EL PAíS › HABLA LA CONCEJAL QUE ESTUVO LA NOCHE FATAL DE LAS HERAS
Roxana Totino es justicialista. Estuvo en el lugar de los hechos la noche en que fue baleada la alcaidía de Las Heras y muerto el policía Sayago. Aquí, su relato, las explicaciones sobre los motivos que la llevaron hasta allí y su visión de cómo seguirá la situación en el pueblo.
› Por Martín Piqué
Desde Las Heras, Santa Cruz
“Hoy estamos más huérfanos que nunca”, dice la concejal Roxana Totino. Se le nota el esfuerzo por contener el llanto, pero sus ojos ya están empezando a brillar. La exigencia se le nota en la cara. El gesto contrasta con la sonrisa ancha que exhibe Evita en el cuadro que está detrás de ella. El retrato es el único adorno de su modesta oficina en el Concejo Deliberante: paredes pintadas de celeste, un fax junto al escritorio, una postal con la cara de Eva y otra con la Plaza de Mayo, una calcomanía del Encuentro Nacional de Mujeres de la CTA. “La gente juzgará si estuvimos a la altura de las circunstancias”, dice. Totino fue una de las dirigentes –junto con el concejal Eduardo “Lalo” Camino y el diputado nacional por la UCR Juan Acuña Kunz– que se presentó ante la comisaría para exigir la liberación de Mario Navarro. Desde aquella noche, en la que fue asesinado el policía Jorge Sayago, no puede dormir más de cinco horas.
Totino es muy conocida en Las Heras. Militante del peronismo, aunque nunca se afilió al PJ. Es la hija de José, el propietario de una de los dos funerarias de la ciudad. Su padre fue el primer dirigente peronista del interior de Santa Cruz que apoyó “a Lupo” (por Néstor Kirchner) cuando el partido seguía bajo el control de Arturo Puricelli. Su padre se retiró de la política, pero ella heredó la costumbre. En las últimas elecciones, fue electa por el Partido de la Victoria. Junto con otros peronistas, se presentó con esa lista luego de que el intendente José Luis Martinelli, radical, dejara la UCR y se presentara como candidato del Frente para la Victoria santacruceña (oficialismo).
–Usted participó de la marcha a la comisaría en reclamo de la liberación de Navarro.
–Estaba comprando en un almacén local. Me avisan por teléfono que lo habían detenido a Navarro y que la gente se estaba autoconvocando en la salida del pueblo, donde estaba el piquete. En el Gauchito Gil. Termino de comprar, dejo a mis hijos al cuidado de mi marido y le digo que iba a ver qué pasaba. Lo busco a Lalo (Camino) y nos vamos para el piquete. Llegamos y había un terrible camión que decía Ecogas, de tanque blanco con letras azules.
–¿Lo habían cruzado sobre la ruta?
–Sí. Lo habían parado y atravesado sobre la ruta. El chofer se había bajado y les había dejado la llave. Había muchísima gente y no teníamos dónde estacionar. Mínimo eran dos mil personas (Las Heras tiene 14 mil habitantes). Era impresionante, no se veía nada, no encontrábamos a nadie. Llegamos adonde estaba el camión. Llega también el diputado Acuña Kunz, del radicalismo. Estaba muy oscuro. Había mucho nerviosismo, había gente que decía que había que volar el camión. “Llevemos el camión hasta la alcaldía.” Nosotros decíamos que no, que había gente y no se podía hacer eso. Incluso decían que como el camión tenía poco gas la explosión iba a ser más grande. El nerviosismo era tremendo. Era un desastre. Hablamos con Lalo y pensamos que íbamos a tener que ir a la comisaría.
–¿Los manifestantes eran sólo petroleros?
–No. El petrolero tiene el primo, el amigo, el hermano, el cuñado. Había mucha gente. Lo que sucede en ese momento, hablamos con Lalo y se acerca del diputado Kunz y coincidimos que había que ir a hablar con el comisario a ver en qué situación estaba Mario Navarro. Para después hablar con la gente y calmar los ánimos.
–¿Por qué había tanta bronca entre la gente?
–Porque Mario Navarro ha sido un luchador social de toda la vida. No es un luchador violento como lo han querido pintar, sino una persona que siempre reclamó cosas ante las distintas autoridades que hubiera en ese momento. Y consiguió cosas para determinados sectores: para el Barrio 1º de Mayo (un barrio popular con muchos habitantes de origen chileno) en su momento consiguió el gas que era uno de los reclamos de ese lugar; para la zona de chacras también el gas. Era una persona que siempre tuvo algún tipo de protagonismo: por ejemplo consiguió que el valor de la tierra en la zona de chacras tuviera un coeficiente diferencial para incentivar que los vecinos formaran emprendimientos e hicieran chacras. Tuvo una participación bastante activa dentro de la comunidad.
