El Presidente aseguró a los integrantes de la comitiva que tanto el subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Tom Shannon, como los empresarios con los que habló durante su viaje a Nueva York dieron por descontada la continuidad del Gobierno. Todavía no hay definiciones oficiales. El rol de Macri y de Lavagna. La figura de Cristina Fernández de Kirchner.
› Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
“Todos dieron por descontado que seguimos”, le dijo el presidente Néstor Kirchner a un integrante de la comitiva que lo acompañó durante su viaje a Estados Unidos. La referencia era a sus encuentros con el subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Tom Shannon, y con los empresarios norteamericanos en Nueva York y las preguntas sobre las elecciones del año que viene. Es que durante la visita, Kirchner habló mucho de planes a largo plazo y de continuidad en las reglas de juego. Es lógico que quien piense invertir quiera saber si el Presidente seguirá. Sus interlocutores, contó Kirchner, entendieron que sería así, y él no dijo nada para hacerlos cambiar de idea. Con todo, el Presidente no varió su postura de evitar pronunciarse sobre la reelección e insistió con aquello de que es momento de concentrarse en la gestión. Además, en más de una ocasión dio pie para que se especule con una eventual candidatura de su esposa, la senadora Cristina Fernández. En algunas de las conversaciones políticas que mantuvo en la Gran Manzana también contó que, acostumbrados a dirimir las cuestiones electorales entre dos partidos, uno más a la izquierda, otro más a la derecha, desde el Norte no llegan a ver la postulación del ex ministro Roberto Lavagna.
Sólo en una oportunidad durante este viaje el Presidente se refirió en público al tema electoral. Fue en la cena del jueves en el Consejo de las Américas cuando uno de los empresarios tomó el micrófono y le preguntó si el próximo presidente también sería peronista. Si nos atenemos a lo que Kirchner luego contó entre los integrantes de su entorno, este empresario fue una excepción. Los hombres de negocios y, lo que en términos políticos es mucho más trascendente, también Shannon –el delegado de la Casa Blanca para la región–, dan por descontado la continuidad de la actual gestión. “Está mal que lo diga yo, pero la verdad es que para todos con los que hablé ya es un hecho”, le contó el Presidente a un integrante de su comitiva.
Lo que también percibió es que en Estados Unidos la segunda fuerza del país es Mauricio Macri. “Ellos están acostumbrados a pensar en términos de centroderecha y centroizquierda. Además, nuestra historia indicaba que las elecciones también se dirimían entre el justicialismo y el radicalismo”, continuó, según relató a Página/12 una alta fuente de la delegación que viajó para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En ese contexto, seguía el argumento, les cuesta visualizar una tercera fuerza como en este momento sería la coalición aún en ciernes que intenta motorizar Lavagna. Aunque todavía no es candidato, el ex ministro hizo algunos viajes por el mundo con ánimo de mostrarse. En ese plan, dos semanas atrás, se presentó en Miami en un seminario en el que coincidió con Shannon y el secretario de Comercio norteamericano, Carlos Gutiérrez. De acuerdo al relato presidencial, su figura aún no se instaló. “Es lógico, ellos también leen encuestas”, dijo, irónico.
Proyecto CFK
Dirimir la próxima elección entre una candidatura de centroizquierda, que representaría al Gobierno, y otra de centroderecha, que podría encabezar Macri, es el escenario ideal que siempre buscó la Casa Rosada. Es el que les sienta más cómodo.
En Nueva York, el Presidente volvió a ubicar en el año próximo el momento en que debe decidirse el candidato del oficialismo. Pese a que hasta en Estados Unidos dan por descontado que irá por la reelección, Kirchner insistió en aquello de “todo lo que les diga ustedes no me lo van a creer”, a los miembros de la comitiva que lo pincharon.
“Vos callate, Cristina”, le dijo en broma a su esposa cuando le hicieron aquella pregunta sobre la filiación del futuro presidente. El viernes, distendido y de sport, el Presidente recibió algunas encuestas recientes de la consultora Equis, del sociólogo Artemio López. Era un muestreo flamante de sólo un distrito del conurbano, Marcos Paz, pero para Kirchner –explicó a los integrantes de su comitiva– servía para ver por dónde venía la mano.
El trabajo lo mostraba primero con el 56 por ciento de intención de voto, a casi 40 puntos de su inmediato perseguidor, Macri, a quien seguía Elisa Carrió. Lavagna venía después. En tanto, con CFK candidata los números se achicaban pero no lo suficiente como para poner el triunfo en duda. La senadora obtenía el 45 por ciento, un 11 por ciento menos que su marido. La diferencia se repartía entre los otros candidatos. “Claro que a Cristina le dan bien los números. Yo siempre que puedo la dejo pegada”, bromeaba el Presidente con sus acompañantes.
La posibilidad de que la senadora Kirchner sea candidata el año que viene ha estado en el sube y baja de las alternativas políticas en estudio en las oficinas de la Casa Rosada. En Nueva York cotizó en alza. Cristina hizo dos presentaciones en ámbitos universitarios y recibió, junto al canciller Jorge Taiana, a los integrantes de la comunidad judía, quienes llegaron con la cara pintada y se fueron más serenos. Si lo suyo es un globo de ensayo o una hipótesis firme, sólo Kirchner lo sabe.
Las re-re
El Presidente insiste en poner en duda su reelección, pero en cambio, alienta la de los gobernadores. “Soy muy respetuoso de las provincias y, además siempre dije que las reelecciones no son negativas. Son buenas porque aportan experiencia”, explicó, según comentó una fuente de la delegación. El Presidente fue reelecto dos veces como gobernador de Santa Cruz, por lo que tampoco podría coartar a quien tuviera las mismas ambiciones. Por eso, aunque no quiere adelantar su opinión porque es un asunto que deberá resolver la Justicia, estaría de acuerdo con que Felipe Solá vaya por un nuevo mandato en la provincia de Buenos Aires si finalmente es habilitado.
“A nivel presidencial la cuestión es mucho más profunda, no tiene nada que ver con lo que pueden hacer los gobernadores o los intendentes”, explicó. En esa charla sobre mandatos y reelecciones, el Presidente se lamentó sobre algunos cambios planteados por la reforma constitucional de 1994. “Simplificamos diciendo que el problema era el mandato de seis años, pero los problemas eran otros. Seis años estaba bien”, dijo, de acuerdo al relato de la fuente. En los cálculos del Presidente, parecería, un mandato de cuatro años como el actual es poco, pero una reelección que lo llevaría a gobernar ocho años es demasiado. Tanto es así que evaluó que en el futuro pueda pensarse en otra reforma constitucional, pero confeccionada sin los condicionamientos electorales que tuvo aquella del Pacto de Olivos.
Otro de los temas políticos de la gira fue la presencia de Carlos Reutemann, y las movidas que hicieron algunos de los integrantes de la delegación para convencerlo de que vuelva a ser candidato a gobernador de Santa Fe. El Lole, que no es de tomar decisiones de un día para el otro, se habría mostrado reacio. Cerca del Presidente explicaban que Reutemann había viajado a Nueva York en su carácter de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y que no había que hacer especulaciones alrededor de eso. “Tenemos buenos candidatos en Santa Fe. Hay que pensar que (Rafael) Bielsa arrancó de cero y hoy ya mide 18 por ciento”, evaluaban. Claro que el socialista Hermes Binner, el candidato a vencer, suele superar el 40 por ciento en los sondeos. Seguramente no está dicha la última palabra sobre el tema.
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