“Para comprar votos hasta se ofrecen dentaduras que se entregarán luego de los comicios”, señaló ayer la monja Adela María Helguera, quinta candidata de la lista que encabeza el arzobispo emérito Joaquín Piña. La religiosa calificó de “alevosa” la campaña del oficialismo misionero, que pretende modificar la Constitución provincial para consagrar la reelección indefinida del gobernador. Movida que en esta ocasión tendrá a Carlos Rovira como el principal beneficiario. En una jornada dominada por el alto voltaje de los cruces entre oficialismo y oposición, el tribunal electoral sancionó a los apoderados de la lista Frente Unidos por la Dignidad, que lidera Piña, por los términos de una presentación judicial que no dudó en calificar de “indecorosa”.

Helguera, a quien denominan la “monja de la motoneta”, denunció que, además de las dentaduras, el oficialismo ofrece servicios de peluquería y hasta entrega documentos. “Así de burda es la compra de votos”, sintetizó.

En medio de las acusaciones y tras la llegada a Misiones de la mayor parte del arco opositor, entre ellos el neuquino Jorge Sobisch, el actor Nito Artaza, los diputados Federico Pinedo y Alicia Comelli, el tribunal electoral sancionó a los apoderados Germán Bordón y Marta Sapper por los términos con los que calificaron una resolución en su contra. Habían definido como “amañada, ilegal y arbitraria” una medida en la que el Tribunal rechazó la realización de actos oficiales en medio del proceso electoral. En ese contexto, el candidato oficialista y dirigente agrario misionero Enrique Peczak dijo que la lista de Piña es “una maniobra distractiva” para “encubrir” a partidos políticos y dirigentes con fuerte rechazo social.