El Cromañón norteamericano ocurrió en Rhode Island en 2003. Allá el peso de la causa sólo cayó sobre dueños y manager.
› Por Raúl Kollmann
En un caso prácticamente idéntico al de Cromañón, esta semana se produjo un hecho significativo en Rhode Island, Estados Unidos: el manager de la banda de rock, en este caso Great White, acordó con el fiscal una pena inferior a los diez años de prisión, mientras que los Omar Chabán de Rhode Island, los hermanos Jeffrey y Michael Derderian, no aceptaron ningún arreglo y podrían recibir penas de 30 años de prisión porque el techo de la discoteca no era ignífugo. En el boliche norteamericano, The Station, el 20 de febrero de 2003 murieron 99 jóvenes y otros 200 resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad. Los músicos de la banda, el equivalente a Callejeros, no fueron imputados, sino únicamente el manager, y el elemento de importancia es que el elemento pirotécnico que provocó el desastre era parte del espectáculo de Great White. Ningún funcionario fue acusado, pese a que los familiares de las víctimas exigían que se imputara al jefe de bomberos, ya que llegaron al lugar con mucha demora y con una autobomba en la que iban sólo dos hombres. En la causa civil, las demandas de los familiares hacen tambalear las finanzas del municipio.
El manager de la banda de rock pesado Great White, Daniel Biechele, de 29 años, arregló con el fiscal admitir su culpabilidad por el elemento pirotécnico que disparó el incendio. El compromiso del fiscal es que Biechele no será condenado a más de diez años de prisión y se dice que testificará contra los dueños del local. Sucede que tanto el fiscal como el juez sostienen que el elemento pirotécnico disparado por la banda no fue el factor decisivo en la tragedia. Lo que sí ven como crucial es el hecho de que los hermanos Derderian, dueños de la discoteca, permitieron que el espectáculo se hiciera en un lugar en el que los elementos aislantes del techo y las paredes no eran ignífugos. Como en Buenos Aires, eso provocó las muertes por asfixia. Los dueños del local instalaron estos elementos sin pedirle al municipio de West Warwick que los inspeccione, como lo ordena el código estatal relacionado con la prevención de incendios.
Dentro de la discoteca había 360 personas –aunque la cifra es discutida– dentro del máximo de 400 que permitía la habilitación. Como en el caso Cromañón, el humo invadió todo y en pocos segundos se produjeron las muertes.
En Rhode Island no fue acusado ningún político ni funcionario público, pero la catástrofe provocó un vuelco completo en la legislación estatal, lo cual significó un reconocimiento de que la legislación anterior era insuficiente. El Ejecutivo de ese estado norteamericano convocó a una comisión que redactó nuevas normas, incluyendo la obligación de poner extintores automáticos en los locales nocturnos, que disparan chorros de agua de inmediato cuando registran cambios en la temperatura. También se legislaron medidas mayores para las puertas de emergencia, financiamiento estatal para instalar extintores, tarifas subsidiadas de agua, normas estrictas sobre señalización, un régimen obligatorio de capacitación del personal en emergencias, revestimientos ignífugos y un largo listado de nuevas reglas que los boliches deben cumplir.
El mayor debate se produjo alrededor del jefe de bomberos, tanto por la falta de control de los elementos de aislación de The Station como porque en la primera autobomba que llegó al lugar sólo iban dos bomberos. Los padres de las víctimas también reclamaron el procesamiento de los inspectores de la zona y hasta de algún supervisor, pero hasta el momento no hubo cargos contra ellos. La puerta del boliche, por ejemplo, se abría hacia adentro, algo que va contra las normas antiincendio, y un inspector obligó a los dueños a cambiarla. Pero el funcionario nada dijo del elemento que resultó mortal, el aislante. El jefe de bomberos también quedó en la mira porque en cuatro años hubo tres inspecciones y ninguna objetó el tipo de aislante usado, de poliuretano.
Otro elemento clave en la tragedia fue que el extintor cercano al lugar donde empezó el fuego no estaba en su sitio porque se rompió un soporte y lo sacaron. Todo esto jugará en contra de los hermanos Derderian.
Ahora que el manager de la banda se declaró culpable, es posible que el juicio se adelante y comience antes de fin de mes. Biechele acordó que en ningún caso la fiscalía pedirá más de diez años de prisión, pero será el juez quien decida la pena. Los hermanos Derderian alegaron que no son culpables, que se trató de un accidente, que no sabían que los aislantes no eran ignífugos –el mismo argumento que Chabán– y que además no sabían que la banda utilizaría pirotecnia. El manager de Great White dice que los Derderian sí estaban al tanto de cómo era su espectáculo, por lo que corren el riesgo de ser condenados a más de 30 años de prisión.
Paralelamente está en marcha la causa civil y el municipio de West Warwick contrató a uno de los estudios más grandes de la zona para que limite las enormes indemnizaciones que tendrá que pagar, ya que los dueños del local no tienen fondos para enfrentar el pago. Por ejemplo, se planificó un aumento de impuestos para afrontar el costo de las indemnizaciones.
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