EL PAíS › SENADOR ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO
Fue uno de los fundadores de Tupamaros y sigue siendo una figura clave de la izquierda uruguaya. Dice que “entiende” el reclamo por las papeleras, pero no esconde la bronca por los cortes de puentes. Explica la “delicada” relación entre Kirchner y Tabaré. Y se guarda un caño para los ecologistas “que aman a los pajaritos”.
“No habrá camino que no recorramos juntos. Tratamos el mismo asunto, orientales y argentinos”, decía un tema de Alfredo Zitarrosa. Muy otra es la canción con la que rumbea por estos días el senador del Frente Amplio Eleuterio Fernández Huidobro. Aunque plantea que el reclamo por las papeleras “es justo”, no esconde su enojo por los cortes y considera que la relación entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez es “accidentada”. El Ñato Fernández Huidobro es una de las figuras centrales de la izquierda uruguaya: fue uno de los fundadores del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) Tupamaros y es autor, junto con el escritor Mauricio Rosencof, de los tres tomos de Memorias del calabozo, donde expurgaron el horror de sus 12 años de prisión política durante la dictadura uruguaya.
Además de defender la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos, en diálogo con Página/12, se muestra molesto por el (hipotético) tratado de libre comercio entre Uruguay y Estados Unidos que levantó polvareda en el Mercosur. Para responder a las críticas por izquierda, recuerda las “relaciones carnales” de Menem y que el presidente de Venezuela Hugo Chávez “vende todo el petróleo a Estados Unidos”. Con una sola frase define el lugar que le queda a su país en el bloque regional: “Estamos más pintados que techo de cocina”.
–¿Qué piensa del conflicto por las papeleras?
–Me parece lamentable.
–¿El reclamo de los vecinos de Gualeguaychú es justo?
–Todo reclamo, en principio, es justo y debe dirigirse a donde corresponda. No me parece tan justo cortar las carreteras y causar otro daño: un daño irreparable. Los distintos tipos de derechos deben derivarse a donde se dirimen los juicios de derecho. Se han pedido los informes al Banco Mundial, se dieron esos estudios y se dice que se va a llevar el conflicto al tribunal de La Haya. Pero mientras tanto, siguen los cortes. Por donde se lo mire es lamentable.
–¿Considera que la relación entre Kirchner y Vázquez se vio dañada por este conflicto?
–Sí, ésta es una opinión personal: esto lleva a una relación accidentada entre el presidente de la Argentina y el presidente de Uruguay.
–¿Qué le parece la propuesta argentina de trasladar las fábricas al sur de Fray Bentos?
–Me parece bastante inviable: es como pedirle a la Argentina que cambie el lugar donde está Atucha II porque a nosotros nos molesta.
–Hace poco, un senador de su partido dijo que Atucha II era “un nuevo Chernobyl”. ¿Usted comparte esta comparación?
–No, no me animo a decir eso. Pero una central nuclear siempre es un riesgo y en el Uruguay están prohibidas por ley.
–¿Cómo ve el panorama regional con Hugo Chávez, Evo Morales, Michelle Bachelet?
–Lo veo muy positivo.
–¿Se puede llegar a formar un bloque regional?
–Por un lado, esos resultados electorales plantean que se puede integrar un marco regional, pero estos incidentes limítrofes con los países chicos traban la posibilidad de llegar a una mayor integración regional. Hace un tiempo que la Argentina y Brasil vienen haciendo acuerdos bilaterales por su parte. Entonces, los países chicos se preguntan qué sentido tiene. Estamos más pintados que techo de cocina.
–Por un lado, existe la posibilidad de este bloque regional y, por otro, este conflicto por las papeleras que distancia a Uruguay, ¿cómo puede resolverse esta contradicción?
–Creo que hay que sentarse alrededor de una mesa y sincerarse. Lo importante sería la voluntad de diálogo...
–¿Pero...?
–Pero el Mercosur no funciona, cada vez que Brasil y la Argentina no quieren que funcione. No sólo son las papeleras. A nosotros nos cortan también las carreteras en Brasil cuando entramos con nuestro arroz.
–¿Existe la posibilidad de que Uruguay abandone el Mercosur?
–No, de ninguna manera, pero la población uruguaya están pensando qué sentido tiene el juego regional planteado de esta forma.
–¿Qué piensa de la posibilidad de un tratado de libre comercio entre su país y Estados Unidos?
–No me parece inoportuna la discusión del tema. Nosotros como fuerza política no lo tenemos en la agenda.
–Sin embargo, lo planteó el ministro de Economía, Danilo Astori, y lo confirmó luego el canciller, Reinaldo Gargano...
–Nosotros como fuerza política tenemos una decisión de nuestro congreso partidario en contra. La alianza estratégica con Estados Unidos era (Carlos) Menem. Eso eran relaciones carnales y era la Argentina. Estamos hablando de un tratado de libre comercio. La postura de la cumbre de Mar del Plata es que, oportunamente, el Mercosur discutirá como bloque el ALCA con Estados Unidos. El ALCA no quedó descartado.
–Sin embargo, Chávez sostuvo en Mar del Plata que esa cumbre fue “la tumba del ALCA”.
–Esa es una opinión de Chávez, que no precisa el ALCA porque ya le vende a Estados Unidos todo lo que tiene para vender. Si es por eso, Venezuela hace rato que está en el ALCA: es el principal proveedor de petróleo de los Estados Unidos.
–Sin embargo, la política exterior de Chávez dista de ser favorable a Estados Unidos...
–No vinculo el antiimperialismo con los tratados comerciales, es como hablar del amor y del poroto: son cosas totalmente distintas.
–Ustedes ya han tenido esta discusión cuando se aprobó en el Congreso el tratado de protección de inversiones para Estados Unidos. ¿El Frente Amplio quedó resquebrajado tras esa discusión?
–La enorme mayoría del Frente Amplio votó a favor del tratado de protección de inversiones, pero es difícil tener unanimidad. En Uruguay ya existe esta ley de protección de inversiones desde la época de los blancos y los colorados. El problema es que los inversores no vienen... y cuando vienen, la Argentina nos corta la carretera.
–Con una mano en el corazón: ¿realmente cree que las papeleras no van a contaminar?
–Yo confío (porque no soy especialista a pesar de que leí todo lo que pude) en los organismos de mi país y en mis compañeros que me aseguran que no. No voy a confiar en Greenpeace, que está financiada por los grandes centros imperiales. Desde ahí que yo sospecho. Yo pertenezco a un gobierno que es elegido por votación popular y no sé quién elige a los dirigentes de Greenpeace.
–De contaminar las plantas, ¿ustedes no avalarían su construcción?
–Obviamente. Ni el presidente Tabaré Vázquez ni ninguno de nosotros permitiríamos que se instalen si contaminan. Y si están abiertas, las cerramos al otro día.
–O sea que si se comprueba que contaminan, tendrán que cerrarse.
–Es lo que marca la ley para cualquier industria. Hemos cerrado muchas.
–¿Cómo cayó por Buenos Aires su frase de que “la pintoresca izquierda cholula de Uruguay no sólo se parece cada vez más a la porteña, sino que lisa y llanamente se ha pasado a su bando”?
–Me refería a que debido a la escasez del petróleo y el gas, a nivel mundial entraba como estrategia el desarrollo de las energías alternativas, por lo que Uruguay va a tener que basarse en la leña. No me refería a las papeleras sino al problema energético. Y dije que era así por más que lo digan algunas ONG amantes de los pajaritos y las ballenas blancas, que viven fuera de la realidad, y que en el caso de las papeleras se han pasado del lado de los porteños.
Reportaje: Werner Pertot.
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