EL PAíS › DIALOGO CON EL MINISTRO DE EDUCACION, DANIEL FILMUS
Daniel Filmus confía en poder inaugurar el ciclo lectivo sin huelgas que lo opaquen. Con las leyes de Financiamiento y de Educación Técnica en el haber de su gestión, pretende que este año se sumen dos leyes que permitan reformular la fragmentación del sistema educativo.
› Por Nora Veiras
Con el estrés a flor de piel por el inminente inicio de clases y el consiguiente desafío de conjurar posibles paros docentes, el ministro de Educación, Daniel Filmus, señala que “el tema de la calidad es el tema central de la educación argentina y superadas ciertas urgencias, estamos sacando la nariz del agua, estamos saliendo del ahogo total que teníamos y podemos pensar en el mediano plazo”. Para diseñar ese mediano plazo, pretende que este año se sancionen otras dos leyes estructurales que refunden el fragmentado sistema educativo; una nueva ley de Educación y una nueva ley de Educación Superior. La intención es dar el debate durante los primeros seis meses aprovechando que no es un año electoral y poder encontrar el camino que permita a la Argentina apostar a la formación de recursos humanos como su gran capital de desarrollo.
–A una semana del inicio de las clases en varias provincias y con anuncio de posibles medidas de fuerza, ¿qué expectativa tiene?
–Estamos discutiendo a nivel nacional y en varias jurisdicciones pero soy optimista en que lleguemos a un inicio de clases sin huelgas. Estamos todavía en las dos semanas en que se van a tomar las decisiones más importantes. Lo diferente en este inicio es que hay parámetros más claros: la Ley de Financiamiento plantea cuánto más hay que invertir.
–Este año se prevé invertir un 4,7 por ciento del PBI en Educación, esto permitirá profundizar el debate pedagógico o la situación sigue siendo tan fragmentada que va a enturbiar esa discusión...
–Va a estar el tema salarial presente porque el atraso es de muchísimo tiempo. La recuperación ha sido importantísima. El salario inicial testigo cuando asumimos era el de la ciudad de Buenos Aires con 306,9 pesos, ese año se había votado solamente medio incentivo porque se había vetado la otra mitad, es decir que se pagaban 30 pesos salteados, hoy en día está en 110 pesos. El salario inicial ha subido masivamente a 700 pesos. A pesar de todo esto, estamos muy por encima de los niveles predevaluación, pero el tema salarial se va a seguir discutiendo. La diferencia es que tenemos previstos 4,7 por ciento del PBI para este año pero tenemos la seguridad de que en el 2007 vamos a tener el 5 para llegar al 6 por ciento en el 2010, es decir que tenemos un horizonte de cinco años de recuperación salarial que no hace que haya que jugarse la vida ahora. Hay una visión de futuro con la que si realmente se cumple la ley, vamos a estar en condiciones de mejorar sustantivamente las condiciones del conjunto de la educación y, por supuesto, en condiciones de dar el debate sobre los temas estratégicopedagógicos más profundos, que es lo que esperamos para este año.
–Justamente sobre las necesidades educativas, ¿qué le pasa cuando abre el diario y se encuentra con los niveles de bochazos que se registran en el ingreso a la universidad o los niveles de desinformación sobre temas de actualidad? ¿Qué es lo que falla estructuralmente para que sea tan difícil de revertir?
–Es muy difícil de revertir. Deteriorar la calidad de la educación llevó mucho tiempo, más aún políticas que quisieron deteriorar la calidad de la educación todavía fueron beneficiarias del alto nivel que tuvo históricamente la educación argentina. Cuando uno deteriora lo hace hacia futuro, no inmediatamente, y cuando uno quiere mejorar lo hace hacia futuro.
–¿Por ejemplo?
