Los ex presidentes Raúl Alfonsín e Isabel Martínez de Perón y el ex presidente provisional del Senado Italo Luder son las personas en las que el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz piensa basar su defensa en el juicio oral que comenzará el próximo 20 de junio en La Plata. Ellos tres fueron los únicos testigos propuestos por el ex director de Investigaciones de la policía bonaerense, que está acusado de homicidios, secuestros y torturas cometidos durante la última dictadura. Este proceso, que durará cerca de tres meses, es el primero de este tipo luego de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida.

“Ante la imposibilidad de negar los hechos o desvincularse de ellos, Etchecolatz buscará hacer una defensa política”, fue la conclusión que sacaron en los tribunales platenses al enterarse de los testigos a los que aspira convocar el represor. No es un escenario muy difícil de imaginar, ya que uno de los abogados del ex mano derecha de Ramón Camps es Adolfo Casabal Elía, quien durante otro juicio contra Etchecolatz –en esa ocasión por la apropiación de una hija de desaparecidos– aseguró durante su alegato que “en el Gobierno soplan vientos montoneros y lo vemos cuando el Presidente se perfila detrás de una ideología de derechos humanos y olvida que hay otros derechos humanos, como el de los militares muertos por la subversión”. El otro defensor es Luis Eduardo Boffi Carri Pérez, presidente de la World Jurist Association, organización que se preocupó por el destino de los ex supremos menemistas Eduardo Moliné O’Connor y Adolfo Vázquez en su juicio político.

Esta vez, Etchecolatz tendrá que responder por su responsabilidad en el homicidio calificado de Diana Esmeralda Teruggi, la privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio de Patricia Dell’Orto, Ambrosio De Marco, Nora Formiga, Elena Arce y Margarita Delgado. También será juzgado por el secuestro y las torturas de Nilda Emma Eloy y Jorge Julio López.

Esta causa es una continuidad del juicio por la verdad de la Cámara Federal de La Plata: en 1999, después de un año de escuchar testimonios en las audiencias, el juez Leopoldo Schiffrin decidió hacer una denuncia e imputó a Etchecolatz por hechos por los que no había sido condenado en la década del 80.

El caso fue de La Plata a Buenos Aires y regresó a La Plata. En Capital, Rodolfo Canicoba procesó al represor y en La Plata Arnaldo Corazza elevó la causa a juicio oral. A partir del próximo martes será el Tribunal Oral Federal Número 1 de La Plata, integrado por Horacio Isaurralde, Carlos Rozansky y Norberto Lorenzo, el encargado de juzgarlo. El fiscal será Carlos Dulau Dumm. Serán querellantes la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, la Central de Trabajadores Argentinos, Nilda Eloy, Juan Axat, María “Chicha” Mariani y Genoveva Dawson de Teruggi.

Además de Alfonsín, Luder e Isabelita otras 122 personas se deberán presentar como testigos. El juicio, que duraría tres meses, no se realizará en los tribunales platenses, ya que la capacidad de las salas del edificio es limitada. El proceso se haría en el centro cultural Islas Malvinas, aunque también se especuló con juzgar a Etchecolatz en el Salón Dorado de la municipalidad.

Etchecolatz está procesado en la causa en la que se investigan las violaciones a los derechos humanos en el Primer Cuerpo de Ejército y fue condenado a siete años –la Cámara de Casación redujo la pena a tres– por la falsificación del acta de nacimiento de la hija de desaparecidos Carmen Gallo Sans. En 1986 había recibido 23 años de prisión por su responsabilidad en 95 casos de tormentos.