Luego de muchas idas y vueltas, Earl Anthony Wayne llegará a Buenos Aires el próximo 5 de noviembre para asumir como embajador de Estados Unidos. Wayne fue designado por George Bush en febrero pasado y el gobierno argentino le otorgó el placet al otro día, pero un tortuoso trámite de aprobación en el Congreso norteamericano lo retuvo hasta ahora, cuando al fin consiguió tener todos sus papeles en regla. Pese a los meses extra, Wayne no consiguió avanzar mucho con su español, tal como pudo comprobar el propio Néstor Kirchner cuando se saludaron el mes pasado en la cena del Consejo de las Américas, en Nueva York. En cambio, se puso en tono en cuestiones políticas y afinó su discurso con los deseos de la Casa Rosada: promete que fomentar el clima de inversiones y la expansión del comercio bilateral serán sus prioridades.

En Cancillería no tenían claro si el diplomático llegará el domingo o el lunes de la primera semana de noviembre. El dilema se reducía a una cuestión de horarios de vuelos, nada que ver con nuevas trabas políticas. El pliego de Wayne sufrió un par de traspiés de parte del lobby cubano-norteamericano en Washington, representado por los senadores republicanos Mel Martínez y John Ensign. La imputación principal que le hicieron fue que mientras se desempeñaba como subsecretario de Asuntos Económicos del Departamento de Estado, Wayne objetó una partida presupuestaria para TV Martí, una señal anticastrista que emite desde Florida. Superados los escollos, el pliego de Wayne fue aprobado por “consenso unánime”, según la fórmula parlamentaria que evita una votación.

En los contactos mantenidos hasta ahora con funcionarios argentinos, Wayne no parece tener un agenda conflictiva una vez que se instale en su cargo. Al igual que manifiesta el encargado de Bush para la región, Tom Shannon, asegura que no ve un horizonte ríspido en la relación bilateral. No obstante, la relación del gobierno de Kirchner con el venezolano Hugo Chávez seguramente formará parte de sus preocupaciones. Además, Wayne adelantó que entre sus prioridades figurará la expansión del sepultado ALCA.