“La Constitución porteña nació con buena voluntad. Pero le tocó navegar por aguas turbulentas, coronadas por el juicio político a Aníbal Ibarra. Ahora directamente no se sabe dónde estamos.” Con la largada electoral cada vez más cerca, el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni echó cartas en el asunto y fue terminante. Antes que el debate sobre los nombres que pelearán por la Jefatura porteña en el 2007, para el magistrado hay que transformar el sistema vigente y promover uno parlamentarista. La idea no es nueva y, en realidad, forma parte de un proyecto que presentó ayer el Instituto de Políticas Públicas (IPP) en un debate que contó con varias figuras y donde no faltaron pronósticos poco menos que catastróficos, incluyendo la posibilidad de que se repita una crisis política como la que se vivió después de Cromañón.

No se trata de borrar la Constitución de 1996. Por el contrario, en el encuentro de ayer sobraron elogios para el texto actual por los avances que logró en materia de derechos ciudadanos. El problema se plantea, en realidad, por su mala aplicación, algo sintetizado por el mismo jefe de Gobierno, Jorge Telerman, encargado de abrir el seminario. “La Constitución todavía se tiene que exprimir”, dijo. Concretamente la reforma que contemplan en el IPP apunta al problema que abre una Legislatura prácticamente con más bloques que legisladores. “Cuando se hizo la reforma, había cuatro partidos. Hoy hay una fragmentación total, que en ese entonces ni se nos ocurría”, explicó Zaffaroni.

¿Qué es lo que planteó el proyecto? Una de las cuestiones es que sea la Legislatura la que vote al jefe de Gobierno. Para ello, primero, el Parlamento deberá conformarse bajo el principio de mayoría simple. Es decir, el partido que gana las elecciones se queda con los dos tercios mientras que la tercera parte de las bancas es para la segunda fuerza. Para el politólogo José Manuel Martínez, uno de sus impulsores, el sistema “mejoraría el sistema de consenso impidiendo que el Poder Legislativo termine fracturado y obligando al Ejecutivo a mejorar su calidad de gestión”. Claro, la cosa no es fácil. Involucra numerosas cuestiones, como la discusión sobre cómo garantizar la participación civil o la Ley de Comunas. Fue por ello que el seminario incluyó varias comisiones con distintos invitados. Entre ellos figuraron la defensora del Pueblo porteña, Alicia Pierini, el vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce, y los legisladores Norberto La Porta y Miguel Talento.

El debate, por supuesto, no desconoció el escenario nacional. Se trata de un viejo anhelo de Zaffaroni y también de una idea que repicó entre algunos inquilinos de la Casa Rosada, aunque en términos muy diferentes. El planteo del magistrado de la Corte Suprema sobre el escenario porteño también se aplica para el panorama nacional. Criticó el exceso de personalismo y planteó la necesidad de instaurar un sistema parlamentarista. Al respecto, Martínez precisó: “El problema del presidencialismo no pasa cuando hay un Kirchner sino cuando tenemos un presidente como De la Rúa”. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer. Fundamentalmente porque varios sectores de la sociedad miran al tema con malos ojos. La cuestión no pasó inadvertida para Raúl Ferreyra, invitado y también ex constituyente. “Una reforma no es más que un cambio formalizado del sistema que, por cierto, muchas veces es necesario. Pero en este país, todavía, parece que sigue siendo una herejía.”

Informe: Carolina Keve.