“Hay que olvidarse. Hay que tomar distancia de eso, que les interesa a los que hacen mala política y hay que hablar de lo que a la gente le importa.” Con esa frase, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna esquivó una definición sobre el pasado en la SIDE de la dictadura del diputado Juan José Alvarez, uno de los principales fogoneros de su candidatura a presidente. “Es curioso que aparezca información sobre personas que antes fueron convocadas por Presidencia para resolver algún tema”, aguijoneó Lavagna sobre la designación de Alvarez en la Secretaría de Seguridad porteña tras el incendio en Cromañón. En tanto, el tema levantó más polvareda entre la oposición –que denunció una “operación del Gobierno”– y el oficialismo, que se despegó de la difusión de la noticia.

Como reveló Página/12 el domingo pasado, Alvarez formó parte de la SIDE entre 1981 y 1984. Tras varios días de silencio, Lavagna eligió para responder sobre la foja de Alvarez el programa de cable Manos en la masa, que conduce la periodista Mónica Gutiérrez. “Si su programa se llama Manos en la masa, esto es manos en la basura”, lanzó Lavagna, quien tampoco opinó sobre la carta de recomendación a Alvarez del ministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy. “¿Y? Es lo mismo que si alguien comprara o vendiera propiedades”, dijo sobre la participación del diputado en la SIDE. “Esto es como remover basura. ¿A quién le importa esto? A nadie. No hay que caer en el juego de carpetas y contracarpetas”, sostuvo.

En tanto, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, salió a desmentir que el Gobierno hubiera tenido que ver con la publicación de la noticia. “No me consta ni que el Gobierno ni que la SIDE hayan entregado la información”, dijo Fernández. “No oculto mi cimbronazo. Cuando lo vi me dejó petrificado.” Fernández le salió al cruce a Lavagna y aseguró que “el Presidente tampoco lo sabía”. “El Gobierno no tiene nada que ver con esa información”, repitió una y otra vez el ministro, que no quiso opinar sobre el pasado de Alvarez. “No ando ‘macarteando’ a la gente o imputándola por tales o cuales cosas. Fue fortísimo (enterarme), pero no me puse a hacer un análisis de valor”, remarcó.

Por su parte, la líder del ARI, Elisa Carrió, tampoco opinó sobre el pasado de Alvarez. Afirmó que los juicios de valor “dependen de la evaluación de la sociedad”. “No quiero entrar en esa metodología fascista del Gobierno, que utiliza a la SIDE para ensuciar y aniquilar a opositores. Comentar esto es servir a ese proyecto del Ejecutivo, que comienza con alguien y termina con todos”, lanzó Carrió, quien recordó que “cuando el Presidente lo propuso a Alvarez para secretario de Seguridad, el ARI fue el único partido que estuvo en contra y retiró a sus funcionarios del Gobierno de la Ciudad”. “Los que se prestan son cómplices de la metodología del fascismo que viene”, disparó la líder del ARI, quien auguró que “en el próximo año, este tipo de informaciones cruzadas van a recorrer toda la Argentina, hasta que el aire sea irrespirable”.

“Más allá de la cuestión personal de Alvarez, se trata de una operación del Gobierno”, coincidió el jefe del bloque radical, Fernando Chironi. El dirigente de la UCR –que también apoya la candidatura de Lavagna– dijo que la noticia no afectará el armado de un frente opositor. “Nuestra relación es con Lavagna, quien es el que debe elegir quiénes lo acompañan”, estimó. Chironi recordó que Alvarez “es un militante del peronismo y no del radicalismo, así que ellos tenían que saber de su pasado”. “Pero es como que si sos amigo, todo bien, y si no, te denuncio. Esa es una actitud deleznable”, planteó. En tanto, los dirigentes del grupo El General resolvieron bajar el tono a la polémica. Desde el entorno de los diputados no kirchneristas, sostuvieron que “la decisión del bloque es no seguir con el tema y suponemos que los kirchneristas tampoco lo van a plantear, aunque siempre tienen algún kamikaze”.