EL PAíS
Rodríguez Saá envió un emisario y le marcó la cancha al Gobierno
Un hombre de confianza del ex presidente habló con Matzkin. Lo amenazó con ir por afuera del PJ y denunció posibles fraudes.
› Por Martín Piqué
El Gobierno comprobó ayer que no será tan fácil ordenar la interna del PJ –como desea Eduardo Duhalde–, y empezó a asumir que, en todo caso, esa aspiración se cumplirá en forma parcial. Bastó con que el operador favorito de Adolfo Rodríguez Saá visitara la Casa Rosada para que las ilusiones comenzaran a esfumarse. Después de reunirse con el ministro del Interior Jorge Matzkin, el enviado del ex gobernador de San Luis Luis Lusquiños, acusó al Ejecutivo de estar “ejecutando un fraude electoral”. Unas horas más tarde, el propio Matzkin le salió al cruce: “Plantear un prefraude en una elección abierta aprobada por el Congreso es muy apresurado e imprudente”, criticó el jefe de la cartera política.
La polémica entre Matzkin y Lusquiños reveló, una vez más, la pésima relación que existe entre Duhalde y Rodríguez Saá. Y al Gobierno le sirvió de muestra de lo difícil que será negociar con el precandidato de la eterna sonrisa, quien desde hace meses cuestiona al “Pacto de Olivos”, como define a la coalición parlamentaria que respalda a Duhalde.
La reunión de ayer se produjo en el marco de la ronda de reuniones con los precandidatos del PJ que impulsa el Presidente. Desde la Rosada habían invitado directamente a Rodríguez Saá, pero éste delegó las tratativas en su jefe de campaña, Lusquiños. El encargado de dialogar con el delegado del “Adolfo” fue Matzkin, cuya tarea es lograr que los precandidatos del peronismo participen de las elecciones internas.
Aunque la charla fue muy “cordial”, el enviado de Rodríguez Saá criticó la reforma política aprobada por el Congreso, insistió en el reclamo de elecciones presidenciales anticipadas y acusó al Gobierno de estar preparando un fraude. “Se está ejecutando un fraude electoral. Si el Pacto de Olivos está pretendiendo perpetuarse en el poder a través de cualquier medio se equivoca porque el pueblo ya los condenó”, aseguró Lusquiños en la sala de prensa de la Casa de Gobierno luego del encuentro con Matzkin. Con esas declaraciones, el delegado del “Adolfo” terminó con las expectativas del Ejecutivo, que espera que el ex presidente modere su intransigencia y participe en los comicios internos del PJ. Pero a pesar de los cuestionamientos de Lusquiños, el Gobierno recibió ayer una señal importante de parte desde San Luis. Según Matzkin, el jefe de campaña del ex presidente le transmitió “su voluntad de participar del proceso interno”. Claro que, según pudo averiguar Página/12, Rodríguez Saá participará en las internas si antes de cumplen ciertas condiciones.
“Nosotros exigimos respeto, garantía de que no van a tocar las urnas, ni los padrones. Queremos un acto electoral transparente. Si eso está garantizado, tomaremos la decisión de ir en las internas”, aseguró a Página/12 un hombre de confianza de Rodríguez Saá. Por ahora, en el entorno del ex gobernador de San Luis dicen que no competirán por afuera del PJ, pero tampoco lo descartan. “Si la pelea es por el sello de goma del PJ, a nosotros nos gustaría estar contenidos por ese sello. Pero si el PJ no nos contiene, el Adolfo va a ser candidato igual.”
De cualquier forma, la amenaza de competir con su propio partido está siempre a mano. En el círculo íntimo del “Adolfo” están enfurecidos con lo que consideran una excesiva intervención del Gobierno en las internas. “Quieren convertir a la Rosada en la calle Matheu (por la sede del Consejo Nacional del PJ)”, se quejaba ayer el operador sanluiseño en diálogo con este diario. Según esta visión, el Gobierno estaría preparando un “fraude”, que se revelaría a través de las sugestivas reuniones con Carlos Menem, que aún conserva la presidencia del partido.
“Hay que repasar los apellidos del Registro de las Personas”, insistía, en tono conspirativo, el asesor de Rodríguez Saá, quien teme que el Ejecutivo manipule los padrones electorales, porque “están buscando un método para supervivir políticamente”. En la visión del adolfismo, lo que se viene es una batalla con tonos épicos. “Estamos dando una batalla infernal, al estilo Corazón Valiente contra el ejército inglés.”