Los vecinos de Gualeguaychú votarán recién mañana si levantan los cortes de los puentes internacionales. Ayer, instalados sobre el asfalto, siguieron discutiendo en una asamblea los riesgos de flexibilizar o mantener los bloqueos. El clima en la ruta está dividido y, además, muy marcado por la desconfianza. Incluso aquellos que propusieron una suspensión dijeron descreer de los resultados de un diálogo entre los presidentes. Como trasfondo del malestar está la idea de que hay una brecha entre lo que quiere el Gobierno –que sugiere la posibilidad de controlar las plantas– y lo que quiere la asamblea, que rechaza cualquier posibilidad de que las fábricas se construyan.

Como sea, hay consenso en que el lunes los ambientalistas tomarán una decisión. El piquete sobre la puente Gualeguaychú–Fray Bentos lleva 46 días, con discusiones públicas todas las noches, en las que vienen participando unas 500 personas.

En los primeros minutos del debate de ayer, una asambleísta planteó así una de las propuestas para abrir el tránsito: “suspender por diez días la medida de fuerza y mantenerse al costado de la ruta en estado de alerta; solicitar a Kirchner que exija a Tabaré Vázquez la paralización inmediata de las obras y que se realice un estudio de impacto ambiental transfronterizo independiente y vinculante, con la participación de las universidades”.

El argumento en favor de esta moción estuvo más vinculado a la imagen frente a la opinión pública que a alguna confianza en las eventuales negociaciones. “La idea no es flexibilizar como un gesto, sino como una estrategia para que sea evidente qué postura tienen los presidentes. Salir de la ruta descomprimiría la mala prensa sobre nosotros y si después volvemos a la ruta las cosas ya tendrían otro tenor”, fueron las razones de la propuesta.

La posición del sector más duro fue sintetizada en estos términos por el vecino que la sucedió: “Si nos apartamos de la ruta perdemos la lucha. No confío en la promesa de los uruguayos, ni en la de las empresas extranjeras que han venido a invadir nuestra zona y liquidar nuestra tranquilidad. Tabaré Vázquez dice todos los días que las papeleras se van a construir, entonces, ¿para qué nos vamos a bajar de la ruta? No tiene ningún sentido. No soy un anarquista, pero creo que si nos bajamos de la ruta no subimos más, porque va a venir la policía de la provincia, que responde a (Jorge) Busti. Y Busti no es ninguna garantía de que podamos seguir”.

Horas antes, el gobernador había vuelto a pedir la suspensión del corte “para que no se debilite el gesto de los presidentes”. Busti señaló que esto “permitiría realizar el estudio de impacto ambiental serio con el cual tendríamos elementos aceptados por el Uruguay para decirle no a las plantas. No solucionarlo, objetivamente favorece a Botnia y a Ence.

Por su parte, el jefe de Gabinete Alberto Fernández ratificó que la semana que viene podría avanzar en el armado de una agenda, con una nueva reunión de Kirchner y Tabaré. Los mandatarios “tienen la vocación de resolver rápidamente” el diferendo, sostuvo. Como a lo largo de toda la semana anterior, sus palabras contrastaron con las del presidente uruguayo quien, de regreso en Montevideo tras su gira latinoamericana, en su primer contacto con los medios exhibió una nota reciente del diario ABC: “Argentina exige al Uruguay lo que no cumple con Paraguay”, decía su título.