EL PAíS
Quieren discutir las tarifas y el proceso de privatizaciones
Así lo plantean diputados del ARI y algunos del PJ. El oficialismo quiere hacerlo a puertas cerradas. Un informe.
› Por Felipe Yapur
La renegociación de los contratos de las empresas privatizadas es otra de las complicaciones que enfrenta el gobierno de Eduardo Duhalde, no sólo por las implicancias políticas que tiene sino también por las consecuencias económicas que ésta acarreará. Es decir, está en juego, además de las millonarias utilidades de las firmas que explotan los servicios públicos, también el futuro de las tarifas ahora que ya no existe más la convertibilidad. Las negociaciones no serán fáciles. El Gobierno pretende hacerlo a puertas cerradas. En cambio, el ARI como algunos diputados del PJ pretenden que el Congreso y las asociaciones de consumidores participen de las discusiones como una forma de transparentarlas y además revisar el proceso privatizador. El oficialismo se opone. No es un dato menor: entre 1993 y el año 2000, las 200 empresas más grandes del país tuvieron utilidades por 28.441 millones de dólares, el 56,8 por ciento de esos dólares fueron a las arcas de las 26 empresas privatizadas.
Cuando el Gobierno y las empresas comiencen las conversaciones deberán contemplar varios ítems. El valor de las tarifas es uno de los más importantes; para las empresas lo que está en juego es la rentabilidad. Este punto es uno de los más complicados, sobre todo porque en la década de los noventa significó unos 9000 millones de dólares.
El dato surge del estudio realizado por diputados del ARI, la Mesa de Coyuntura del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, y el Area de Economía y Tecnología de la Flacso. El trabajo, que será presentado hoy, sostiene que esos miles de millones de la moneda norteamericana se obtuvieron “de manera ilegal al trasladarse a las tarifas las variaciones de los precios de los Estados Unidos”. No sólo esto. El informe también da cuenta de las extraordinarias rentabilidades que tuvieron estas empresas que hoy pugnan por modificar el cuadro tarifario:
- Aguas Argentinas: durante los noventa las tasas de beneficio fueron del orden del 23 por ciento sobre el patrimonio neto y muy superior al resto del mundo. Por caso, en los Estados Unidos las empresas de agua tuvieron una rentabilidad del 8 por ciento y en Inglaterra del 7.
- Repsol: en el año 2000 la empresa registró en España una rentabilidad del 5 por ciento, una tasa sensiblemente menor a la que obtuvo el mismo año en la Argentina que trepó al 14,2 por ciento.
- Telefónica y Telecom: tuvieron un margen de ganancias tres veces superior al registrado por el de las diez operadoras de telecomunicaciones más importante del mundo.
- Gas: las transportadoras de gas registraron una tasa de retorno sobre las ventas cercana al 40 por ciento. El estudio realizado sostiene que el margen “razonable” de rentabilidad internacional se ubica entre el 10 y el 20 por ciento.
De acuerdo con el estudio realizado, las multimillonarias ganancias se obtuvieron además a través del “incumplimiento en las obligaciones de transferir a las tarifas las reducciones impositivas, la falta del pago de canon y la no realización de inversiones”.
Uno de los diputados del ARI que participaron del trabajo, Fernando Melillo, señaló que “las ganancias fueron remitidas al exterior y sólo el 27 por ciento fue utilizado en reinversiones”. El legislador dice además que uno de los argumentos más fuertes de las privatizadas para exigir el retoque a las tarifas se debe al endeudamiento externo que tienen y que creció con la devaluación. “No es cierto –aseguró Melillo a Página/12–. El endeudamiento, en la mayoría de los casos, se produjo con firmas vinculadas y se hizo así para aprovechar la diferencia de tasa de interés local respecto a la vigente a nivel internacional para efectuar colocaciones en el mercado financiero”. El resultado de las negociaciones incidirá directamente en las tarifas y, fundamentalmente, sobre la rentabilidad. El estudio realizado da cuenta que desde las privatizaciones, “las tarifas para los hogares y las empresas chicas fueron las que posibilitaron las ganancias extraordinarias”. Esto es lo que lleva a Melillo a afirmar que “más que negociar la actualización de las tarifas es preciso revisar todo el proceso de privatizaciones”.