El ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique entregó ayer su descargo por escrito al juez federal Daniel Rafecas, quien lo había convocado para que ampliara su declaración indagatoria en la causa por los sobornos en el Senado. La citación del ex funcionario de la Alianza era una de las últimas medidas previstas por el magistrado antes de cerrar la instrucción y elevar la causa a juicio oral.

Flamarique está procesado junto al ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, los ex senadores José Genoud, Augusto Alasino, Ricardo Branda, Emilio Cantarero, Alberto Tell y Remo Constanzo y el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto.

Cuando la Cámara Federal confirmó esa medida, le ordenó recabar nuevas pruebas y ampliar la indagatoria a los involucrados. El magistrado debe ahora analizar el escrito de Flamarique y decidir si ordena otras medidas o si da por cerrada esa parte de la investigación y pide al fiscal Federico Delgado que requiera la elevación del caso a juicio.

“Para ésos tengo la Banelco.” Esa fue la famosa frase que según el líder de la CGT, Hugo Moyano, le dijo Flamarique cuando él le señaló que la Ley de Flexibilización Laboral no iba a pasar el Senado. También aludió al ex titular de la cartera de Trabajo el senador Rodolfo Terragno. Cuando declaró como testigo en la causa aseguró que, a raíz de que algunos medios lo mencionaban a él como la persona del Ejecutivo que debía interceder con los legisladores para que aprobaran la ley de Reforma Laboral, el entonces presidente Fernando de la Rúa dejó muy en claro en un desayuno de trabajo que “el único negociador” de esa norma era Flamarique. Rafecas también debe resolver la situación procesal de De la Rúa. El ex presidente estuvo dos veces en el juzgado. La primera vez declaró durante más de diez horas. En la segunda presentó un voluminoso escrito en el que reclamó que el magistrado profundice la investigación. Este pedido demoraría la decisión del juez.

En su defensa, el ex presidente atribuyó a una “maniobra del Gobierno” el impulso que tomó la causa ante la confesión de Pontaquarto, que aseguró que el 18 de abril de 2000 retiró cinco millones de pesos de la SIDE, que luego fueron usados para sobornar a los senadores para que votaran la Ley de Flexibilización Laboral.