–Como estamos mejorando el salario docente y las condiciones de trabajo, se está produciendo una mayor afluencia de nuevos estudiantes a los profesorados. Durante todos estos años, la carrera docente fue una carrera de descarte de aquellos sectores que ya habían tenido en la educación básica y en la media una peor calidad educativa y llegaban con menor capital cultural y con menor educación a la formación docente y, después, la formación docente también fue deteriorada y la transferencia a las provincias trajo una desigualdad pasmosa. Este deterioro impacta en los docentes que hoy están en el sistema y en los que van a seguir entrando por varios años. Lo mismo uno puede decir respecto de otros temas: la pobreza ha significado una baja de la calidad notable, porque la escuela tuvo que responder a muchas demandas sociales en lugar de ejercer su función pedagógica, eso impacta en la escuela, impacta en la expectativa que tiene el docente respecto del aprendizaje de los chicos, desiguala profundamente la educación. Al mismo tiempo la forma en que se aplicó la transformación educativa fragmentó fuertemente el país. Son hechos que siguen impactando a lo largo del tiempo; muchos de los docentes que están ahora se formaron durante la dictadura, en el neoliberalismo, hasta que nosotros podamos mejorar la formación docente, la formación continua, hemos creado el Instituto... son un conjunto de medidas que estamos tomando, algunas tienen un impacto inmediato: hace unos días salió la investigación del Cipec que muestra que hemos duplicado la cantidad de libros en las escuelas, eso es mejora de la calidad concreta. Hemos mejorado sustantivamente la incorporación de nueva tecnología, estamos construyendo escuelas nuevas que implican 400 mil asientos más. Si uno toma como caso testigo el caso chileno, donde se duplicó la inversión educativa, donde se mantuvieron políticas estables por las mismas condiciones de gobierno durante dieciocho años, todavía hoy no se ven mejoras en la calidad, es decir que hace falta ser persistente en los cambios, por eso hablamos de políticas de Estado, de objetivos al 2010, por eso tuvimos que crear los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, realizar diagnóstico grado por grado para tratar de homogeneizar la calidad. Hay cosas inmediatas, libros, becas, retención, edificios; el tema de la calidad es el tema para el que no hay ninguna medida mágica a corto plazo que permita dar vuelta la situación.
–¿Cuál es la perspectiva en años para que la mejora se haga palpable?
–La continuidad de estas medidas va a permitir que año a año estemos un poquito mejor. Ahora, sin lugar a dudas, uno va a la escuela y sólo el contraste de ir cuando la pobreza era de un 60 por ciento a ir ahora, cuando es del 38 por ciento, ya cambió. Si a eso le agregamos políticas que tienden a la igualdad de posibilidades de todos ya cambió. Están los libros, está la mejora de infraestructura, el docente está ganando a valores constantes casi el doble que cuando nosotros asumimos, hay una cuestión de modificación que se tiene que empezar a ver. Estamos como el conjunto del país, saliendo del infierno, en este caso estamos saliendo de las urgencias más básicas: pagar los salarios, 180 días de clases, poner 350 mil becas, el programa elegir la docencia para que los mejores alumnos elijan estas carreras, volver a la jubilación del 82 por ciento para los docentes, son todas medidas de emergencia que son restituciones de cosas perdidas; recién en el segundo año empezamos a tomar algunas medidas estratégicas como las de los Núcleos de Aprendizaje Prioritario, restituir los exámenes integradores al final de cada uno de los años. Ahora estamos tomando las estratégicas: nos quedan las leyes de Educación, de Educación Superior. Argentina tiene una ventaja, estamos muy mal, provenimos de una situación muy crítica, pero tenemos una gran tradición educativa. Acabamos de lanzar las becas para los chicos que no están en el sistema, son 170 mil nada más, son muchos, pero estamos hablando del 2 por ciento de los chicos y en algunas edades del 1,2 por ciento, no es como en Brasil o Venezuela donde hay que incorporar masivamente. Acá hasta los 14 años, que es hasta donde llega la obligatoriedad, tenemos sólo el 8 por ciento fuera del sistema.
