Dom 02.04.2006

EL PAíS  › CFK CANDIDATA A PRESIDENTA 2007

Otra movida de la dama

El Presidente expuso una vez más –y van muchas– ante sus colaboradores más estrechos que no irá a la reelección y en su lugar podría ir su mujer. Los argumentos. Las encuestas. La pelea en la provincia de Buenos Aires.

› Por Sergio Moreno

Quienes lo rodeaban miraban cómo hojeaba unos papeles, compulsivamente, con la minuciosidad de un entomólogo, como hace siempre. Mientras, la conversación mezclaba los datos que salían de los documentos que estaban en sus manos con especulaciones políticas. Entonces, el Presidente comenzó a hablar de candidaturas. Su ocasional audiencia calló, como callan los alumnos ante una clase magistral de un viejo profesor, como hacen los ministros ante un presidente, especialmente éste. “Que vaya Cristina; yo no voy”, sentenció Néstor Kirchner, mostrando a sus íntimos, un pequeño grupo de colaboradores, los más cercanos, cómo imagina la tenida para el 2007. Uno de sus más estrechos consejeros, que ha escuchado cientos de veces de boca del Presidente su deseo de cumplir sólo cuatro años al frente de la primera magistratura y resignar la reelección, sostuvo ante este diario que “lo de Cristina (Fernández de Kirchner) lo dijo porque es la que mejor da en las encuestas; es por eso”.

Un testigo de la frase del Presidente contó a este cronista que fue la primera vez que escuchó postular a CFK para las presidenciales de 2007. Sin embargo, la otra fuente mencionada más arriba, que suele pasar muchas horas diarias con el patagónico, sostuvo que el nombre de la senadora surgió hace tiempo evaluando dos hechos que se vienen analizando intramuros de la Casa Rosada: 1) que Kirchner efectivamente va a resignar presentarse a su reelección en 2007; 2) que CFK está primera en todas las encuestas nacionales que solicitaron en Gobierno; 3) que sólo es superada en los sondeos por su marido, Néstor Kirchner.

“Es malo hablar de este tema ahora –confesó a Página/12 un integrante del cenáculo kirchnerista–; a nosotros (al Gobierno) si hablamos de reelección nos pegan, nos dicen hegemónicos; si, en cambio, decimos que el Presidente no se va a presentar a la reelección, nos van a tratar de débiles o que estamos planeando una trampa, y comenzarán las especulaciones de quién será el reemplazo.”

Ya a mediados del año pasado, otro integrante del gabinete, migrado del sur, confió a Página/12 que la discusión acerca de la sucesión de Kirchner se desataría a partir de diciembre de 2006. “El (Kirchner) anda diciendo que no quiere reelección”, sostuvo en aquella ocasión el ponderado funcionario.

Desde que el Presidente comenzó a decir que no sería reelecto, sus colaboradores pasaron de la incredulidad a la desconfianza. Ahora, cada vez son más los que no ponen en duda la palabra presidencial. Incluso, algunos de sus hombres de mayor confianza, sabedores de sus deseos y a pesar de ellos, trabajan para convencerlo de que intente quedarse en Balcarce 50 hasta 2011.

La oposición descree de todo este asunto. Varios de sus dirigentes han dicho que el Gobierno trata de imponer un “operativo clamor”, una especie de llamamiento popular para implorarle a Kirchner que se presente a la reelección. Sin embargo, varios de los ministros más importantes del Gobierno se convencieron de la veracidad de la hipótesis de marras. Uno de ellos, conversando con este reportero, expuso su certeza al respecto ydesgranó varios motivos por los cuales sería bueno para el Presidente evitar su reelección. La fuente desarrolló dos argumentos:

1. Lo difícil que será batir su propia marca. “Vamos a terminar este mandato con indicadores socio-económicos excelentes, con crecimiento muy alto, con una mejora en la repartición del ingreso, en los niveles de empleo, producción, exportaciones, etcétera. ¿Cómo se hace para mejorar eso en su segundo mandato? ¿Qué van a decir nuestros críticos cuando, en vez de crecer al 9 por ciento anual, lo hagamos al 5 o al 6?”, se preguntó retóricamente el consejero presidencial. Esta hipótesis tributa a la experiencia de todos los presidentes argentinos que fueron reelectos. “A nadie le fue bien en un segundo mandato, ni siquiera a Perón”, supo decir a este cronista un destacado gobernador, en ocasión de debatir, meses atrás, sobre la hipótesis de la no reelección.

