El Comité Nacional de la UCR decidió ayer la intervención del distrito de Mendoza, la provincia que gobierna Julio Cobos, el radical más afín al proyecto kirchnerista. “Una medida antidemocrática”, retrucó el gobernador.
› Por Eduardo Tagliaferro
“A partir de ahora los radicales hacemos las declaraciones en papel picado”, dijo sonriente el actor Nito Artaza al salir del encuentro de la mesa directiva del Comité Nacional. Como pocas, la frase daba cuenta del clima exultante que, luego del triunfo de Misiones, dominaba a la mayoría de los dirigentes que llegaban al local de la calle Alsina. Contagiados por ese clima, ayer le regalaron otra mala noticia al presidente Néstor Kirchner: la intervención de la UCR mendocina. Para que no quedaran dudas, la veintena de miembros del comité decidió que el interventor será Armando Camerucci, titular del partido en esa provincia. El destinatario primario del hecho es el gobernador Julio Cobos, mencionado en no pocas ocasiones como probable vicepresidente de Kirchner en el 2007. Cobos tenía una contundente mayoría dentro de la dirección partidaria. De los 17 miembros del comité mendocino, trece le respondían a él y cuatro, entre ellos Camerucci, al titular nacional del radicalismo, el mendocino Roberto Iglesias.
La decisión llega antes del congreso partidario previsto para este fin de semana. Congreso en el que estaba previsto ratificar lo actuado por el radicalismo mendocino. El sector de Cobos, que tiene una amplia mayoría en ese organismo, confirmó que a pesar de la intervención, realizará el cónclave en el Centro Bustelo. También adelantó que apelará judicialmente la medida.
Luego de escuchar el informe de diputados y senadores provinciales, no hizo falta votar para aprobar la intervención. Las pocas opiniones que se escucharon ratificaron la medida. Presidido por Iglesias, el Comité Nacional tuvo entre los presentes al chubutense Carlos Maestro, al jefe del bloque de senadores, Ernesto Sanz, los senadores Gerardo Morales y Freddy Martínez, el titular de la bancada en diputados, Fernando Chironi, y Margarita Stolbizer.
Al explicar la intervención, Iglesias subrayó que fueron “reiteradas las inconductas y el desacato” de Cobos a las resoluciones partidarias. El informe de los dirigentes mendocinos había destacado varios hechos en los que se desconocían las resoluciones de la Convención Nacional realizada en Rosario, en la que el partido definió conversaciones frentistas con otras agrupaciones, pero en todos los casos para enfrentar a Néstor Kirchner.
El senador provincial Sergio Bruni hizo hincapié en una visita de Kirchner a San Rafael donde luego de anunciar obras por muchos millones de pesos criticó a la UCR con la aquiescencia de Cobos. También puso el acento en los dos últimos pronunciamientos en los que el comité mendocino desconoció las definiciones de la Convención de Rosario. El pedido de intervención que prosperó ayer había sido presentado por un radical, Diego Seoane, tres días después de aquel acto de San Rafael en el que Kirchner compartió el palco con Cobos.
La medida no apareció como imprevista. No fueron pocas las ocasiones en las que Iglesias había sugerido públicamente a Cobos que si quería irse del radicalismo tenía las puertas abiertas. La ruptura no era formal, pero se insinuaba. Fue el propio Iglesias el que la asumió como tal al finalizar la reunión del Comité Nacional. “Lo de Mendoza es irreconciliable. De hecho hay dos partidos, dos líneas políticas, dos formas de pensar”, señaló. Para que no quedaran dudas de la fuerte interna que sobrellevaba con su comprovinciano, subrayó que ahora “Cobos tiene las manos libres para ser candidato de Kirchner”. Cuando este diario le preguntó si no temía que Cobos arrastrara muchas voluntades tras de sí, Iglesias contestó: “Al radicalismo no se lo va a llevar”. La respuesta dejaba en claro que las autoridades de la UCR apuntaban a sacarle al gobernador mendocino la bandera con la pluma y el martillo que suele caracterizar a los seguidores de Leandro Alem.
Desde Mendoza, Cobos no dudó en calificar la intervención como “inconducente, autoritaria y antidemocrática”. El más cercano a Kirchner de los gobernadores radicales vinculó la medida al congreso convocado para este fin de semana. “Ante la segura derrota que iban a sufrir en el congreso partidario provincial de este domingo, surge esta decisión”, resaltó. El gobernador no se mostró sorprendido por la medida, pero sí porque se hubiera elegido al actual presidente del partido, un hombre identificado con Iglesias, como el interventor. “No aceptan nuevos liderazgos emergentes y el hecho de nombrar como interventor a quien actualmente es el presidente del partido es una muestra más de la desprolijidad con que se manejó el tema”, destacó. El hecho de que la dirección partidaria hubiera elegido a Camerucci no dejaba de ser llamativa. Frente a la prensa, cuando ya había finalizado el encuentro de la calle Alsina, Iglesias la explicó: “El Comité Nacional consideró que hay un radicalismo que se plantó. En Mendoza no son todos iguales. Hay radicales que están dolidos con el gobernador, radicales que vienen dando una lucha fuerte en la defensa de las definiciones del partido”. Fieles a la carta orgánica, la intervención será por un año. El interventor tendrá entre sus atribuciones llamar a internas para elegir los candidatos del 2007 o decidirlo por su cuenta. Calma, radicales, una chicana repetida, puede convertirse en un futuro clásico del escenario político.
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