–Con respecto a la Ley de Educación, la crítica casi unánime a la Ley Federal es la aplicación del cambio de estructura, ¿cuáles son los ejes prioritarios que planteará el Ejecutivo?
–Respecto de la estructura, el tema central es encontrar caminos que nos permitan avanzar hacia una creciente homogeneización del sistema. Distintos países tienen distintas estructuras, cualquier estructura podría ser buena; el tema es que tenemos cincuenta y cinco formas distintas de articular EGB1, EGB2, EGB3, Polimodal o primaria y secundaria.
–Eso es anarquía directa-mente.
–Parece claro que la primarización del octavo y noveno lo que hizo es que se aprenda en nueve años lo que antes se aprendía en siete. Parte de la crisis que se le achaca al Polimodal es porque tiene que hacerse cargo en tres años de cosas que antes se aprendían en cinco. Ocurrió esta “fuga hacia adelante” de los contenidos. Provincia de Buenos Aires es un caso a partir de la primarización de los nueve años. Uno no piensa que al otro día va a tener una estructura homogénea, esto va a ser creciente. El primer elemento a tener en cuenta es que no podemos de ninguna manera atentar contra la estabilidad del trabajo docente y hay 200 mil docentes trabajando en ese tercer ciclo. Hoy en día nuestros chicos tienen muchas dificultades, inclusive para pasar de una provincia a otra: en el mismo año en una tenés áreas y en otras disciplinas, en una se enseña una disciplina y en otra, en un año se pueden llevar previas y en otro no. Por otro lado parece pertinente que en las escuelas rurales uno puede tener hasta nueve años en la básica, porque sino el chico se tiene que ir y hay un desarraigo, muchos chicos abandonan, lo que no se puede es mantener un tercer ciclo o un octavo o noveno en la escuela rural que sea un engaño... con un sólo maestro y que se le dé un certificado que en realidad no representa esos saberes, pero si logramos tenerlo es pertinente que haya más años en la básica. Otro tema que hay que discutir en la ley es poner más claramente cuáles son las obligaciones del Estado para que la educación no sólo sea un derecho porque está la escuela abierta, sino porque se les brindan las condiciones de acceso a todos los chicos. Por eso la discusión tiene que ser federal y tiene que haber un acuerdo global sobre cómo las distintas jurisdicciones van a ir avanzando.
–La idea es tener la nueva ley de Educación en el 2006.
–El 2006 tiene que ser el año de la sanción. Nosotros creemos que un buen debate de seis meses puede generar las condiciones como para que tengamos los últimos meses de este año con condiciones para poder discutir en el Parlamento el proyecto que envíe el Ejecutivo y se pueda sancionar.
–Usted siempre hace referencia a que en la Argentina hay un 15 por ciento de desocupados que no tienen calificación, mientras que hay un quince por ciento de demanda de puestos de trabajo que no pueden ser cubiertos por falta de calificación adecuada, ¿qué se está haciendo para revertir este desajuste?
