EL PAíS › ARGENTINA PARTICIPARA DE LA CUMBRE DE NO ALINEADOS
Irá como invitada a la cumbre que se hará en La Habana, entre el 11 y el 16 de septiembre. De esta forma, la Argentina volverá a integrar el movimiento que Menem abandonó en 1991.
› Por Fernando Cibeira
Después de quince años de mantenerse al margen, la Argentina participará de la Cumbre de Países No Alineados que arrancará el 11 de septiembre en La Habana. La decisión de retirarse del Movimiento la tomó Carlos Menem en 1991, en medio de los vahos primermundistas y las ansias de relaciones carnales. La vuelta tiene el sello de Néstor Kirchner, aunque en la Cancillería se preocuparon en bajarle el tono político a la resolución anunciada ayer. “Argentina asistirá como invitado, al igual que muchos otros países”, informó el canciller Jorge Taiana, quien no viajaría a Cuba. La representación argentina la integrarán el embajador en la isla, Darío Ale-ssandro, y funcionarios de segundo rango de la Cancillería.
“Era una locura no ir. Por suerte se tomó la decisión, así que estamos contentos”, respondían en el Palacio San Martín. De los No Alineados participan 116 países, incluyendo prácticamente todos los americanos, a excepción de Estados Unidos, Canadá, Haití y Argentina. Para subrayar que la vuelta al Movimiento no implicaba ningún cambio drástico en la política exterior, en Cancillería contaban que Estados Unidos y Canadá también habían solicitado concurrir como invitados y que esperaban respuesta. Otro dato: Chile es miembro pleno. “Y los chilenos son muy activos dentro de los No Alineados. Es llamativo ver la cantidad de reuniones que arman y las cosas que consiguen”, remarcaban.
Los No Alineados nacieron en los ’60 como consecuencia de la rigidez de los bloques producidos por la Guerra Fría y, también, del proceso de descolonización que se vivía por entonces en Asia y Africa. Fue el gobierno de Héctor Cámpora, en 1973, quien introdujo a la Argentina en el organismo del que el cubano Fidel Castro y el fallecido líder palestino Yasser Arafat supieron ser sus animadores durante años. “La tercera posición”, era la ubicación que Perón imaginaba para la Argentina, que parecía la misma que la de este movimiento.
En 1991, en una reunión de cancilleres en Ghana, Guido Di Tella anunció la salida del club, con el argumento de que allí se aprobaban cuestiones con las que el país no coincidía y que no había probabilidades de modificar. “El movimiento no ha abandonado enfoques antioccidentales”, proclamó el constructor de la política de relaciones carnales.
En febrero de 2003, en Kuala Lumpur, se produjo la última cumbre de No Alineados, la número 13 de su historia, que pasó desaparcibida para el país. Esta vez, Kirchner conversó con Taiana y la decisión fue participar, por lo que se tramitó la invitación para La Habana. Con todo, y en eso podría haber influido los resquemores que producen en Washington la relación cercana con el venezolano Hugo Chávez y la reciente visita de Fidel Castro, la incursión argentina será a medias, si se tiene en cuenta el nivel de representación. Kirchner, desde ya, no irá, y Taiana tiene una cumbre del G20 en Río de Janeiro más o menos para las mismas fechas. El protagonismo quedará en manos del embajador Alessandro.
“Los No Alineados se ha convertido en un ámbito en el que pasa un poco de todo”, explicaban, entusiasmados, en Cancillería. E insistían en el caso de Chile y su actividad. “Consiguen cerrar acuerdos muy interesantes a nivel político.”
Kirchner, justo para cuando termine esta Cumbre, viajará desde Buenos Aires a Nueva York, donde participará de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el marco de una visita más amplia a Nueva York, en la que desarrollará algunas actividades de alta visibilidad como, por ejemplo, tocar la campana en la apertura de la bolsa de Wall Street.
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