Pese al acuerdo firmado por el gobierno nacional con siete cámaras procesadoras de pescado, las asociaciones de consumidores aseguran que los precios en mostrador no han bajado como se había proyectado. Por el contrario, acusan aumentos del 4 al 15 por ciento en las pescaderías de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, y de más del 30 por ciento en algunas provincias. El problema, señalan conocedores del sector, es que Argentina exporta entre el 90 y el 95 por ciento de su pesca y a las empresas del sector, fuertemente oligopolizado, no les interesa recuperar el mercado interno. Contra un valor de 8,50 pesos el kilogramo del filet de merluza que se había proyectado en el acuerdo, en muchos mostradores el público debe abonar entre 11 y 12,50 pesos por kilo.

La Asociación de Consumidores y Usuarios y el Centro de Educación al Consumidor fueron dos de las entidades que denunciaron en los últimos días la suba en los precios de la merluza y el calamar, los dos productos incluidos en el acuerdo. Según Adecua, los incrementos verificados van del 4 al 15 por ciento en distintos puntos de venta. La medición del CEC arroja una suba del 15,5 por ciento en la merluza y 11,7 en el calamar.

No fueron los únicos en detectar y hacer públicos los aumentos. Diversas fuentes señalaron a los medios locales del interior del país que en Mendoza, Neuquén y Formosa, por citar algunos ejemplos, se registraron esta semana incrementos del 15 al 30 por ciento. Otros productos más selectivos, como el salmón, alcanzaron a precios prohibitivos: el salmón rosado sin espina se vende a 42 pesos el kilo, triplicando el precio con el que se vendía dos años atrás (14 pesos).

Frente a esos valores, más de 25 mil personas concurrieron entre el martes y el jueves al Pabellón de Productos Pesqueros del Mercado Central para realizar sus compras de Semana Santa a precios promocionales. El público que asistió en forma masiva adquirió las ofertas del kilo de filet de merluza sin espinas a 8,80 pesos y de calamar entero a 3,30.

Un analista del sector radicado en Mar del Plata señaló que el eje del problema se encuentra en la “excesiva rentabilidad empresaria, ya que entre cinco y diez empresas dominan el mercado”. Estas empresas poseen las principales flotas pesqueras y las plantas de procesamiento en tierra, abasteciendo a la vez a la exportación y al mercado interno. Las ventas externas, sin embargo, representan el 95 por ciento de su negocio. “A nadie le interesa reactivar el mercado interno; si hicieron un acuerdo con el Gobierno, fue para mostrar precios bajos que van a utilizar como excusa para resistirse a un aumento salarial en la negociación con los gremios marítimos y de trabajadores pesqueros en tierra”, acusó.

La mayor parte de la comercialización interna se realiza por ventas desde plantas congeladoras directamente a las cadenas de supermercados o a mayoristas que distribuyen entre las pescaderías más chicas. Ahí tendría que funcionar el acuerdo, según el cual el precio de venta en puerta de planta debería ser de 5,80 pesos por kilo más IVA en la merluza y de 3,30 pesos más IVA en el calamar. De cualquier modo, las pocas ventas que se realizan en el puerto a compradores en banquina también aumentaron sus precios en estos días: de 1,50 a 1,80 pesos que se pagaba en semanas anteriores, esta semana pasó a comercializarse entre 2,50 y 2,80. Un aumento del 50 al 66 por ciento.

De todos modos, entre el precio en banquina y el que llega al público hay una diferencia sustancial. Al filetero le pagan 40 centavos por kilo. El resto del costo es por el congelado y el transporte. “Cuesta señalar quién se queda con la diferencia, pero entre las firmas congeladoras, que además son las que capturan, y los mayoristas, se quedan con más del 50 por ciento del precio final; es una rentabilidad extremadamente excesiva y es el punto a atacar si se quiere hacer del pescado un alimento sustituto”, señaló finalmente el experto consultado.