“No es casualidad que pase en mi provincia”, señaló el presidente Néstor Kirchner, sobre el ataque a la comisaría en el que fue asesinado el oficial subinspector Jorge Sayago. En un acto de Casa Rosada, el Presidente dejó trascender la posibilidad de una intencionalidad política en el grave incidente, una idea que luego reforzaron el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, y otros dirigentes kirchneristas (ver aparte). En Las Heras, la Gendarmería desalojó sin violencia la ruta 43, que mantenían cortada los trabajadores del petróleo disidentes del sindicato. La intención ahora es destrabar el conflicto laboral a través de una “mesa de diálogo”, en la que se sentaron el dirigente petrolero Mario Navarro, el intendente de Las Heras, José Luis Martinelli, representantes de la Iglesia y a la que –posiblemente– se sumarán las empresas petroleras. Con todo, los manifestantes aclararon que “seguirán adelante” con sus reclamos y que volverán a la ruta si las negociaciones no avanzan.

“No venimos a reprimir una protesta, ni a impedir ninguna expresión de un ciudadano argentino”, aseguró ayer el secretario de Seguridad de la Nación, Luis Tibiletti, cuando desembarcó en Santa Cruz junto con 247 gendarmes que desalojaron la ruta 43. “El gobierno de Kirchner ha desarrollado operativos de seguridad en todo el país sin que haya una sola víctima. No hacemos discursos de derechos humanos, sino que garantizamos la libertad de los ciudadanos”, destacó Tibiletti.

“Así como tuvimos a Kosteki y Santillán como un basta a la represión policial, Sayago debe ser un basta a los iluminados que con la violencia buscan obtener sus fines”, sostuvo Tibiletti, que afirmó que la Gendarmería desalojó la ruta para “que la comunidad de Las Heras pueda tener este día de duelo y reflexionar por qué, como en la noche de la dictadura, hay gente armada y encapuchada amenazando trabajadores”.

“Estamos llorando la pérdida de un mártir de la democracia”, dijo el funcionario. En paralelo, el cortejo fúnebre de Sayago atravesó en silencio la avenida principal del pueblo de Gobernador Gregores, ubicado a 440 kilómetros de Río Gallegos, y la jueza Graciela Ruata de Leone inició la investigación por su asesinato (ver aparte).

“Soy el responsable político de las operaciones”, aseguró Tibiletti, que preside el Comité de Crisis armado por el Ministerio del Interior a pedido del gobernador Acevedo, y dijo que garantizarán “que no ejerzan la violencia” en la zona. “Los argentinos después de la noche de la dictadura recuperamos el valor de la vida”, concluyó.

Los trabajadores petroleros esperaron con mucha tensión y ansiedad la llegada de los gendarmes. “Realmente no sabemos si van a dialogar o si avanzarán con las tropas sobre los piquetes”, resumía Adrián Saucedo, un delegado de los trabajadores. Navarro pidió calma a sus compañeros y logró que se apartaran de la ruta cuando aparecieron las tropas, que se alinearon marcialmente frente a la manifestación. “No somos violentos, ni piqueteros”, definió Navarro, y pidió una mesa de diálogo para resolver el conflicto. Tuvo una breve reunión con Tibiletti y se comprometió a despejar la ruta y correr la movilización a un costado. Así se mantuvieron en la banquina durante todo el día.

Paradójicamente, tras el arribo de los gendarmes, la situación se distendió. “Los gendarmes nos dijeron que pensaban que los estaban trayendo a pueblos de guerrilleros. Pero tuvimos una charla de amigos con los que se acercaron y se dieron cuenta que no es así”, comentó Guineo. Megáfono en mano, Navarro pidió no hacer “declaraciones que inciten a la violencia, porque estaríamos dando de comer a los que dicen que somos violentos”. “Lamentamos la muerte de este policía. Nosotros no vamos a obstruir ni enfrentar a los gendarmes”, destacó el obrero soldador, cuya detención derivó el martes en el ataque a la comisaría.

El intendente Martinelli también se reunió con los manifestantes y acordó formar una mesa de diálogo, que buscará destrabar el conflicto. Martinelli también habló con Tibiletti, con el ministro de Gobierno provincial, Claudio Dalle Mura, y con los jefes de la Gendarmería y la Policía parainformarles sobre las negociaciones. En la primera reunión de la mesa, en la intendencia, estuvieron Navarro, las autoridades provinciales, de la Iglesia y el diputado del municipio de Las Heras, Eduardo Alonso. “La mesa está. Faltarán algunas sillas, porque lo hemos invitado al gobernador y todavía no quiere venir”, comentó a Página/12 Luis Guineo, otro vocero de los petroleros.

Los trabajadores solicitaron específicamente la presencia de las empresas Repsol-YPF, Vintage Oil y Panamerican Energy, que operan en la zona. “Lo que pedimos es que los 300 compañeros que están en el convenio de Uocra pasen al de petroleros”, remarcó Guineo. También señaló que reclaman un aumento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, para que no se le descuente de sus sueldos. Al atardecer, los petroleros hicieron una asamblea en la banquina de la ruta 43. Decidieron irse a sus casas a dormir y volverán hoy a las siete a la ruta.