Telefónica se comprometió ayer a suspender la demanda que mantiene contra Argentina ante el tribunal arbitral del Banco Mundial por 2834 millones de dólares. “La suspensión responde a la confianza y al compromiso de Telefónica con el país”, aseguró el titular de la empresa, Mario Vázquez, durante la firma de una carta de entendimiento acordada con el Gobierno, donde también se incluyó la promesa de mantener congeladas las tarifas locales e interurbanas, inversiones por 1000 millones de pesos para este año, modificaciones en el precio de las comunicaciones internacionales entrantes y la aplicación de menores descuentos a partir de la unificación de las bandas horarias en la que se aplican rebajas. Estas dos últimas medidas le reportarán a la compañía una ganancia extra estimada de 54 millones de pesos anuales.

El anuncio se formuló en la Casa de Gobierno, tras la reunión entre el presidente Néstor Kirchner y el canciller español, Miguel Moratinos. La carta de entendimiento deberá ser sometida a una audiencia pública y recién 30 días después se suspenderá la demanda ante el Ciadi, aunque la empresa aclaró, en un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio, que será sólo por 210 días, período durante el cual se intentará arribar a un acuerdo definitivo con el gobierno.

El anuncio de Telefónica de congelar su reclamo, el más cuantioso formulado contra Argentina, se suma a las decisiones que habían tomado en el mismo sentido las españolas Endesa y Gas Natural, la norteamericana AES (Edelap) y la argentina Edenor. Aguas Argentinas también prometió la semana pasada que suspenderá el juicio en el Ciadi, pero los accionistas extranjeros de la firma, entre ellos Suez y Aguas de Barcelona, resolvieron mantener la demanda. Todas las empresas habían iniciado sus reclamos luego de la devaluación de enero de 2002 y el posterior congelamiento y pesificación de las tarifas.

En junio del año pasado, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, había anunciado que Telefónica iba a levantar la demanda, pero luego las negociaciones se empantanaron y el acuerdo no se firmó. En diciembre fue el turno del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la ministra de Economía, Felisa Miceli, quienes viajaron a España para tratar de cerrar el tema. Los frutos de aquel viaje se vieron ayer.

El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, consideró que la decisión tomada por Telefónica representa “un punto de inflexión” en la negociación con las compañías de servicio público. “Calculamos que en muy corto plazo estaremos cerrando un acuerdo con Telecom y luego nos quedarán sólo las dos grandes transportadoras de gas”, detalló el ministro, quien luego intentó dejar en claro que la suspensión del juicio no se negoció a cambio de otorgar un aumento de tarifas. “El único ajuste que hay en el acuerdo se refiere a las llamadas entrantes desde el exterior. Ni siquiera hay un plan de revisión tarifario a futuro”, remarcó.

Las llamadas internacionales entrantes se incrementarán un 200 por ciento (equiparándose al aumento del tipo de cambio desde la devaluación). En el Gobierno afirman que la suba solamente perjudica a quienes se quieran comunicar con Argentina desde el exterior y mejora el balance de divisas del país. Sin embargo, fuentes del sector consultadas por Página/12 aseguraron que la medida también afectará a las empresas entrantes que competían con Telecom y Telefónica en ese segmento del mercado, yendo a buscar clientes al exterior para que concretaran sus operaciones con ellos y luego abonarles a las dominantes cuando la comunicación circulaba por sus redes.

El anuncio de inversiones fue otro de los platos fuertes de la mañana de ayer. Mario Vázquez aseguró que la empresa desembolsará 1000 millones de pesos durante 2006 para mejorar las redes de telefonía fija y móvil, “apostando a una reducción de la brecha digital”. De Vido celebró el anuncio y les recordó a los presentes en la Casa de Gobierno que “cuando vino César Alierta (presidente de Telefónica Internacional) en el 2003anunció una inversión de 2000 millones de pesos para tres años y ahora están anunciando 1000 millones para un solo año”. Las inversiones se concentrarán en el servicio ADSL (banda ancha), al que se le destinarán unos 500 millones de pesos, mientras que los otros 500 se dividirán, en partes relativamente iguales, en la red fija y en la telefonía celular de tercera generación.

Analistas consultados por Página/12 señalaron que la decisión de invertir fuerte en banda ancha puede tener que ver no sólo con el negocio de internet, sino con la posibilidad futura de ofrecer video por redes de telefonía. En la actualidad, la ley de radiodifusión les prohíbe a las telefónicas brindar ese servicio, pero si llegara a haber un cambio regulatorio podrían terminar compitiendo con las empresas de cable, en una de las primeras grandes batallas posibilitadas por la convergencia tecnológica.