“¡Viva la Patria!”, fue la consigna elegida por Mauricio Macri. “¡Feliz Día de la Patria!, celebremos en unión y libertad”, arengó también Ricardo López Murphy frente a un auditorio compuesto de chicos de muy corta edad que compartían un tardío desayuno de chocolate con churros en el comedor comunitario del barrio Los Piletones de Villa Soldati. Hasta allí llegaron los líderes del PRO para participar con una “clase pública” sobre el 25 de Mayo y diferenciarse de la concentración convocada por el Gobierno, a la que el presidente de Boca volvió a calificar como “torneo de alcahuetes para ver quién moviliza más”. El ex ministro afirmó que la convocatoria a Plaza de Mayo fue “un acto partidario” y denunció que “se comprometió una enorme cantidad de recursos del Estado” para movilizar a los manifestantes. Los dirigentes de la coalición de centroderecha también tomaron distancia de la concertación que se alienta desde el kirchnerismo y reivindicaron su papel opositor.

Nadie en el PRO lo planteó, pero el objetivo estaba claro: mostrarse el mismo día que el Gobierno convocaba a una megamovilización en la plaza, en un barrio marginal del sur de la ciudad. Allí, en nueve irregulares manzanas de casas bajas viven seis mil personas, la mayoría sin trabajo estable, y funciona un comedor comunitario al que asisten diariamente 900 chicos y se entregan otras 300 viandas familiares. El mismo barrio desde donde, poco antes de que llegaran Macri y López Murphy, salieron 20 micros rumbo a la concentración en Plaza de Mayo.

Sin embargo, a pesar de los preparativos conjuntos, los socios en la coalición de centroderecha no pudieron hacer coincidir sus horarios. El diputado de Compromiso para el Cambio llegó antes vestido informalmente, todo de negro, con su lujoso auto hasta el borde de Los Piletones. Primero habló con los periodistas y luego saludó a los chicos que asistieron por la mañana al comedor de la fundación de Margarita Barrientos. “Preferimos estar junto a los chicos. Venimos a hablarles de historia junto a Ricardo (López Murphy) en este día patrio y con la tradición: chocolate, unos churros. Pasarla tranquilos acá, más cercano y lejos de la politización”, dijo el dirigente político.

Después, Macri embistió contra la movilización kirchnerista de ayer: “Ya lo he dicho que era innecesario, artificial y muy costoso. Se debería haber financiado a comedores y a las Margaritas Barrientos para que lleven las cosas adelante”. El empresario también respondió sobre la convocatoria presidencial a una concertación: “Nos sumaríamos al diálogo, a la concertación de políticas de largo plazo. Después tiene que haber un oficialismo y una alternativa, que nosotros estamos intentando construir”. Unos 45 minutos después, mientras un grupo de maestras jardineras explicaba a los chicos el sentido de la fecha patria, llegó el líder de Recrear. Sonriente y vestido de clásico sport, López Murphy abordó a los periodistas. “Lo peor que le puede pasar al país es que la oposición se vuelva genoflexa, obsecuente, travesti de sus valores políticos”, sentenció para referirse a la concertación que impulsa el oficialismo. “Nosotros somos fundadores, tenemos la autoridad, la responsabilidad y la conducta de hacer nuestro trabajo. Esa coalición electoral ha tenido altos y bajos, vivimos esa realidad con nuestros aliados”, dijo López Murphy para ratificar la unidad con Macri y desalentar un acuerdo con Elisa Carrió: “La doctora proclamó una relación política cordial, constructiva y de no entregarse ni venderse al Gobierno. Eso no ha alterado ni cambiado los matices que hemos tenido en políticas públicas”.

La “clase pública” culminó con las arengas de Macri y López Murphy y no fue mucho más extensa que el tiempo que le duró a los chicos el chocolate en su tazas.