Jue 23.03.2006

EL PAíS  › KIRCHNER COMPARTIO UN ACTO CON BACHELET Y HABLO DEL GOLPE

“Aquel 24 no nos pudieron vencer”

Fue en un acto de entrega de viviendas en José C. Paz. Kirchner y Bachelet volvieron a intercambiar halagos y gestos de unidad. “Doy gracias por compartir este gesto”, dijo la presidenta de Chile. El mandatario argentino recordó el “mayor golpe sangriento”.

“Querido presidente Néstor Carlos Kirchner”, lo endulzó ella. “Estoy feliz de recibir a una luchadora que pagó con cárcel y sufrió en su familia el defender la democracia”, le retribuyó él. Sin hablar del gas, los presidentes de Chile y la Argentina se repartieron elogios ayer en un acto de entrega de viviendas en José C. Paz y afirmaron sus coincidencias en políticas sociales y de derechos humanos. Al son de los bombos y frente a cientos de vecinos de una de las zonas más pobres del conurbano, el presidente Néstor Kirchner dijo que su par Michelle Bachelet “quería ver esta expresión de lucha por la dignidad” y, ya en referencia al aniversario del golpe, “decimos al mundo que aquel 24 de marzo no nos pudieron vencer, que volvemos a levantar las banderas con la fuerza de antaño”.

En su discurso, Kirchner recordó que el padre de la Presidenta chilena, el general Alberto Bachelet, fue asesinado y que ella fue detenida junto a su madre y torturada a los 19 años por la dictadura de Augusto Pinochet. Y añadió: “Vamos a recordar 30 años del mayor golpe sangriento de la historia”, para luego agregar aquello de que no habían logrado vencer. “El pueblo argentino dice presente por los que están y por los que no están, aquellos que dieron su vida peleando por la democracia”, resaltó.

“Cuando me sorprendió la querida amiga diciéndome que quería visitar José C. Paz, me produjo una enorme alegría”, contó Kirchner, luego de arribar en helicóptero al barrio de calles de tierra, donde se están construyendo mil viviendas a través de cooperativas de trabajo. Los acompañó la senadora Cristina Fernández junto a una buena parte del gabinete nacional y el gobernador Felipe Solá. La senadora consideró que la visita de Bachelet “sirve para profundizar los vínculos, que son muy fuertes”. La primera dama lucía un conjunto negro, con una campera beige haciendo juego con sus zapatos, mientras que la chilena eligió un discreto ambo azul oscuro.

Bachelet asistió a la inauguración de un jardín de infantes que lleva el nombre del ex presidente de Chile Salvador Allende. Luego visitó una de las casas de ladrillo y hormigón armado –que recuerda a la película brasileña Ciudad de Dios–, una carpa sanitaria del Plan Remediar y, por último, participó del acto como oradora. La concurrencia se nutrió con micros de los intendentes posduhaldistas, como el riquista Oscar Zirocchi (San Miguel) y de Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas). Los recibió el intendente ex duhaldista Mario “El Japonés” Ishii, con un poncho sobre el traje a pesar del calor. Ishii –que se hizo conocido por dejar a su madre a cargo de la municipalidad cuando hizo un viaje a Japón– no salía de su asombro: “Tenemos dos presidentes de Latinoamérica en José C. Paz”.

Sonriente, Bachelet se llevó la mano al corazón para agradecer el estruendoso aplauso que recibió de la multitud, que ondeaba banderas argentinas y chilenas. “Doy las gracias por poder compartir esta inauguración en la Argentina real, este ejemplo de esfuerzo, de gente sacrificada que ha sabido unirse para sacar adelante al barrio”, dijo. “Las cifras macroeconómicas no son todo”, consideró para destacar los derechos sociales, y se propuso llegar al 2010 con un “sistema de protección integral” en salud, educación y viviendas.

Remarcó que tiene en común con Kirchner “la convicción de trabajar por los que más necesitan”. “El vínculo que nos une es más fuerte que lo que puede habernos separado”, dijo, para distender las diferencias que se produjeron cuando la Argentina debió restringir la exportación de gas a Chile en 2004. En una larga reunión el martes, acordaron que una comisión binacional seguirá el tema. “Como le dije a Kirchner, los chilenos sabemos que podemos contar con ustedes, como cuando hubo que batirse por la libertad de ambos lados de la cordillera, hace 200 años”, afirmó.

Finalmente, Bachelet se unió a los Kirchner en una zambullida en la muchedumbre, de la que recibieron abrazos y besos. “¡Michelle! ¡Acá!”, gritaba Graciela Luna, una maestra que agitaba una bandera de Chile. “Las mujeres reclamamos ocupar más lugar”, comentó Luna a Página/12. “Lamentablemente, nos queda mucho camino para que haya aquí una mujer presidente. No sé si hay una política preparada...”. Luego lo pensó mejor y se acercó para agregar: “Cristina sí puede. Y se vale sola, ¿sabés? No necesita del apellido Kirchner”.

Informe: Werner Pertot.

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