–Por un lado, el reciente seguro de desempleo y formación profesional tiende a cambiar el criterio para que todo aquel que está fuera del mercado laboral por falta de competencia tenga las oportunidades en la formación profesional. La ley es de educación técnica y formación progresional y todo lo que está haciendo el Ministerio de Trabajo tiene que ver con generarle los recursos para que lo haga. Cuando uno mira en qué sectores pasa esto, son fundamentalmente sectores productivos y algunos de servicios. No se están cubriendo las necesidades el sector textil, petrolero, construcción, electromecánica. Con la Ley de Educación Técnica pasamos de 15 millones a 260 millones de inversión para que cada escuela haga su proyecto de reconversión y de mejora de calidad, entonces una parte de la plata que vaya a cada escuela –que en promedio va a ser de 200 mil pesos para cada una– va a ser para adquirir nueva tecnología, va a tener recursos para seguridad e higiene, para infraestructura y para capacitación docente. Al mismo tiempo, estamos dando 20 mil becas porque los chicos están siendo tentados en cuarto o quinto año para abandonar. Mientras que en las otras áreas nuestras becas son para retener dentro del sistema educativo para comprar las cosas de la escuela, en las técnicas estamos poniendo las becas en los últimos años, de 100 pesos por mes para que el chico esté en la escuela, es una tentación para seguir dentro del sistema educativo. Al mismo tiempo vamos a dar posibilidades de abrir la escuela fuera del horario de clase y hacer formación profesional. Tenemos alrededor de 1300 escuelas técnicas y agrotécnicas y otro tanto de centros de formación profesional, la idea es que fuera del horario de clase se pueda abrir y junto con el Ministerio de Trabajo estamos armando redes con las empresas, las cámaras, los sindicatos y las escuelas para ir atendiendo la red de trabajadores de la madera, mecánicos, de turismo, en cada área. Otro tema importante es la certificación de competencias de aquella gente que sabe un oficio porque lo aprendió en la práctica, pero no tiene las credenciales.
–Hace poco dijo que en la Argentina creció el PBI en más del 20 por ciento durante el gobierno de Kirchner, pero es el mismo PBI del ’98 y el del ’74...
–Hoy acabamos de pasar el del ‘98.
–Completaba ese razonamiento diciendo que la Argentina llega cíclicamente al mismo techo, lo cual demuestra que el modelo está agotado, es decir que hay que pensar otro modelo que supere al agroexportador. ¿Cuáles serían las áreas de conocimiento a desarrollar para que no llegar a ese techo?
–Ese es el gran tema donde la educación se toca con el modelo de país De este ministerio depende buena parte de esto porque tenemos educación, universidad y ciencia y tecnología. Aunque todo el mundo tiene la expectativa puesta en el Ministerio de Economía, la definición de Economía, Planeamiento y Trabajo definen lo cotidiano, Educación tiene una responsabilidad muy grande respecto del futuro. El Plan plurianual de desarrollo científico-tecnológico plantea las áreas en las que la Argentina tiene que desarrollarse y tener ciencia y tecnología propia para poder transformar el modelo. Se necesita la formación de la gente, desarrollo científico y tecnológico autónomo. En la revista Nature acaba de salir que Argentina es uno de los dieciocho países que más ha aportado a ciencia y tecnología, hemos triplicado los recursos. Los sectores dinámicos que toman personal no son los de la soja y lo que más va a generar empleo va a ser la producción industrial y los servicios vinculados a la distribución de los excedentes. Argentina ha definido diez áreas. Ya se está dando un corrimiento de la matrícula hacia las ingenierías, hacia las ciencias duras, las ciencias exactas y naturales. Se acaban de instalar en la Argentina Microsoft, Intel, estuvieron acá y tuvieron entrevistas con el ministro de Educación, preguntaron cuáles son los programas, los proyectos para formar los recursos humanos. Un techo que encontraron en Uruguay fue el de recursos humanos. ¿Por qué se instalan en Córdoba? Porque Córdoba tiene el 12 por ciento de la Población Económicamente Activa profesional. Elaboramos una convocatoria con las cámaras de informática llamando a los chicos a inscribirse en esas carreras. El tema de energía, de nanotecnología, microelectrónica, son algunas áreas en las que el país necesita ciencia y tecnología propia para cambiar el modelo y después generar incentivos. Tuvo media sanción la ley de biotecnología, se sancionó la ley de software, hay un decreto para la nanotecnología. Hoy en día el valor más importante de la Argentina no es la soja, no son los productos primarios, los países que se destacan en el mundo son los que menos productos primarios tienen, son los que mejor capacitada tienen a la gente y mejor desarrollo científico tecnológico para crear, innovar y ponerlos al servicio de la producción.
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