en cuadril, del 4,6 en nalga y del 3,9 en bife angosto, entre otros. La versión oficial es que el entendimiento con productores ganaderos y frigoríficos se produjo luego de algunos ajustes que ya se habían practicado en diciembre, pero la expectativa es que la situación se revierta este mes.
Los alimentos para consumir en el hogar treparon sólo 0,1 por ciento y, dentro de ellos, los que conforman la canasta alimentaria disminuyeron 0,1. Verduras, hortalizas y frutas tuvieron fuertes caídas estacionales. El tomate redondo bajó 43,0 por ciento, la papa 26,0, el zapallito 23,0, el zapallo 17,2, la manzana 6,5, la banana 5,0 y la naranja 2,3. Otros alimentos, como pollos, galletitas dulces y de agua, fideos secos tipo tallarín, azúcar y té en saquitos no registraron variaciones.
En los otros rubros, la Indumentaria trepó 0,6 por ciento, Vivienda y servicios básicos se encareció 0,4 y, también por factores estacionales, Otros bienes y servicios disminuyó 0,3 por ciento y Educación descendió 0,2.
El Top Ten de bienes y servicios con mayor inflación de 2005 está encabezado por las expensas, con un alza del 24,3 por ciento. Le siguen los precios de los automóviles (22,8), las comidas en restaurantes (22,2), la carne (21,3), las comidas en rotiserías (21,2), servicios educativos (20,0), los alquileres (17,9), servicios para la salud (17,4), lácteos y huevos (17,1) y muebles y accesorios decorativos (16,6).
El Indec informó también los resultados de los precios mayoristas y de la construcción. En el primer caso, avanzaron en diciembre 1,0 por ciento y acumularon un alza de 10,7 en el año. Los segundos aumentaron 0,7 punto el mes pasado y registraron un incremento de 17,8 por ciento en todo 2005.
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