EL PAíS › SECUELAS DE LA RENUNCIA DE ROMAGNOLI A LA SALA JUZGADORA
El suspendido jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, siguió criticando a los legisladores que lo acusan de mal desempeño. “En todo caso esto era lo que faltaba”, dijo sobre el zamorista Gerardo Romagnoli.
Aníbal Ibarra aprovechó ayer la renuncia del zamorista Gerardo Romagnoli a la Sala Juzgadora de la Legislatura y renovó sus críticas al juicio político que se le sigue por el incendio de República Cromañón. “En todo caso, lo de Romagnoli era lo que faltaba”, remarcó el jefe de Gobierno, tras señalar que “desde el principio esto no tenía buenas perspectivas” y que el proceso en su contra “está herido de muerte”. Los legisladores no tienen la misma opinión y seguirán adelante por más que Ibarra y sus colaboradores hayan insistido en que debería declararse la nulidad del juicio. En medio de las críticas de sus pares, Romagnoli se defendió y dijo que ahora estudiaría hasta la posibilidad de renunciar también a la banca a la que accedió hace poco más de dos meses.
Mientras en la Legislatura buscaron sobreponerse al desconcierto y la incertidumbre generados por el alejamiento de Romagnoli de la Sala Juzgadora, Ibarra trató de capitalizar la situación. La renuncia del legislador de Autodeterminación y Libertad le dejó al jefe de Gobierno el campo fértil para arremeter una vez más contra aquellos que lo están juzgando; sobre todo, porque el zamorista justificó su decisión en que “el juicio político “es un show, una simplificación de blancos contra negros, de buenos contra malos” y denunció que “se está enturbiando la posibilidad de conocer la verdad y las responsabilidades políticas”.
“Todos los que siguieron el juicio político ven que no hubo un solo testigo que pueda justificar la suspensión”, declaró Ibarra y repitió en público lo que en privado había dicho a sus allegados en su primer análisis de la renuncia de Romagnoli: “El juicio está herido de muerte”.
Ibarra advirtió que “la dirigencia política de la ciudad debe darse cuenta de que la sociedad se corrió, porque observó las irregularidades que hay en el proceso”. Además, aclaró que no tuvo vinculación alguna con la decisión del zamorista de apartarse del juicio político. “El caso Romagnoli –subrayó– no es un nuevo caso Borocotó; acá hay un legislador que cuestiona fuertemente a la Sala Juzgadora. Yo pedí la recusación de Romagnoli y pedí que se apartara del juicio y los macristas lo sostuvieron, ahora que se hagan cargo.”
A la voz de Ibarra se sumó la de su principal escudero, el jefe de Gabinete, Raúl Fernández, quien también rechazó las sospechas de una maniobra del ibarrismo y sostuvo que la de Romagnoli “fue una actitud individual del diputado y punto”. El funcionario insistió en que debería declararse la nulidad del juicio político y no descartó la posibilidad de hacer un planteo en ese sentido.
La ofensiva del ibarrismo contrastó con el repliegue de los legisladores. Varios miembros de la Sala Juzgadora se reunieron para evaluar el escenario planteado tras el alejamiento de Romagnoli. El acuerdo fue continuar como hasta ahora y también se conversó sobre la posibilidad de imponerle al zamorista algún tipo de sanción por su actitud. En la mesa de entradas de la Legislatura ya ingresó un proyecto del macrista Marcelo Meis para “expulsarlo inmediatamente” del cuerpo.
Frente al reclamo de muchos de sus pares de que renuncie también a su banca, Romagnoli dijo que podría analizar si da también ese paso, pero defendió su posición: explicó que llegó a “un límite” y que actuó de acuerdo con sus convicciones, además de repetir que Ibarra “no es el único responsable” de la tragedia de Cromañón y que “la Legislatura se autoexcluyó de ser investigada”.
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