Roberto Lavagna visitó ayer el Comité Provincia de Buenos Aires de la UCR y desde allí convocó a los radicales y los peronistas no alineados con el Gobierno a “construir alternativas y soluciones distintas” para resolver los problemas del país y que “la oportunidad está” en las elecciones de 2007. Fue su primera incursión en una sede de ese partido y todo un gesto de su voluntad de postularse a la presidencia el año próximo, que el titular del radicalismo bonaerense, Carlos Gorosito, se encargó de reforzar al presentarlo ante sus correligionarios: “Este –afirmó en referencia al 2007– es el hombre”.

Aunque sigue sin oficializar su postulación, Lavagna viene dando un paso tras otro en ese sentido. Su visita al Comité Provincia del radicalismo se encuadra en su estrategia de instalación en el escenario electoral.

En camino a la formalización de su candidatura, Lavagna también se reunió el viernes pasado en Mar del Plata con radicales y duhaldistas. Estuvo, entre otros, con Federico Storani y Leopoldo Moreau y allí surgió la idea de que se sacara una foto en la sede de la UCR bonaerense para mostrarse con la dirigencia del radicalismo, como antes lo había hecho con los peronistas de “El General”, con quienes terminó cantando la Marcha Peronista.

“No le vamos a poner la marcha radical”, bromeó Gorosito al despedir a Lavagna, quien llegó al Comité Provincia junto a Jorge Sarghini, uno de los referentes de la pata peronista de su proyecto presidencial. Aunque Gorosito lo presentó como “el hombre” para encabezar la fórmula en 2007, la minoría de la conducción del radicalismo bonaerense que responde a Margarita Stolbizer no avala esa idea y no participó de la recepción al ex ministro de Economía. En un comunicado, la calificaron de “inoportuna, sesgada y poco razonable”.

Lavagna esbozó ante los radicales bonaerenses los principales puntos de su proyecto político. Primero lo hizo en una reunión privada con la conducción del Comité Provincia –en la que se acordó constituir comisiones de trabajo para empezar a definir políticas y proyectos comunes– y después en un auditorio colmado por dirigentes de la segunda línea, donde criticó al Gobierno por el “retroceso institucional” de los últimos tiempos. Enumeró –como siempre– la aprobación de los superpoderes, los decretos de necesidad y urgencia y la disminución de representantes del Consejo de la Magistratura, pero esta vez agregó también el caso de una eventual reforma de la Constitución. Advirtió que el objetivo sería que hubiera un mandato de “cuatro años, más cuatro y tras la reforma un nuevo período de seis. Es decir, 14 años”.

El ex ministro remarcó que el espacio que radicales y duhaldistas están articulando alrededor de su candidatura “tiene la capacidad de construir alternativas y soluciones distintas” y agregó que “la oportunidad está. Las elecciones del 2007 van a ser las primeras elecciones presidenciales que se hagan en un marco de relativa normalidad económica”.