–¿Es muy conocido en el pueblo?
–Sí. Es muy conocido. Lo tenemos como a una persona preparada, que lee, que conoce mucho. En la comunidad le reconocen eso, aunque cuando ha participado en las elecciones no tuvo un acompañamiento. Pero siempre la gente le reconoció lo que aportó.
–¿Ese día, desde la FM Soberanía (donde la policía detuvo a Navarro) llamaban a la gente a hacer algo?
–No le podría decir porque yo no estaba escuchando la radio. Me avisaron por teléfono que lo habían detenido y que se estaban autoconvocado.
–¿Cómo siguieron los acontecimientos?
–Nos fuimos con Lalo para la alcaldía. Acuña Kunz se va en otro vehículo. Nos fuimos solos. Nosotros dos y Acuña Kunz que andaba en su vehículo. Nosotros llegamos primero. Cuando llegamos a la comisaría había pocos vecinos afuera, poca gente, pero había un cordón policial en forma de abanico. Frente a la comisaría, sobre la vereda, y el comisario (de apellido Iñigo) atrás. Con Lalo cruzamos e intentamos hablar con él. Le hacíamos gestos de que pare, porque estaban todos preparados, que queríamos hablar. El lo único que atinó a decir fue: “Señores, no hay más diálogo. Retírense de acá”. Yo le insisto y me dice: “Señora, no hay más diálogo. Retírese de acá”. Se da vuelta, aunque no recuerdo si entra a la comisaría o se da vuelta y camina.
–¿En ese momento había un grupo de gente en las escalinatas y no había gente en el pastizal frente a la comisaría?
–No. Estaban llegando, entre cincuenta y cien metros se veía gente. Y estaban llegando de todos lados. No solamente la gente que venía de la ruta, que era un grupo de manifestantes. De distintas calles de la localidad se veían llegar vehículos, gente que venía caminando, corriendo. Nosotros le insistimos al comisario y yo, lo que veo, es que levanta un arma. No sé qué arma era. Desconozco. Entonces le digo “Lalo, corramos”. Y me doy vuelta, empezamos a correr y empiezan a caer los cartuchos de gases. Me empiezo a ahogar y ahí unos vecinos me agarran, me dicen “vengan para acá” y nos meten en una casa. Yo estaba con una crisis de nervios, lo que viví en esa situación fue totalmente bochornoso.
–¿Era la primera vez que tiraban gases en Las Heras?
–Sí. ¡Usted sabe lo que era! No encontraba el aire. En los ojos no podía ver nada. Me echaban agua. Estaba muy nerviosa, hasta lloraba. En ese momento hice mis primeras declaraciones, porque ahí llega Martín Meza con la radio (de FM Soberanía), el chico que hacía el reportaje con Navarro. Me saca al aire y creo que salió lo peor de mí en ese momento. Mi cuñada que estaba escuchando la radio me dijo que yo lloraba, puteaba, todo. Eso salió en vivo. Yo tengo un nene que tiene problemas, es epiléptico, y mi cuñada tuvo que apagar la radio. No es normal escuchar radio a determinada hora. Lo vivido en ese momento creo que no me lo voy a olvidar nunca en mi vida.
–¿Vio o escuchó los disparos de balas de goma?
–Después empezamos a escuchar. Yo calculo que los que estaban por ahí empezaron a arrojar algo. No lo vi, no lo puedo decir. Lo único que recibí es el humo. Todo lo que pasó después lo desconozco. Trataba de salir pero me metía para adentro porque me ahogaba. Estaba en una casa de un vecino. No quiero decir cuál porque en su momento, cuando me citen a declarar, lo haré. Me socorrieron y no quiero involucrarlos.
–¿Desde adentro se escuchaban tiros?
–Se escuchó todo el tiempo. Pero lo que yo no sé es distinguir un tiro de otro. Uno calculaba que eran las balas de goma. Yo de armas no sé.
–¿La gente que estaba en la ruta tenía armas?
–No. Mire que prácticamente nosotros estuvimos todos los días. Ibamos a tratar de hablar, para que no tuvieran problemas con los vecinos, que los dejaran pasar, que no se produjeran problemas en la ruta.
–¿Cómo se enteró de que había un muerto?
