Estuvieron esperando, pero el teléfono no sonó. Sin señales desde la Casa Rosada y frente al silencio del gobernador Jorge Busti, los asambleístas de Gualeguaychú decidieron continuar con el corte, el más largo desde que arrancaron con las protestas por la instalación de las papeleras en la ciudad uruguaya de Fray Bentos. También decidieron continuar con la misma metodología y convocaron a una nueva asamblea a las seis de la mañana de hoy para definir si seguirán con la medida. Las expectativas no son buenas. Salvo que Uruguay decida dar marcha atrás con la construcción de las plantas, la respuesta que ayer se pudo escuchar en los costados del puente General San Martín dejaba entrever una sola alternativa. “De acá no nos vamos”, coincidieron todos.

A medida que pasaba la tarde, los camiones continuaban acumulándose en las cercanías del paso fronterizo con la localidad uruguaya de Fray Bentos. Con ese panorama de fondo, los vecinos comenzaron puntuales la asamblea. Una hora después dieron a conocer la decisión de continuar con el corte, lo que se había dejado adivinar horas antes por el tenor de los reclamos. “Nosotros esperamos del Gobierno una propuesta distinta. Hasta el momento, lo único efectivo son los cortes porque es lo que afecta a los uruguayos y, en algún momento, los va a obligar a acordar una propuesta”, comentó a Página/12 Pedro Pavón, uno de los asambleístas.

Por la mañana, la Asamblea de Gualeguaychú ya había adelantado que extendería la medida si no recibía algún gesto del Gobierno. Todas las expectativas estaban puestas en el encuentro que mantuvo Busti con Néstor Kirchner en Casa de Gobierno. Sin embargo, al terminar la reunión el gobernador salió sin dar declaraciones. Tampoco se comunicó con los ambientalistas de Gualeguaychú. En realidad, el diálogo con los manifestantes entró en cortocircuito hace algunos días. Respondiendo al pedido de Kirchner, Busti viene intentando que se terminen los cortes. Según el argumento oficial, resulta conveniente avanzar por la vía judicial y terminar con las medidas de fuerza. El respiro permitiría distender los ánimos con Uruguay y abriría una puerta para el diálogo. Ayer, en Gualeguaychú, la opinión fue muy distinta. “Cada vez estamos más seguros de que vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Uruguay se ha puesto en una posición muy dura y si bajamos los brazos, la construcción de las plantas no se las para con nada. Acá cada vez viene más gente a ayudarnos y consideran que los cortes son inamovibles”, expresó otro de los integrantes de la Asamblea, Héctor Rubio.

Por unanimidad, los vecinos decidieron mantener el corte de la ruta 136 para impedir el paso al puente internacional, que une a Gualeguaychú con Fray Bentos. Hoy, a las 6, una nueva asamblea decidirá si la medida se prolonga otras 12 horas, algo que resulta casi seguro, ya que es de suponer que no se conocerá ningún cambio por el momento. Durante el fin de semana algunos plantearon la posibilidad de terminar con los cortes, fundamentalmente porque está por terminar la temporada y los cortes van a perder eco en la opinión pública. Sin embargo, esa alternativa ayer se desvaneció con las declaraciones de Tabaré Vázquez ratificando que su gobierno no detendrá la construcción de las dos plantas (ver página 3). Otra de las diferencias surgió en torno de la metodología que se implementará para mantener los cortes en los próximos días. Por el momento, se vienen alternando grupos de unas doscientas personas en turnos de cinco horas, ya que muchos de los vecinos terminaron sus vacaciones y se les dificulta mantener los cortes.

Para complicar el panorama, a la fila de autos se sumó un nuevo contrapiquete de los camioneros sobre la ruta 42. La medida, sin embargo, no estuvo orientada contra los que mantienen el corte. El reclamo de los conductores fue nada menos que el de baños químicos “para hacer más cómoda la espera”. Como contrapartida, los ambientalistas decidieron dejar pasar a unos camiones de oxígeno que se dirigían al hospital de Fray Bentos, aunque finalmente los coches quedaron varados en la ruta porque el resto de los conductores comenzaron a exigir que también les habiliten el paso.