La pelea entre el Gobierno y el obispo de Iguazú, Joaquín Piña, por el proyecto de reelección indefinida que beneficiaría al gobernador misionero, Carlos Rovira, continuó ayer con un nuevo capítulo de declaraciones. Un día después de que Kirchner viajara a Misiones para respaldar a Rovira, el obispo y candidato a convencional por la oposición provincial acusó al Presidente de “alentar divisiones” y le reprochó que hubiera participado de un acto en Posadas donde “hubo gente acarreada en colectivos para que vayan a aplaudirlo”. “Lo que se cuestiona es esa pretensión hegemónica de querer perpetuarse en el poder, eso es lo que no aceptamos nosotros. Me parece que va en contrario de la democracia”, cargó ayer Piña.
La visita de Kirchner a Misiones también motivó una encendida defensa por parte del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a quien involucró en una comparación entre el gobernador de Misiones y el estadounidense Bill Clinton. “En los países serios del mundo estas cosas no suceden. Bill Clinton fue presidente una vez y pudo reelegir una vez más porque la Constitución se lo permitía, pero ya había sido tres veces gobernador de Arkansas, y a los que les gusta compararse con los Estados Unidos no dicen nada de eso”, dijo.
El martes, durante su visita a Posadas, el propio Kirchner había cuestionado duramente a los sectores de la Iglesia que se oponen al proyecto reeleccionista de Rovira. “Dicen que quieren poner equilibrio, ¿por qué no pusieron equilibrio durante la dictadura, cuando éramos perseguidos? ¿O creen que no tenemos memoria? Siempre me dijeron que Dios no tiene partido, que nos ayuda a todos. Contiene los pecados de todos. En la lucha de ideas, nuestro Señor está por arriba de cualquier circunstancia”, dijo. En ese acto, Kirchner se había definido como “cristiano, hijo de cristianos y criado en la educación católica”.
Mientras Piña cargaba contra el Presidente, la cúpula de la Iglesia se despegó del pronunciamiento del obispo para evitar que la pelea “se nacionalice”. “Esta cuestión política debe quedar en la provincia, no es bueno que se nacionalice. El Episcopado no quiere aparecer institucionalmente como opositor al Gobierno, como pretenden algunos sectores, porque no es una misión que le competa”, dijeron fuentes eclesiásticas citadas por la agencia DyN. Aparte de la opinión de Piña, otro dirigente influyente de la provincia –el ex gobernador Ramón Puerta, ex padrino político de Rovira, hoy su peor enemigo– criticó con palabras duras la visita de Kirchner a Misiones. “Vino a Misiones a apoyar el intento de reelección indefinida. Lejos de querer democracia interna partidaria, busca perpetuarse en el cargo”, cuestionó Puerta.
Puerta es un aliado del ex ministro de Economía Roberto Lavagna. En varios reportajes ha dicho que su función es juntar apoyos nacionales para la candidatura del ex ministro. En Misiones, Puerta apoya el frente multisectorial que encabeza el obispo Piña y que competirá con la coalición que apoya a Rovira el próximo 29 de octubre.
En las elecciones de ese día se definirá si se reforma o no un artículo de la Constitución provincial para habilitar la reelección indefinida del gobernador y el vice. La reciente visita de Kirchner significó un fuerte espaldarazo al deseo de Rovira de competir por otro período en la gobernación. A pesar del turismo, Misiones es una de las provincias más pobres del Noreste.
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