–Por la radio. Porque después que pasa todo nos saca uno de los pibes. Y pensamos en que el Concejo Deliberante debía declararse en sesión permanente. Y le dije a Lalo que debíamos ir, para tratar de mediar, de hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance. Nosotros habíamos intentado varios días antes declarar en sesión permanente al Concejo. Y les habíamos pedido a todos los legisladores nacionales por Santa Cruz que armaran una mesa del diálogo para negociar de alguna manera. Porque los legisladores nacionales eran los que tenían la capacidad para modificar el artículo (que impone el mínimo no imponible del Impuestos a las Ganancias). Porque si hubiera habido un compromiso por parte de los legisladores de aumentar el mínimo no imponible en algo esto se hubiera sucedido. Porque la gente estaba descorazonada de nuestros legisladores.
–¿Pero los manifestantes que llevaron adelante el corte de ruta sabían que elevar el mínimo no imponible era un tema nacional?
–Sí. Sabían que era un tema nacional. Que en esto Repsol nada podía hacer. Pero ellos querían abrir una discusión nacional. Querían que los legisladores modificaran la situación, el artículo 24 de la Ley de Presupuesto. Los delegados habían ido a ver al intendente, para hablar de este tema.
–¿Quién tiene la responsabilidad de la muerte de Sayago?
–Yo no quiero echar culpas porque creo que la Justicia lo va a resolver. Creo que se pudo haber evitado. Se pudo haber evitado porque si esa noche, más de nosotros, tal vez el intendente o los diputados, hubiésemos estado todos ahí porque era lo que pedía la gente, querían que “los políticos” fueran a resolver o parar la situación, se podría haber evitado. Hoy me siento mal y desde ese día nos sentimos más solos que nunca y más huérfanos que nunca. Se podría haber evitado. Siempre en todas estas protestas siempre trató de ayudar y acompañar el cura párroco que hoy no está en la localidad, (Luis) Bicego, está de vacaciones en Italia. Si los hubiésemos tenido a él no hubiera pasado lo que sucedió. Pero lamentablemente de lo pasado no podemos volver para atrás y cambiarlo. Los hechos están. Quizás en el momento yo haya estado muy enojada. Critiqué la falta de presencia de muchos, del intendente, el diputado. Pero, bueno, cada uno hizo lo que creyó que era lo que en el momento tenía que hacer. Yo creí que yendo y tratando de hablar y dialogar y a través del comisario llamar al fiscal que estaba reemplazando a la jueza. Pero quise hablar con el comisario y no pude.
–¿Quiénes mataron a Sayago?
–Hasta que la Justicia no identifique a los verdaderos responsables no se puede hacer ningún juicio ni apreciación. En ese momento la gente estaba con mucha bronca, se sumó mucha gente que no tenía nada que ver con la manifestación o con los manifestantes.
–¿Quiénes?
–Gente, porque de todos lados aparecía gente, de todos lados corrían.
–¿Cuántos eran?
–No sé, yo para los números no soy buena. Pero había mucha gente. Mucha. Las calles donde queríamos salir estaban llenas de vehículos. En los alrededores había mucha gente.
–¿Coincide con lo que dicen fuentes vinculadas a la causa, que en Las Heras hay un pacto de silencio?
–No creo que haya un pacto de silencio. Lo que creo es que esa noche estaba muy oscuro y no pudimos ver nada. La gente lo que pudo llegar a percibir fueron los fogonazos de un lado y del otro. Porque cuando tiran con balas de goma igual fogonean. No creo que haya un pacto de silencio. Es muy difícil. Acá hay mucha gente. En nuestro pueblo hace ocho, nueve años atrás éramos tres mil personas.
–¿Usted es oficialista u opositora en la provincia? ¿Cuál es su posición con respecto al gobierno nacional?
–Nosotros siempre militamos, siempre apoyamos a quien hoy es el Presidente de la Nación. Pero a la hora de tomar decisiones que tienen que ver con mi localidad y mi gente hago lo que siento y me manejo y acompaño a la gente en lo que puedo. Vendría a ser un poco rebelde, porque no respondo a las estructuras. Cuando los medios me preguntan si el Gobierno no me ha llamado, no, realmente no me ha llamado nadie. En mi trabajo cotidiano soy muy independiente a la hora de tomar decisiones.
–Hay quien dice que podría quedar complicada judicialmente, y que la podrían acusar de instigación a cometer delitos.
–Mire, yo no tengo ningún inconveniente en que juzguen mi conducta. Es más, si me tengo que presentar ante la Justicia antes voy a renunciar a la banca, porque no quiero resguardarme en los fueros que me otorga el cargo de concejal. En ese caso renunciaré a los fueros.
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