La designación de Juan Pablo Cafiero como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires no cosechó mayores críticas. Aun aquellos que después de compartir varios años a su lado en el Frepaso están hoy en otra vereda política y en su momento cuestionaron su decisión de acompañar al gobierno de Eduardo Duhalde, se mostraron satisfechos con el nombramiento de una persona de sus características en ese cargo. Lo que muchos sí pusieron en duda es hasta qué punto la estructura política bonaerense no condicionará su desempeño y le impedirá implementar las reformas que pueda llegar a proponer.
“Tipo capaz”, “gran persona”, “hombre correcto” y “persona seria” fueron algunos de los calificativos con que dirigentes políticos y sociales se refirieron a Cafiero. El ex ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian, no lo trató de ese modo, pero también lo elogió. “El ya tiene experiencia en cargos políticos y además estaba muy consustanciado en su momento con la reforma.”
La “reforma” a la que Arslanian hizo alusión es la que él mismo encaró en su paso por esa cartera durante la gestión de Duhalde como gobernador y que a su juicio debería retomarse. De hecho, el ex funcionario recomendó a Cafiero que continúe con el proceso de depuración de la Bonaerense y si bien reconoció que la tarea que deberá desarrollar el frepasista “no tiene nada de sencillo, tampoco es imposible”. Arslanian también le aconsejó “que no se deje amilanar” por aquellos que lo tildan de “garantista” y sostuvo que “ese invento denostativo de llamar garantista en contraposición con policía brava proviene de quienes no se atreven a decir que la idea de ellos es que la policía actúe por izquierda y no por derecha”, además de enfatizar que “el establishment tiene mucha culpa de esas situaciones”.
“Es un perfil muy adecuado, conozco profundamente su pensamiento, su rectitud, su forma de hacer las cosas en forma responsable y seria. Es una persona muy indicada para realizar una tarea que quedó frustrada desde hace mucho tiempo”, declaró la diputada Nilda Garré acerca de Cafiero. Rodolfo Rodil, por su parte, manifestó su “confianza en que Cafiero va a poder llevar adelante lo que ha propuesto el gobernador (Felipe Solá) que es depurar la policía bonaerense”. Garré y Rodil comparten con Cafiero el espacio del Frente Grande que viene apoyando sistemáticamente al Gobierno.
Vilma Ibarra, quien en cambio está en el sector de ese partido que se mantiene independiente de la administración duhaldista, aclaró que Cafiero aceptó la designación “a título personal”, pero reconoció que “en materia de política de seguridad tiene una mirada garantista que a uno lo entusiasma”. La senadora dijo esperar que “cuente con apoyo político y sostenga los principios que siempre tuvo”.
El diputado José Vitar, jefe del de diputados frentistas que se pasó al ARI, tuvo palabras bastante parecidas. “Más allá de las diferencias políticas que nos separan, lo juzgo una persona decente, con un claro criterio garantista y un hombre correcto”, subrayó Vitar. De todos modos, reflexionó que la situación de la Bonaerense “no está desligada de la política que durante años implementó Duhalde” y que “el marco político” puede llegar a condicionar el desempeño de Cafiero.
Los diputados del Polo Obrero, Alicia Castro y Francisco “Barba” Gutiérrez, también dijeron lo suyo. Castro reconoció en Cafiero a “una persona seria”, aunque recordó que “hace rato decidió permanecer en el partido único del ajuste” y agregó que “espero que no se deje usar como un lavado de cara para el gobernador (Felipe Solá)”. Gutiérrez expresó que “espero que avance a fondo contra la política represiva”, pero consideró que su designación no será más que “un parche” porque el problema son “las políticas de subordinación al FMI”.
El piquetero Luis D’Elía consideró a Cafiero como “un tipo capaz”. Aún así, subrayó que “el problema de la mafia de la maldita policía no lo resuelve un tipo con buena voluntad, sino que es un problema del conjunto de la sociedad”.