La inminente definición del juicio político a Aníbal Ibarra reeditó el escenario de la última elección porteña y dejó ayer al suspendido jefe de Gobierno frente a frente con su archirrival, Mauricio Macri. “Pretende dar un golpe institucional”, lo acusó Ibarra y el empresario le respondió que su mensaje es “absurdo” y que la movilización a Plaza de Mayo en contra de su destitución es “una gran operación política”.

Después de la masiva manifestación en la que más de treinta mil personas apoyaron su continuidad en la Jefatura de Gobierno de la ciudad, Ibarra reapareció con más fuerza en los medios para insistir en que su destitución es equivalente a un derrocamiento. En ese marco, cargó puntualmente contra Macri, de quien dijo que está como “nervioso” porque desató una “cacería política” respecto de la cual “la sociedad está en contra”.

“Macri se aprovechó de toda esta situación y tuvo a su lado a una izquierda irresponsable que cree que está haciendo la revolución con esto. No es una izquierda moderna, es una izquierda antisistema”, remarcó el suspendido jefe de Gobierno y aclaró que prefiere que “salga la votación en contra antes que negociar” con el macrismo su continuidad en el cargo.

Ibarra insistió en que “no hay ni una sola prueba, ni un solo testimonio que justifique que un jefe de Gobierno pueda ser derrocado” y negó que su futuro político estuviera “manos del presidente (Néstor) Kir-

chner”, porque “las cosas ya están definidas en la conciencia de cada uno de los legisladores”. Aunque la solicitada que senadores y diputados K firmaron en contra de su juicio político y el aporte que el kirchnerismo hizo a la movilización a Plaza de Mayo evidencia la decisión oficial de jugar a su favor, el suspendido jefe de Gobierno relativizó ese respaldo. “Con el gobierno nacional –afirmó– tengo el contacto que he tenido siempre, ni más ni menos. He estado en varios actos institucionales en Casa Rosada, pero nada más ni nada menos que esto.”

Puesto a hablar, Ibarra no dejó de referirse a los familiares de las víctimas de Cromañón que impulsan su destitución y reclamó que su futuro se decida sin ningún tipo de presión. “Hay como toda una cosa de presionar sobre las conciencias. Si los jueces dictan un fallo judicial (adverso a sus pretensiones) son ‘corruptos’ y amenazan a los hijos. Si es Estela de Carlotto (quien lo apoya), le tiran huevos. Si es un legislador que dice algo que ellos no quieren, está ‘comprado’”, se quejó.

En una de sus apariciones radiales intentaron cruzar a Ibarra con Macri, pero el empresario se negó. “Lo que vimos fue una gran operación política, una gran movilización política, coherente con el anuncio que hizo (Elisa) Carrió hace unos días de que el suspendido jefe de Gobierno utiliza el aparato del Estado para hacer campaña a favor de él”, afirmó el diputado y líder de PRO en referencia a la marcha a Plaza de Mayo, antes de cortar la comunicación.

Macri consideró también que la movilización fue apoyada “por una parte importante de la corporación política y de la corporación de la comunicación, diciendo un mensaje que es absurdo” y se preguntó: “¿Dónde está el golpe?”. Al respecto, apuntó que “acá hay un jefe de Gobierno que está trabajando, que se llama (Jorge) Telerman”, y que si la Sala Juzgadora decide destituir a Ibarra “no cambia nada, no hay elecciones”, añadió.

“Me extraña que diga ‘sigue Telerman’. Es lo mismo que decir ‘lo echamos a Kirchner y sigue Scioli’. No es lo mismo”, retrucó Ibarra ya sin su adversario en la línea. En la misma línea remarcó que “cuando lo echaron a (Arturo) Frondizi, siguió el que seguía la línea sucesoria y hasta aquí –salvo que Macri quiera cambiar la historia– eso fue un golpe institucional”.