El breve paso por Buenos Aires fue parte de su campaña presidencial. El militar nacionalista y candidato a presidente del Perú Ollanta Humala Tasso no sólo se reunió ayer por la noche en Casa Rosada con Néstor Kirchner –a quien calificó como uno de los “líderes” de la nueva realidad política latinoamericana–, sino que se contactó con los dirigentes de los más de cien mil ciudadanos peruanos residentes en la Argentina, de los cuales 60 mil están en condiciones de votar en las elecciones que el próximo 9 de abril elegirá al nuevo presidente peruano. En una conferencia de prensa posterior, negó las acusaciones que “como parte de una campaña” en su contra lo vinculan a ideas fascistas y a violaciones de los derechos humanos cuando combatió a la guerrilla de Sendero Luminoso. Hoy viajará a Brasilia donde también lo recibirá el presidente Inácio Lula da Silva.

“Saludamos al presidente Kirchner a quien reconocemos su liderazgo regional, no sólo en la Argentina, como parte de la construcción progresista en Latinoamérica, la patria grande”, sintetizó Humala no bien enfrentó a los periodistas en el Hotel Panamericano. Luego dijo que Kirchner era un “hermano” con quien dialogó sobre “la integración de América latina, la pobreza, la educación, salud y deuda externa”.

Rápido de reflejos, Humala le quitó a Kirchner el peso de cualquier respaldo a su candidatura: “Sólo se trató de un saludo en una reunión programada tiempo atrás por mi partido (Unión por Perú), como parte de la agenda internacional” y que recibió del Presidente argentino “un mensaje de solidaridad con el pueblo peruano, un mensaje de hermandad”.

Antes, durante el día, el ex militar que se levantó en armas contra el gobierno de Albero Fujimori se encargó de contactar a los principales referentes de la comunidad peruana en la Argentina, la más numerosa de toda Latinoamérica. Sesenta mil de ellos están en condiciones de votar para las elecciones presidenciales de abril. Un tema que Humala no considera menor: en las últimas elecciones el presentismo de los votantes en la Argentina (cuya multa de 60 dólares si no sufragan también los inhabilita para cualquier trámite de documentación migratoria) alcanzó el 98 por ciento. Una cifra que el militar –que figura segundo en las encuestas– necesita para acercarse más a la presidencia.

Mientras Humala hacía campaña en Buenos Aires, el gobierno peruano reconoció ayer que le robaron del Ministerio de Defensa el legajo del militar y su Informe de eficiencia, cuando comandó la base militar Madre Mía, en la que –según denuncias– habría cometido violaciones a los derechos humanos combatiendo la guerrilla rural de Sendero Luminoso.

–¿A que atribuye la desaparición de su legajo? –le preguntó Página/12.

–El gobierno es el responsable de ese legajo. A mí no me dejan entrar a ninguna base militar a pesar de que me corresponde, ni siquiera he podido tramitar mi pase a retiro. Es parte de una campaña en mi contra. Yo combatí, pero niego terminantemente que haya violado cualquier tipo de derechos humanos –contestó irritado el ex militar.

Con los mismos argumentos se defendió de la supuesta simpatía por la ideología fascista que le atribuyen. “Forma parte de una campaña de guerra sucia. Cuando sólo teníamos un 8 por ciento (en la intención de voto en las encuestas), también me acusaron de tener vínculos con las FAR colombianas. Es que algunos sectores de poder en mi país no perdonan que haya visitado a (Hugo) Chávez en Venezuela y a Evo Morales en Bolivia ni que apoyemos a los nuevos gobiernos progresistas latinoamericanos”, sentenció.