2. El acto republicano. “Si Néstor (Kirchner) no se presentase a la reelección, sería la primera vez en la historia que un presidente con todas las chances de imponerse cómodamente resignara hacerlo. Eso daría un ejemplo republicano enorme que debería derramar sobre toda la clase dirigente, no sólo sobre los nuestros. Este hecho cortaría con una historia recurrente, tanto a nivel de la Presidencia, cuanto de las gobernaciones”, sostuvo la fuente.

En Gobierno suelen ser cuidadosos con estas cuestiones. Desde hace tiempo vienen encargando a varios expertos sondeos de opinión sobre hipotéticos candidatos a la Presidencia en 2007. Un integrante del staff pingüino dijo a Página/12 que “hay dos dirigentes que están a años luz del resto del pelotón de dirigentes por el que consultamos: Kirch-ner y Cristina. Después, lejos, muy lejos vienen los demás. No existen”, sentenció, con una cierta suficiencia, el funcionario.

En la Casa Rosada hablan sobre estos asuntos sotto voce. Kirchner decidió que el debate sobre los temas electorales sea postergado para después del 2006 y que este será un año para dedicarse a gestionar y conducir el país. No obstante, las mesas de arena se mueven con fruición y la decisión que expone el Presidente a sus seguidores más estrechos no deja de inquietar a los ingenieros del esquema de poder del kirchnerismo.

“Ocurra lo que ocurra, sea la hipótesis que fuere, intente Kirchner su reelección o no, está claro que él es el gran elector, será él quien decida si va CFK o cualquier otro en su lugar”, categoriza ante Página/12 uno de los más encumbrados estrategas del oficialismo.

Vacante

De cumplirse la hipótesis “CFK presidenta”, el Gobierno resolvería la sucesión presidencial pero abriría un frente de conflicto que parecía cerrado a la luz de los resultados electorales de octubre de 2005. El movimiento de la dama a la gran candidatura dejaría un hueco a llenar en la provincia de Buenos Aires. Los resultados de las elecciones arrasaron con los devaneos de muchos aspirantes a la gobernación que cierran filas tras el oficialismo. Todos y cada uno de ellos –y ya son varios– reconocieron pública y privadamente que, si CFK compitiese por suceder a Felipe Solá en el sillón de Dardo Rocha, nadie en el peronismo y/o en el Frente para la Victoria se cruzaría en su camino.

No obstante esta certeza, muchos dirigentes siguen trabajando para su propia postulación hasta que llegue el momento de las definiciones. Algunos de los aspirantes más conocidos son:

- Aníbal Fernández, ministro del Interior de la Nación.

- José Pampuro, presidente provisional del Senado de la Nación.

- Alberto Balestrini, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

- Florencio Randazzo, ministro de Gobierno de la provincia.

- León Arslanian, ministro de Seguridad de la provincia.

La lista no termina en los nombres expuestos hasta aquí. Dos semanas atrás, desde las usinas oficiales se dejó caer el nombre del canciller, Jorge Taiana, como otro posible candidato a la gobernación. Taiana es bonaerense y ocupó el tercer lugar en la nómina de diputados nacionales por ese distrito que se impuso en octubre pasado.

A partir de que la posibilidad de la candidatura presidencial de CFK cobre cuerpo, los aspirantes a la gobernación florecerán, como las mil flores de Mao. Sólo CFK era indiscutida; el resto deberá pelear por su sustento.

Sin embargo –y esto lo saben todos los que quieren suceder a Felipe Solá y los que no también–, en el principal distrito del país se cumple la misma regla que a nivel nacional en cuestiones de candidaturas: Néstor Kirchner es el gran elector también en la provincia de Buenos Aires. Los aspirantes seguirán armando sus estructuras, construyendo poder, sumando dirigentes y mostrándose para que, llegado el momento, el Presidente haga su apuesta.

Lejos está el escenario de la provincia de Buenos Aires de asemejarse a otro distrito donde Kirchner también dispondrá sobre quiénes competirán con sus blasones: Santa Cruz. En su provincia natal, la senadora y hermana del presidente, Alicia Kirchner, peleará por la gobernación, y el actual mandatario, Carlos Sancho –sucesor del renunciante Sergio Acevedo– tentaría a la suerte en un teatro esquivo al kirchnerismo, la intendencia de Río Gallegos, la capital provincial.

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