El diálogo entre el gobierno argentino y el uruguayo sigue en cortocircuito. Néstor Kirchner intentó bajar el tono y descartó cualquier enfrentamiento con el país vecino. “¿Cómo puede haber algún roce entre Argentina y Uruguay?”, apuntó el mandatario durante una conferencia, y culpó a quienes “dramatizan el conflicto”. La respuesta del país vecino tuvo dos carriles: uno público poco conciliador y otro más discreto despejando de obstáculos un posible diálogo. Una vez más, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, negó cualquier acuerdo y descartó la posibilidad de que se paralice la construcción de las papeleras tal como habían anunciado ambos mandatarios durante el fin de semana. Sin embargo, después las empresas informaron que recibieron un pedido oficial para paralizar las obras (ver aparte).

El abrazo que se vio en Santiago de Chile tiene sus dificultades para traducirse en hechos. O, por lo menos, así lo demostró el tono con que nuevamente Vázquez se refirió al conflicto de las papeleras. “No hubo pacto ni absolutamente nada.” La posibilidad de una tregua contemplaba la paralización de las obras y el levantamiento de los cortes durante noventa días. También se había planteado la formación de una comisión encargada de evaluar el impacto ambiental de las plantas. En contraste con esto, Vázquez aseguró que “las plantas en Uruguay se van a instalar” y reiteró las críticas contra los cortes de ruta que mantienen los vecinos de Gualguaychú. “¿Quién les dio el título de ambientalistas a estas personas? Los que cortan los puentes son piqueteros. Aparte no se entiende por qué no se movilizan por las plantas que contaminan del otro lado del río”, disparó.

Las declaraciones entraron en línea con la postura que mantuvo durante toda la semana, luego de las críticas que recibió de parte de la sociedad uruguaya por la posibilidad de que se demore la instalación de las papeleras. El miércoles llegó a comparar los cortes con el bloqueo que Estados Unidos le realiza a Cuba e incluso se volvió a barajar la posibilidad de una presentación judicial contra Argentina. “Tendremos que trabajar fuerte en lo que tiene que ver con el resarcimiento económico. Tenemos derecho a que se nos repare por los daños que se nos ha hecho. Veremos lo que podemos hacer desde el punto de vista del derecho internacional”, señaló sobre el tema, tras asegurar que “las plantas en Uruguay se van a instalar”. En realidad, pareció tratarse de un gesto más bien dirigido a las críticas de la oposición, ya que ayer trascendió que su gobierno dialogó con Ence y Botnia (ver aparte) en lo que sería un primer paso para destrabar las negociaciones y cumplir así con el anuncio realizado en Chile.

Del lado argentino, la atención está puesta en los asambleístas de Entre Ríos. Todo indica que por estas horas definirán si continúan con los cortes. La medida le traería un respiro al gobierno de Néstor Kirchner, que aún no consiguió señales de los vecinos. En este contexto, el tono del Presidente ayer era optimista. “¿Cómo puede haber algún roce entre Argentina y Uruguay?”, deslizó durante un homenaje realizado en Casa de Gobierno a los periodistas desaparecidos Alejandro Martín Almeyda y Célica Gómez.

Kirchner intentó bajar el tono del enfrentamiento y defendió la relación bilateral. “Yo me río, pero me río largamente cuando algunos dicen y dramatizan el conflicto hoy. Hablan del conflicto de intereses que puede haber”, manifestó en este sentido. Y concluyó: “Solamente gente que no entienda todo lo que nos ha tocado vivir a nosotros puede pensar que puede haber algo más que discutir. La discusión de intereses se va a hacer con la capacidad de integración y la construcción de una patria grande, latinoamericana”.