Jorge Reynaldo Vanossi esperaba estar hoy todavía frente al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Si no, no hubiera llegado a los medios una gacetilla invitando para esta mañana a un coloquio sobre la problemática de los derechos de los adolescentes. Pero el presidente Eduardo Duhalde decidió poner en marcha la “reestructuración” de su gabinete y produjo la salida de uno de los dos ministros que llegaron al Gobierno como consecuencia de su alianza con el radicalismo. Vanossi será reemplazado por el secretario de Seguridad, Juan José Alvarez, que se hará cargo de una unificada cartera de Seguridad y Justicia. Sin embargo, hasta ayer por la noche, en la casa de ex funcionario se negaban a aceptar la medida: “la renuncia no existe”, dijeron a Página/12.
A pesar de que este diario informó ayer sobre la posible salida de Vanossi, en el Ministerio de Justicia no había clima de renuncia. El tema, se conversó en los pasillos, pero algunos empleados que llegaron a hablar con el jefe de Gabinete de asesores, Juan Antonio Travieso, se conformaron con la versión de que el ministro no se iba. A la noche fueron sorprendidos por el anuncio, al parecer, al igual que Vanossi.
El presidente Eduardo Duhalde informó sobre el alejamiento del ministro de Justicia a los gobernadores del justicialismo que se reunieron con él en Olivos. “Es un inútil”, trascendió que lo calificó el Presidente.
Aunque los radicales habían sostenido al asumir que la participación en el Gobierno era “a título personal”, se trata de una ruptura de la alianza del duhaldismo y un sector del radicalismo liderado por el ex presidente Raúl Alfonsín, a quien también ayer el Senado le aceptó la renuncia. Por eso, las versiones indicaban que el próximo miembro de gabinete en alejarse sería el titular de Defensa, Horacio Jaunarena.
Vanossi tuvo que lidiar –en realidad no supo hacerlo– con el conflicto entre el Gobierno y la Corte Suprema. Después de que el máximo tribunal complicara los planes del Gobierno al pronunciarse por la inconstitucionalidad del corralito, el entonces ministro vaciló entre la crítica y la conciliación, como el resto del Gobierno. Duhalde buscó operadores peronistas para hablar con los ministros, que finalmente siempre marcaron los tiempos de la disputa.
Su última tarea como ministro había sido la de realizar una denuncia judicial –en base a un informe de la SIDE– sobre un supuesto complot de los piqueteros para desestabilizar al Gobierno la semana pasada, cuando en realidad lo que ocurrió fue que las fuerzas de seguridad asesinaron a dos manifestantes que participaron del corte del Puente Pueyrredón.
En la presentación, Vanossi mencionó la “escalada de acciones violentas que amenazan con el derrocamiento de los poderes constituidos”. Y concluyó que “cabe preguntarnos si estamos o no en presencia de una maquinación concertada para alcanzar con intencionalidad objetivos de máximo alcance que puedan poner en riesgo más vidas, más derechos, más libertades y hasta la totalidad de las instituciones de la República”.
El escrito responde a la hipótesis que el Gobierno intentó construir apenas se conocieron los incidentes del Puente Pueyrredón. Con la aparición de fotografías, grabaciones y testigos, el discurso cambió y Vanossi podrá cargar con el haber sido el artífice de la teoría que convertía en victimarios a las víctimas.
Entre el conflicto de la Corte Suprema y la ridícula presentación sobre el complot, Vanossi aguantó una silbatina en el acto del décimo aniversario de atentado contra la embajada de Israel. A pesar de que había sido advertido que podía haber abucheos, el constitucionalista y ex diputado decidió enfrentar a la gente para luego decir que las manifestaciones de repudio provenían “de la turba, los que gritan desaforadamente son turba”.
La renuncia, aunque anunciada, fue para Vanossi, inesperada. Ni él, ni sus colaboradores cercanos estaban preparados para que esto ocurrieraayer. Y aunque la información oficial consignaba que el Presidente “le aceptó la renuncia”, la medida fue tomada unilateralmente y sin previo aviso por el Presidente. “No hay renuncia”, le dijo una mujer que atendió a este diario ayer por la noche en el domicilio del ex ministro. “Pobre, cómo lo echó Duhalde”, dijo a este diario un abogado con fuertes vínculos con el Gobierno y que además conoce bien al funcionario saliente.