Tanto para la gran mayoría del justicialismo como para la totalidad del radicalismo, las próximas elecciones serán sólo presidenciales. A lo sumo, y a modo de gran concesión, éstas podrán incluir la renovación parcial de las cámaras legislativas. Sobre la caducidad de mandatos nadie habla en contra, prefieren resaltar los inconvenientes que existen para ponerla en práctica. Ayer, por caso, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, aseguró que sólo se puede hacer a través de una reforma constitucional, pero advirtió que “no están dados los tiempos y las condiciones para conseguir los votos necesarios”. Ante esta posibilidad, en el ARI crece la idea de convocar a una “abstencionismo intransigente”.
Para Fernández no hay tiempo para retocar la Constitución. Tampoco cree en la propuesta lanzada por algunos sectores como la renuncia voluntaria. “Es utópico”, dijo el funcionario para luego destacar que la fecha elegida por el gobierno “se fijó en un plazo lo suficientemente corto para que se asemeje a lo que se reclamaba como ‘elecciones ya’, y lo suficientemente largo para que permita que todos los que buscan una alternativa electoral puedan presentarse en los comicios”, argumentó Fernández.
Poco a poco las voces a favor de la posición oficialista comienzan a escucharse. El gobernador jujeño, el peronista Eduardo Fellner, no anduvo con vueltas a la hora de opinar: “En primera instancia se trataría de elecciones sólo para presidente y vicepresidente”, dijo para luego agregar que “aún sigue en discusión si se deben incorporar a ese llamado los legisladores nacionales que renuevan sus mandatos”. Esto es, el mandatario provincial duda sobre si el llamado para marzo de 2003 debe incluir la renovación parcial de las Cámaras legislativas y no si se deben renovar todos los cargos. Consultado por esta posibilidad, Fellner utiliza el mismo argumento de Fernández: “Se requiere una asamblea constituyente, con una modificación de la Constitución Nacional, o buscar mecanismos dentro del mismo Parlamento para determinar la caducidad de los mandatos”, expresó el mandatario.
El radicalismo coincide con el oficialismo en cuanto a la imposibilidad de revocar los mandatos. El acuerdo se sustenta en la sencilla razón de que la UCR sabe que al exponer todos sus cargos en comicios se arriesga a desaparecer. Por caso, el gobernador del Chaco y presidente de la UCR, Angel Rozas, salió ayer a rechazar la idea de revocar los mandatos. Consideró que “hay hipocresía política” en los que lo piden y evaluó que los sectores que alientan esta salida “lo único que buscan es una ventaja”, por eso sostuvo que “si nos vamos, nos vamos para no regresar”.
Rozas habló de hipocresía luego de mantener, junto al resto de los gobernadores radicales, una reunión con el presidente Eduardo Duhalde. En esa oportunidad también hizo referencia a su posible candidatura presidencial. Dijo que en poco más lo definirá y, de paso, reconoció que “es probable que encontremos pocos votos en las urnas, pero vamos a jugar a ganar”, se entusiasmó (ver recuadro).
Mientras el PJ y la UCR resisten juntos la caducidad de los mandatos, en el ARI continúan evaluando “abstenerse” de participar en los comicios en caso que triunfe la posición oficial. Elisa Carrió lanzó hace un par de días esta posibilidad. Ayer lo reafirmó: “Si esto es una trampa, nosotros analizamos la posibilidad de abstenernos”, dijo.
De todos modos, y a pesar de la contundencia de la frase de Carrió, dentro del ARI hay legisladores que coincidieron en señalar que todavía es “demasiado prematuro” aventurar una definición en este sentido. Ahora, entre los colaboradores de Carrió están analizando diversas alternativas entre las que se cuenta la reforma constitucional, así como también la opción de impulsar una Ley de Emergencia Constitucional o de propiciar el llamado a una consulta popular para que sea la ciudadanía la que defina si prefiere o no elecciones generales.