Apenas se apagó la discusión en el socialismo por la participación de tres dirigentes del partido en la Convención Nacional de la UCR (en la que se propició el apoyo a la candidatura de Roberto Lavagna), surgió un nuevo debate: los bonaerenses propusieron al ex diputado Héctor Polino como candidato a presidente de la Nación. Desde el sector de los santafesinos no hubo rechazo, pero sí diferencias sobre cuáles son los tiempos: plantean que se debería esperar hasta comienzos del año próximo para elegir a un candidato. “Como presidente del partido, tengo que ser respetuoso de lo ya resuelto de discutir las candidaturas más adelante. Había un consenso en avanzar ahora en lo programático”, señaló a Página/12 el senador Rubén Giustiniani. La discusión seguramente se trasladará al próximo encuentro del Comité Nacional, el sábado 7 de octubre.

Los dirigentes bonaerenses habían salido a cuestionar la participación de Giustiniani, el candidato a gobernador Hermes Binner y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, en la convención de la UCR, dado que podía interpretarse como un apoyo a Lavagna. Luego de una ardua discusión, acordaron un documento que de momento cerró la puerta a una alianza con el ex ministro de Economía. Tras ese encuentro, surgió el debate sobre la candidatura presidencial.

El puntapié inicial de la precandidatura de Polino provino de los dirigentes bonaerenses Jorge Rivas y Ariel Basteiro. “Polino tiene una exposición de gestión tanto en lo parlamentario como en su desempeño como secretario de Acción Cooperativa (durante el gobierno de Raúl Alfonsín). Y dio una señal de priorizar un proyecto colectivo, en una época en que cada uno busca acomodarse”, estimó Rivas, en referencia al ofrecimiento que le hizo el gobierno nacional de ocupar la Secretaría de Medio Ambiente y que Polino declinó en función de una decisión del partido.

Los bonaerenses tienen muy presente la elección nacional, dado que su distrito elegirá autoridades en la misma fecha, por lo que estiman que se producirá un “efecto arrastre”. De allí surgió la urgencia de comenzar a instalar un candidato. “Estoy de acuerdo en la necesidad imperiosa de que, ya que está lanzada la campaña, seguir planteando definir todo en marzo de 2007 es una locura. En todo caso, en marzo de 2007 discutamos la fórmula, pero tengamos ya un candidato propio”, señaló Basteiro. “Ningún armado nacional conspira contra la posibilidad de la gobernación de Santa Fe”, se atajó Rivas, en referencia a la principal aspiración del socialismo en 2007: que Binner ocupe la silla de gobernador.

En tanto, Polino se mostró entusiasmado con su candidatura. “Debemos llevar un candidato propio. Para mí, sería un honor ser candidato a presidente, pero la definición la va a tomar el partido”, sostuvo ante este diario. “Tendría que ser ahora, ya que la campaña electoral fue lanzada por el resto de las agrupaciones políticas”, añadió el ex diputado, por cuya iniciativa ya no se puede fumar en el recinto de la Cámara baja. Tal es su fama por ese tema que en el socialismo ya empezó a correr un chiste: “Si llega a presidente, no deja fumar más a nadie en la Argentina”. “Va a ser mi primera medida”, bromeó Polino al enterarse.

En tanto, Giustiniani se mostró flexible ante la posibilidad del debate, aunque recordó que el último Comité Nacional evaluó que las candidaturas se deberían discutir a comienzos de 2007. Sin embargo, consideró que “es muy difícil que el PS, cuarenta días antes de las elecciones, diga: ‘Que cada uno haga lo que quiera’. Vamos a tener que fijar a una postura”. El legislador porteño Norberto La Porta coincidió con el titular del PS. “No tengo nada que objetar ante el hecho de que los compañeros propongan a Polino. E incluso que Polino se postule. Está en su derecho. Pero soy respetuoso de la decisión del Comité Nacional y creo que no han cambiado las cosas como para adelantar la decisión de la candidatura”, explicó La Porta, quien no ha hecho precisamente buenas migas con Polino: durante la campaña pasada se cruzaron acusaciones de fraude en la interna.