EL PAíS
Se aprobó la reforma política y habrá internas abiertas para todos
El peronismo consiguió el apoyo de la UCR y, venciendo la oposición del ARI y la izquierda, hizo ley la reforma. Habrá campañas más cortas y con límite de gastos. Y primarias abiertas.
› Por Eduardo Tagliaferro
Con el consentimiento del radicalismo, por 152 votos a 34, el peronismo logró convertir en ley la reducción de los tiempos de campaña proselitista y la obligatoriedad de internas abiertas y simultáneas para resolver las candidaturas. Para ello, los diputados convalidaron la modificación del código electoral y de la ley orgánica de los partidos políticos, tal como ya lo habían aprobado los senadores. El punto más cuestionado de la norma era “la obligatoriedad”. Precisamente esa fue la objeción de los partidos provinciales, de los legisladores del ARI, del bloque de Autodeterminación y Libertad y hasta de no pocos radicales. Para conseguir el aval de la UCR, el justicialismo garantizó la aprobación de un proyecto de resolución en el que se le recomienda al Ejecutivo que cuando reglamente la ley no incluya como obligatoria la realización de internas en los partidos que cuenten con una lista única.
La semana pasada, cuando ya se había votado en general la norma que contempla el acortamiento de las campañas electorales, la sesión quedó sin quórum y fue levantada. Lejos de ser casual, el hecho tenía un motivo claro. Los radicales no les garantizaban a sus socios del peronismo el apoyo y los votos necesarios para aprobar el tema que seguía en el orden del día: las internas abiertas. A pesar de que lo había respaldado en la comisión, durante la semana no fueron pocas las voces que dentro de su bloque cuestionaron el proyecto. Más allá de la discusión constitucional, la mayoría de los diputados percibió en la obstinación del peronismo la necesidad de resolver su propia interna y también de construir el camino que lleve de vuelta a Lomas de Zamora al presidente Eduardo Duhalde.
El justicialista salteño Juan Manuel Urtubey defendió la postura del oficialismo y consideró que buscaba “garantizar la mayor participación de la ciudadanía”. Así fue que, tal como se había resuelto en el caso de las elecciones generales, dijo que el proyecto también reducía los tiempos de los comicios internos. Comentó que el tiempo límite era de 30 días y la publicidad podría realizarse solamente 10 días antes de la realización de la votación. Otro de los puntos que destacó fue que entre los cambios que se implementaban estaba el de derogar la obligatoriedad de obtener un mínimo del 2 por ciento de los votos en dos elecciones como requisito para que los partidos políticos no pierdan la personería jurídica.
Cuestionó a quienes se oponen a la interna abierta, obligatoria y simultánea por los costos que representa. No dudó en calificar estas posiciones como integrantes de “una concepción golpista”. También dijo que se trataba de “consagrar instrumentos que conviertan en previsible esta transición”.
A su turno, la diputada del ARI Marcela Rodríguez intentó, con escaso éxito, explicar la oposición de su bancada. Comenzó por aclarar que no estaban en contra de las internas abiertas sino de que fueran incorporadas en la norma como obligatorias. Luego de señalar que “un mecanismo de internas abiertas no es suficiente”, les recordó a los diputados que el artículo 38 de la Constitución nacional sostiene que los partidos deben tener mecanismos internos democráticos, “pero no dice cuáles”. También cuestionó el costo de las internas y las desigualdades que este produciría. “El costo de este procedimiento implica una enorme desigualdad entre partidos ricos y partidos pobres”, señaló al criticar el proyecto oficial. En la misma línea concluyó diciendo que “tendría que haber financiamiento público” para esas internas abiertas.
El radical cordobés Luis Molinari Romero fue el encargado de llevarle tranquilidad al peronismo. A pesar de algunas críticas menores al proyecto oficial, comprometió el voto favorable de su bloque. Claro que tuvo tiempo de señalar que “muchos de los que critican la legitimidad de algunos mandatos, en verdad están contra la democracia representativa”. “Precisamente a los que se les está gritando que se vayan son los que están buscando mecanismos para quedarse”, dijo a su turno Luis Zamora al criticar la iniciativa del oficialismo. Había comenzado su discurso preguntándose por qué se le daba tanta magnitud a algo que no la tenía. El interrogante venía a poner en cuestión el papel participativo que Urtubey le había asignado a la ley. Luego de criticar la democracia representativa y reivindicar la participativa, Zamora les preguntó a quienes presentaron el proyecto como la gran solución de la actual crisis política: “¿Perón fue electo por alguna interna abierta? ¿Acaso no tenía ningún constitucionalista que lo asesorara?”. La respuesta la dio el mismo Zamora cuando dijo que a Perón no le hacía falta una interna abierta, porque fue el político más popular de la historia argentina.
La votación final fue amplia: hubo 152 diputados por el sí y apenas 34 por el no. Ahora habrá que ver si el oficialismo cumple con la promesa de reglamentar la ley, limitando su alcance.